La muerte estuvo presente en la vida del buen compositor vienés Franz Schubert desde que nació.
Sus padres tuvieron 13 hijos y, qué duro, diez de ellos murieron al nacer y otro murió prematuramente.
Su madre falleció en un parto cuando él tenía apenas 15 años, y la única familia que le quedó fue su padre y otro hermano.
Su padre era profesor y gozaban de unos escasos ingresos para vivir; o sea, que soportó serias carencias.
Schubert tuvo un talento prodigioso para la música, pero llevó una vida desordenada y murió joven con solo 31 años. Escribió:
“Soy un hombre miserablemente infeliz. Mi tranquilidad ha desaparecido, mi corazón está oprimido, no lo encuentro nunca.
Todas las noches, cuando voy a dormir, confío en no despertar nunca, y cada mañana me anuncia la misma pena del día anterior. Así, sin alegría ni amigos, paso los días”.
Piensa en esto y no creas que la vida de los famosos es un senderito de pétalos y que no los golpea la adversidad.
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