Esteban Jaramillo
@estejaramillo
Produce miedo el Once Caldas. Se desinfla en cualquier momento, comete errores repetidos, "levanta muertos", se descose en el minuto de Dios y cede posiciones, incapaz de controlar el empuje de los rivales.
Un gol empezando, uno terminando, los dos tan parecidos, con fallos del más veterano, entre los veteranos, Peralta, sin distancia en el cabeceo, y un portero atornillado, mal colocado y sin recursos en el juego aéreo.
El blanco convivió con el fútbol físico, sin la pelota. No tuvo pausas. Perdió los duelos, movió mal las fichas y alimentó la expectativa de una derrota, como es costumbre, en los últimos segundos.
De nuevo correr y no jugar... o mejor, jugar sin ambiciones con la conformidad de un pálido empate.
Era dueño de un punto y terminó dueño de nada, descolocado en la zona blanda de la tabla.
El bloqueo mental produjo esperpénticos fallos. Cuánto aprendizaje necesitan los nuevos. Y qué demonios se entrena cuando el error es repetido. La cabeza perdió el partido.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015