“Yo sé que no damos más. Pero vale la pena votar contra una cultura que no tiene palabra”, escribió Ricardo Silva Romero hace un año en su columna ‘Corrupción’, en El Tiempo. Faltaban dos días para que el país saliera a votar una consulta anticorrupción que al final no alcanzó los tarjetones suficientes en la urnas. El acto de votar le pareció un salvavidas que iba directo al grano de la transparencia, sin tener que pasar por esos políticos incumplidores y engañosos; esos, repletos de promesas, que les gusta conservar el poder solo para no tener que transformarse.
Manizales fue de los pocos lugares en los que la consulta alcanzó su meta, pero el país perdió esa oportunidad por la baja votación en otras regiones. Ahora nos toca salir a votar por políticos de nuevo, así que tenemos el deber de encontrar una fórmula en la que nuestro voto sea, primero, contra la falta de palabra. 
Por eso mismo decíamos que votar contra la corrupción no es apoyar frasesitas ni fotitos sonrientes del candidato. Es hablar de sus alianzas y apoyos, es revisar los dineros de sus campañas y es evaluar sus programas de gobierno en materia de transparencia. Como lo venimos haciendo desde la columna anterior, que revisó las propuestas anticorrupción de los candidatos a la Gobernación de Caldas. Hay que votar directo por las propuestas, para que al candidato no le quede tiempo de excusar o justificar su falta de palabra.
Esto es lo que proponen los candidatos a la Alcaldía de Manizales -por orden alfabético- en transparencia y lucha contra la corrupción.
Andrés Felipe Betancourth (coalición Alternativa: Polo Democrático, MAIS, Colombia Humana y Unión Patriótica) habla sobre transformar la oficina de prensa en una oficina de transparencia. Dice que contratará el 70% de los recursos con convocatorias públicas o licitaciones. Anuncia el uso de pliegos tipo. Dice que promocionará el uso de sistemas virtuales y de calidad para dialogar con veedurías mejor informadas, en especial sobre presupuestos y las diferentes etapas de contratación. Anuncia el uso de presupuestos participativos como fórmula para romper los clientelismos locales y el intercambio de favores barriales.
Carlos Mario Marín (Partido Verde, con apoyos del Partido de la U y de algunas corrientes del Partido Conservador) habla de un modelo descentralizado en el que se consulte a comunas y barrios los temas sensibles con diagnóstico. Anuncia el uso del SECOP II y el uso de innovación digital para divulgar información contractual. Habla de coordinar la planeación para detectar procesos duplicados. Resalta que el avance digital, incluso con la creación de aplicaciones para móviles, es esencial para facilitar trámites y divulgar datos públicos. Anuncia que mejorará las convocatorias de empleo en el municipio para buscar los mejores perfiles. Propone medidas de acción frente a las quejas, para mitigar la mala percepción sobre corrupción. Habla de apuestas en colegios para mejorar el conocimiento de lo público.
Jorge Hernán Mesa (Coalición Continúan las Oportunidad, del partido Liberal y el Centro Democrático) habla de fortalecer el gobierno digital para mejorar los trámites en línea, el acceso a la información pública y el control a la gestión y la inversión. Presenta una descentralización, urbano y rural, para establecer contacto directo de rendición de cuentas con las comunidades. Propone fortalecer el principio de planeación en toda la administración. Habla de modernizar los procesos, para reducir gasto y aumentar inversión. Fomentará los procesos y sistemas de contratación pública que garanticen transparencia, reglas claras y aumento en la participación de proponentes. Fortalecerá la urna de cristal como referente de contratación pública.
Jorge Hernán Yepes (Partido Conservador) habla de fomentar la participación de la ciudadanía en la gestión del desarrollo de la ciudad. Habla de rendición de cuentas y de presupuestos participativos para los recursos de las comunas y los barrios. Anuncia que avanzará en los Objetivos de Desarrollo Sostenible con los que se debe mejorar en divulgación de información pública y fortalecimiento en la planeación de las instituciones.
A estas propuestas también le caben las recomendaciones que dimos en la columna anterior: la necesidad de integrarse a las políticas nacionales y departamentales de transparencia. Sin duda les queda el reto de recibir una administración municipal con una percepción baja en confianza, según Manizales Cómo Vamos. También, junto al departamento, con unos índices todavía mejorables en transparencia, gobierno digital, contratación directa y número de proponentes, según el Consejo Privado de Competitividad, el Departamento Nacional de Planeación y la Procuraduría General.