En días pasados se anunció el cambio en la Gerencia de la Chec y en la Rectoría de la Universidad de Manizales. En una época donde pareciera sólo haber aliento para el juzgamiento y la represión, se hace necesario no dejar opacar uno de los principios filosóficos y morales mas importantes del ser humano: la virtud. Aristóteles señalaba precisamente que la virtud era la que permitía hacer el bien.
A John Jairo Granada, gerente saliente de la Chec por su merecida pensión y a Guillermo Orlando Sierra, exrector de la Universidad de Manizales, por cumplimiento estatutario de su período, los pude conocer de manera personal, cuando dialogábamos sobre los retos culturales, educativos y de desarrollo para nuestra región. Tienen un estilo de liderazgo admirable, apacible y sin arrogancias, dan citas, contestan los correos, disfrutan lo que hacen, responden los Whatsapp y, eso sí, quieren esta tierra hasta más no poder.
En las notas a los estados financieros del año 2020 de la Chec, se deja en evidencia una excelente gestión financiera acompañada de un balance social admirable del cual hoy en día gozan muy pocas empresas, en el marco de una convención colectiva de trabajo que otorga beneficios post empleo, auxilios educativos y préstamos a empleados para vivienda y calamidad doméstica. Por su parte, al mirar hacia la Universidad de Manizales, es evidente la profunda transformación que dicha institución tuvo bajo el liderazgo de Guillermo Orlando Sierra y su equipo de trabajo, lo cual dejó en evidencia que los “profes” si pueden ser buenos administradores. La Torre Emblemática, la acreditación institucional de alta calidad, los nuevos programas desde doctorados en Derecho hasta las ingenierías en Logística, Analítica de Datos y Seguridad en la información y la dirección del Sistema Universitario de Manizales SUMA, son sólo algunos ejemplos de la gestión por la modernización de una Universidad que es de los manizaleños. Y es que lo que muchos no saben, es que la Universidad de Manizales, a diferencia de las universidades públicas que son del Estado y de las privadas que pertenecen a fundaciones, corporaciones, cooperativas o comunidades religiosas, no es propiedad de nadie en particular. Como en su momento me lo indicó el profesor Guillermo Orlando, es de los manizaleños.
Viene una nueva administración, tanto a la Chec como a la Universidad de Manizales; sus retos, sin duda, serán mantener un estilo de dirección abierto a la comunidad, transparente y ético que es como lo percibí y como se lo merecen la ciudad y la región.
Siendo mensajero de la Cooperativa Nacional de Servicios que funcionaba en la icónica “Casa Estrada”, justo en la esquina de la carrera 22 con calle 24, conocí al nuevo rector, Duván Emilio Ramírez, cuando era gerente de los almacenes IBG en Manizales. Su carrera ha sido admirable y haber llegado a liderar la Universidad, resulta sin duda merecido. Jhon Jairo Granada y Guillermo Orlando Sierra, puede que sean exgerentes o exrectores, pero nunca serán exciudadanos o exlíderes y en ese sentido ojalá le sigan sirviendo a la ciudad y a la región ayudando a propagar ese carisma que les caracteriza y del que carecen muchos de nuestros directivos y políticos locales y regionales. Ya habrá tiempo de hablar de la atomización y democratización de los nuevos liderazgos, pues tristemente muchas ideas, obras y proyectos de nuestra región han quedado anclados en el olvido intencional, la desesperanza y la ruina económica y social sin que aun merezcan al menos una mirada científica que nos permita concluir que pasó. Sólo me queda dejar la pregunta, ¿qué no hemos hecho por falta de liderazgo?
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