La ciudad que se conoce, la que se recorre, la que se recuerda, la que se omite, inclusive, la que no se nombra, constituye el soporte en el cual se desarrolla lo que entendemos por vida cotidiana. Un entramado que nos supera, nos envuelve, un llamado a ser parte de un colectivo que nos antecede y nos cobija con su idiosincrasia, su cultura y sus valores.
La vivencia de la ciudad traspasa los límites de lo urbano y de lo rural, fusiona los conceptos de lo simbólico, lo real y lo imaginario. Lo que somos, lo que hacemos, es una expresión viva de las condiciones que nos soportan, de los horizontes que nos trazamos y de las capacidades que desarrollamos. El derecho a la ciudad es un concepto relevante, aún más, para aquellos que han tenido que experimentar al destierro o la necesidad de desplazarse forzadamente de un territorio que conocían como habitual. El derecho a la ciudad es un llamado a reconocer y apropiarse del territorio que se habita. Este llamado, en ocasiones no escuchado, en otras quizás no comprendido, es expresión de la necesidad de filiación que tenemos como seres humanos.
Hoy, en tiempos de pandemia, de reactivación económica y social, de la necesidad de comprender el tiempo que ha pasado y la incertidumbre que aún hoy es palpable, es imperativo reconocer cómo continúa nuestra calidad de vida, cuáles son nuestras visiones, de qué manera calificamos lo que hacemos, qué tan seguros nos sentimos en nuestro barrio, ¿Estamos satisfechos con la educación que estamos recibiendo? Necesitamos responder preguntas como estas para tener nuevos insumos que compartir con la ciudadanía en general y con tomadores de decisiones, para reconocer el momento en el cual nos encontramos y, en el mejor escenario, ajustar acciones que promuevan una mejor calidad de vida para todos nosotros.
Expresamos nuestra voz para compartir nuestra visión de mundo, nuestras percepciones, sentimientos, opiniones, argumentos y creencias. Nuestra voz es condición fundamental para la discusión social que constantemente se da a nuestro alrededor. La percepción es un insumo necesario en esta discusión. Nuestra voz es necesaria para comprender y afianzar nuestra colectividad.
En alianza con la Red de Ciudades Cómo Vamos del país, actualmente adelantamos la 3ª fase de la encuesta virtual mi Voz mi Ciudad, ejercicio que permite reconocer percepciones sobre calidad de vida en tiempos de pandemia, reactivación económica, alternancia educativa y de inicio del proceso de vacunación en el país.
Invitamos a todo ciudadano residente en Manizales a realizar la encuesta, su voz es relevante para reconocer percepciones, sentimientos, pensamientos y valoraciones que se tienen sobre nuestra calidad de vida actual, las decisiones que se toman y las acciones que estamos implementado. Para acceder a la encuesta pueden escribir o ingresar en: http://bit.ly/3cLIw7K
Los resultados de las fases 1 (agosto) y 2 (noviembre) de 2020, pueden encontrarlas en www.manizalescomovamos.org Allí mismo también pueden acceder a la plataforma de visualización que permite conocer los resultados para Manizales y en su contraste con los demás municipios participantes en este ejercicio colectivo de la Red de Ciudades Cómo Vamos.
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