René Uribe-Ferrer (1918-1984) fue un fervoroso lector, escritor prolífico y docente universitario motivador. Ajeno a pretensiones humanistas, fue explorador de autores y libros que con inteligencia reseñaba en frecuentes artículos de prensa. Su obra ha sido reunida en ocho volúmenes, con textos de artículos, ensayos y conferencias, por tarea encomiable de sus hijos y publicados por la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Ejerció principalmente la docencia en la Universidad Bolivariana de la misma ciudad. Sus estudios se compilaron en tres volúmenes de Historia Social y
Política, acerca de Colombia, América Latina e Historia Contemporánea; dos volúmenes sobre filosofía, en especial uno, “Problemas fundamentales de la filosofía”, con exposición sistemática en 17 lecciones, pensado como texto del
bachillerato, con método histórico y temático, para motivar la capacidad de reflexión sobre problemas y asuntos del devenir humano y aún metafísico y místico, con énfasis en la lectura de los clásicos antiguos y modernos. Ocupado también por pensar las Artes, en especial la música y la estética.
En este campo de la filosofía también se recogieron sus artículos con reseñas de libros de autores célebres, que le servían para entrar en diálogo y aún en debate con ellos, en volumen intitulado “Escritos de filosofía”. Tampoco fue ajeno a la literatura, cuyos escritos se reunieron con el nombre de “Antioquia en la literatura”, con revisión de autores desde la Colonia hasta mediados del siglo XX.
En el volumen “Escritos de filosofía” se ocupa de grandes filósofos, y de los temas fundamentales desde los griegos hasta los más contemporáneos, con el carácter de universalidad. Allí están las reflexiones sobre Juan Duns Scoto, Spinoza, Kant, Rousseau, Darwin, Husserl, Bergson, Russell, Nietzsche, Ortega y Gasset, además de sus consideraciones sobre la educación, la ciencia y la misión del profesor. Es reiterada su crítica al positivismo y al pragmatismo, en la forma de predominio de la técnica y la enajenación del hombre por la misma.
El libro recoge apartes fundamentales del ensayo de Otto Morales-Benítez, escrito para la primera edición (1989), quien exalta la personalidad de Uribe-Ferrer en su condición de ilustrado y en las maneras de comunicar con claridad los conceptos. De igual modo valora su talante de profesor, con apego a la motivación de los estudiantes por los estudios de la filosofía, en exposiciones moderadas sin énfasis.
De discreto ascetismo hasta con evidencia en su porte personal. Respetuoso de los demás, pero sin ocultar sus creencias de fe religiosa, “limpia y sin gazmoñerías”, dice Otto, ni sus convicciones de pensamiento.
Su primera preocupación es la razón de ser de la filosofía, con alusión a Sócrates, creador del nombre. En asunto de saber qué es la filosofía, Isaiah Berlin le adjudica el sentido de ser ayuda a las personas para comprenderse a sí mismos, con el fin de actuar al amparo de la luz. Gao Xingjian, a su vez, la asume como “un juego del espíritu” en zonas que las ciencias exactas no pueden alcanzar. Uribe-Ferrer al bosquejar los aportes de los autores que estudia llega a la conclusión de no poderse saber a ciencia cierta cuál es el objeto de la filosofía, en virtud de la oscilación continua en sus límites. Y nos recuerda la afirmación de Kant al decir que no se aprende filosofía sino a filosofar. Recuenta los problemas básicos de los que se ocupa siempre la filosofía: conocimiento y verdad, el valor, el ser y lo Absoluto,
como una realidad compleja e inagotable.
Resalta épocas “gloriosas” de la filosofía: la Grecia del siglo V a.C., el siglo XIII en la Europa medieval y la Francia del siglo XVII, pero con la observación de haber sido una labor de sectores en minoría. Anota como en el siglo XX se llegó a la extrema especialización en los casos, por ejemplo, de la lógica matemática y de las investigaciones lógicas (Husserl). Aprovecha el tema para volver a la pregunta “¿Qué es, a fin de cuentas, filosofía?”, con la consideración de hacer filosofía cuando se formulan preguntas, por cuanto la filosofía es un hacer del espíritu, no la erudición.
Hay dos autores de su interés especial: Nietzsche y Ortega y Gasset, a quienes valora y debate. En el volumen sobre las letras en Antioquia cabe resaltar el breve ensayo que dedica a exaltar la vida y la obra de Rafael Uribe-Uribe (1859-1914), como pensador político al servicio de los más caros intereses sociales.
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