Lo malo de esto es lo bueno que se va a poner. Estamos a casi medio año de las próximas elecciones parlamentarias, y ya se han formado unas burundangas entre todas las castas políticas que hacen suponer unos enfrentamientos que van a dejarnos de una sola pieza.
Lo que se muestra en los primeros encontrones políticos no refleja nada bueno, y, por el contrario, con todo este maremágnum provocado por las peligrosas circunstancias atípicas de enfrentarse en unos comicios en medio de una invasión de bandoleros sin dios ni ley, nos producen gran nerviosismo pensando en el peligro de lo que puede pasar.
Luego de la decisión del Consejo Electoral de archivar el caso Odebretch contra el candidato presidencial del uribismo Óscar Iván Zuluaga, este de inmediato se reunió con el Centro Democrático con el beneplácito de la mayoría de los jefes de ese partido, encabezados por su director el Dr Álvaro Uribe, y lo más seguro es que este hecho deje en muy buena posición al CD, pues por el carisma que irradia su caudillo le va a ser más fácil escoger a dedo y sin oposición a su candidato, sin que se le presente un opositor que le interfiera en la organización que tienen montada y que presagia buenos resultados.
Entre tanto, los otros 20 candidatos andan de bote en bote sin un verdadero líder, porque todos quieren ser jefes sin tener suficientes méritos para serlo, y lo único que demuestran es una enorme desorganización, y un enfrentamiento interno vergonzoso, que ha causado la desbandada de los que creían que en la democracia colombiana las masas seguían a los jefes por sus ideas y no por la repartición de mermeladas deshonestas, como lo que hemos visto en este gobierno.
Hago la salvedad de que fuera de Zuluaga, a quien aprecio por su rectitud, el único que me mueve el voto por su capacidad y por la demostración de pulcritud que ha irradiado en su vida pública es nuestro coterráneo Humberto de la Calle. Muy duro le va a tocar en una campaña en la cual sus principales enemigos van a ser sus propios copartidarios, quienes además de ser tremendamente politiqueros, no se paran en palitos parar dar golpes bajos. Y se me hace que Humberto no está muy acostumbrado a ese tipo de agarrones, a pesar de su intensa vida pública.
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Hasta hace un mes larguito nadie se imaginaba que al día de hoy iríamos a estar semiparalizados por una inentendible huelga declarada por el cincuenta por ciento de los aviadores de Avianca y que está produciendo efectos nefastos no solamente en los actores del movimiento huelguista, sino, y esto es lo más grave y dramático, a una inmensa cantidad de personas que está sufriendo graves daños en su trabajo, su economía y mucho más delicado, en su salud. Mala actitud de los pilotos, pero más reprochable la de Efromovich y su equipo, quienes han usado términos groseros, que no caben en caballeros de ese calibre para insultar a la contraparte. Urge al gobierno que por una vez se amarre los pantalones y no permita que por un grupo de irresponsables termine tan perjudicado todo un país.
* P.D.:Me puse en dieta, renuncié a la bebida y a la comida, y en catorce días perdí dos semanas.
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