Esteban Jaramillo

@estejaramillo

Sobre el futuro del Once Caldas, nada. Ocasionales y promeseras ruedas de prensa, a la vez insustanciosas y breves, de Eduardo Lara antes de perderse en sus tiempos muertos.

Entra a la "zona de contagio", que parece ser parte del contrato. Distante de la realidad, contesta con monosílabos, sin compromiso, mientras trabaja sin estrés por la inactividad competitiva. Parecido a Bodhert.

Si de Lara poco, de la presidencia nada. Del área de comunicaciones, silencio. Desde allí, solo ocasionales estímulos a los patrocinadores, como cortinas de humo y un lacónico comunicado por el fallecimiento de Nicolás Lobatón.

De la materia prima, los futbolistas, solo especulaciones o silencios, así haya reuniones diarias para diseñar el futuro, que se ve gris e incierto. Sin alegrarle el oído a los aficionados que, distantes, chocan con infranqueables barreras frente a las noticias.

Históricamente las eliminaciones se sobrellevaron con los golpes de opinión que daban las contrataciones, para cerrar heridas. Pero, en la actualidad, de ello nada.

Piensan, presidente y entrenador, en jugadores bajo costo, sin préstamo y sin empresarios, y no en futbolistas útiles. Los procesos recientes no han dejado enseñanzas porque lo barato sale caro. Se vio en Romero, Valencia, Valoyes y Burbano. Sin responsabilidad alguna, reconocida, de quien los recomendó y quien los contrató. Del tema, es evidente, poco o nada saben.

Nada aportaron los fichajes en los últimos semestres, algunos tan inofensivos como un yogurt, tan torpes como los perros ciegos, tan invisibles y perjudiciales como la basura bajo la alfombra, tan pasajeros como la comida rápida.

Si el aislamiento del público continúa, lejos del equipo, con la mezquina y dictatorial actitud de cerrar vehículos informativos desde la dirigencia, la pasión blanca se irá extinguiendo, con daños irremediables, porque le roban al aficionado, lo que por años fue su pasión... la pasión del pueblo: El Once Caldas. ¡Ojo con eso!