No es posible salir del atraso en que vivimos, si no cambiamos a todos aquellos que han sido responsables del mismo. Atraso en todos los frentes. En lo social, en lo que somos una vergüenza mundial. En lo político, llegando a ser dignos de no imitar, gracias a los clanes, grupos, partidos y personas corruptísimas que nos han gobernado desde siempre, más evidente en los últimos 36 años, desde que llegó a la presidencia Ernesto Samper Pizano.
La financiación de su campaña no fue suficiente para separarlo del cargo, como habría pasado en cualquier país civilizado. Continuamos con César Gaviria se volvió multimillonario y acabó con el agro colombiano con sus tratados de libre comercio, seguido por Andrés Pastrana, que entregó a la guerrilla inmensos territorios sin control en el Caguán, para terminar enredado en los líos de sus viajes en el avión de Jeffrey Epstein.
Alberto Uribe Sierra, se casó con Laura Vélez Uribe y fueron los padres de Álvaro Uribe Vélez, una pesadilla política, con el falso lema de “Seguridad Democrática”, nos dejó miles de colombianos desaparecidos y otros miles que disfrazaron como falsos +, para mostrar por los medios de comunicación, que le han acolitado todo, que estaba ganando una guerra, que no ganó, convirtiendo a Colombia en una fuente inagotable de paramilitares, que matan gente por encargo político, por negocio o por despojo.
Siguió Juan Manuel Santos, sublevado, al que hay que reconocerle el hecho de haber firmado contra la voluntad de muchos, un acuerdo de paz que puso fin a una guerrilla que llevaba más de 50 años arrasando el país. Lo que hay ahora es una recua de delincuentes que no pasan de ser asesinos sin tripas, bandoleros simples, que matan sin ton ni son. Agreguemos a estos las mafias de narcotraficantes, donde están metidos muchos políticos y “gente bien”. Toda esa historia cruel y sanguinaria, para terminar con ese remedo de presidente que tenemos, Iván Duque, que ha hecho más daño a Colombia que el que hiciera su padre cuando por negligencia, no presto atención a los clamores de la gente en Armero, diciendo que no pasaría nada, para costar la vida de más de 30 mil personas, solo por desidia y falta de cumplimiento de sus deberes como ministro.
No podemos dejar que se elijan los que patrocinan a personas de tan baja estofa, sin recatos, con total desprecio por lo público como Karen Abudinen, o la presidenta de la Cámara de Representantes Jennifer Arias Falla; la primera abudineando los dineros públicos; la segunda presentado trabajos plagiados para una maestría (confirmado por la Universidad Externado).
Y seguimos en Bolívar con la Gata, no pocos parapolíticos y muchos corruptos: William Amín Jattin, Yamil Araba Padaui, Martha Arrazola, Soraya Bayuelo, Jorge Benedetti, Eduardo Buelvas, Silvio Carrasquilla, Karen Cure, Edgar Cure. En Sucre son muchos y apestan: Yahir Acuña, María Soto de Guerra, Mario Fernández, Álvaro García Romero, Antonio Guerra de la Espriella, Nicolás Guerrero, Pedro Pestana, Enilce Lopez (la gata), Bernardo “Ñoño” Elías y Musa Besaile, conformando una verdadera organización política delincuencial.
En el Cesar: Cielo Gnecco Cerchar, Luis Monsalve Gnecco, Franco Ovalle, José Alfredo Gnecco, Didier Lobo, Jorge Salazar, Eloy “Chichi” Quintero, Alfredo Ape Cuello, Augusto “Tuto” Uhia, Katrizza Morelli, Jorge “Popo” Barros Gnecco, Luis Monsalve Ramírez, Enrique Meza, Carlos “Cale” Coto, Delwin Jiménez, Ernesto Orozco, Rodolfo Molina Araujo, Edgardo Maya Araujo, Diana Molina Araujo, Tuto Uhia, Juan Francisco Gómez, Carlos Murgas, José Miguel Linares, Jaime y Carlos Arce, Christian Moreno, Claudia Margarita Zuleta, Sergio Araújo Castro. “Si en Radio Guatapuri dicen que yo soy bandido, mañana todos en Valledupar dicen que yo soy bandido”.
Esto es una pequeña muestra de los clanes poderosos con poder que hacen lo que quieren, para el infortunio de toda una región. Tenemos que seguir desenmascarándolos en todos los departamentos, para ponerlos en evidencia y mostrar la clase de dirigencia política, corrupta, sin escrúpulos y podrida, que tienen en esas regiones de Colombia, que sufren las consecuencias de monopolios corruptos, sin límites.
Hay que conocerlos para poder ponerlos fuera de lo público, someterlos al riguroso examen de sus actividades, poco claras, indecentes, o delictivas. Eso lo haremos con todos los departamentos de Colombia, para saber cual es la basura que maneja la política en este país y castigarlos en elecciones, limitando su acción en puestos del gobierno.
Ya le llegará la hora al antiguo Caldas.
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