Victor Frankl dejó en su estupendo libro El hombre en busca de sentido un testimonio impactante de fe y resiliencia.
Como judío estuvo prisionero en varios campos de concentración nazis, pero supo sobrevivir y ayudar a otros siendo médico.
En su libro describe atrocidades, pero también destaca el buen obrar de muchos seres en condiciones tan infrahumanas.
Suena insólito, pero dice que algunos judíos escogidos por los nazis como jefes de grupo eran más duros que los mismos guardas.
Para él fue decisivo tener una fe firme, conservar viva la esperanza, controlar su mente y tener una actitud positiva.
Cuando fue liberado había perdido a sus padres en esos campos, a su hermano, la esposa y sus amigos.
Su ejemplo muestra que el ser humano es capaz de superar lo que parece insufrible, como lo hizo años después Nelson Mandela.
@gonzalogallog
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