Hoy proliferan iglesias cristianas por doquier que, tienden a darle más importancia al libro de la Biblia que a Dios.
Buen número de ellas están aferradas al texto escrito, a los diezmos, a una fe de temor, a asustar con el diablo y al fanatismo.
Por eso mismo no aceptan la inclusión social, son intolerantes y creen en su ego sutil que son las dueñas de la verdad o de la salvación.
Hay que reconocer que, a pesar de eso, allí muchos crecen en su fe, aunque acepten sumisos ser manipulados y amedrentados.
En un culto más dinámico y participativo hallan la paz y el consuelo que no reciben en misas rutinarias, muy verbales y pasivas.
Es una falla que buena parte de los pastores mezclen sin pudor la religión y la política porque eso les da poder y buenos réditos.
Es injusto incluir a todos en eso porque hay pastores que, a pesar de aferrarse del todo a lo escrito, actúan con buena consciencia.
Mientras la Iglesia católica no se sacuda seguirá perdiendo gente. De hecho en Centroamérica ha perdido más de la mitad de sus fieles en 50 años.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015