A menos de un mes, la próxima Feria de Manizales tiene dos afiches, dos colores, dos cuentas en redes. Lo del gobierno que sale y lo del gobierno que entra. Así estamos. Y digámoslo claro: nuestra Feria sigue siendo el síntoma de una ciudad que no sabe gestionar sus recursos en contratación de imagen y en divulgación de información pública.
Al final, después de la inauguración de la Feria el jueves, parece que terminó ganando una de las dos imágenes, la verde del gobierno que entra. Pero al final, ¿ sabemos si los dos afiches fueron contratados, ejecutados, pagados? Transparencia sería explicar en detalle lo que pasó, con nombres, con precios, con contratos sobre la mesa, pues ahí hay recursos de todos de por medio. (Todo parece un chiste, pero no es más que el colofón de la mala gestión que termina en el Instituto de Cultura y Turismo)
Los dos afiches nos dejan una pregunta sobre cómo estamos llevando la gestión de la imágen y la información institucional. Una pregunta que tiene soluciones a la mano y que los gobiernos locales entrantes deberían tomar como política.
La primera solución, la renuncia a cualquier eslogan (mensaje, color, diseño gráfico) de gobierno para pasar a un emblema permanente de ciudad. Segunda, un enfoque de menos propaganda a favor del gobernante y más divulgación de información de interés público. Tercera, la puesta en marcha de protocolos de contratación objetiva de la pauta publicitaria con periodistas, medios y agencias de publicidad. Cuarto, la formulación de políticas de comunicación a través de las redes sociales de las entidades y los funcionarios. Por espacio, y para aprovechar el caso de los dos afiches, vamos a decir algo sobre las primeras dos.
Primero. El caso de los dos afiches puede verse como una puja, en época de transición en el poder, entre el posicionamiento de la imagen del gobierno que sale y la del que entra. Si existiera un enfoque en el que primara el emblema de ciudad y no la marca transitoria de cada gobernante, a lo mejor esta transición entre dos afiches --es increíble que lo digamos así-- ni siquiera sería un tema.
Recordemos que el Concejo de Medellín aprobó el Acuerdo 107 de 2019. Prohibió que las alcaldías de cada periodo tuvieran una imagen propia y estableció el escudo de la ciudad como el único ícono de la ciudad. Si siguiéramos el mismo ejemplo en Manizales, con un acuerdo similar en el Concejo, pondríamos fin a la egoteca de símbolos, colores y emblemas con el que llega cada gobernante de turno. Esa publicidad de su vanidad con la que termina contratando vallas, pintando edificios y cambiando papelería oficial o afiches de eventos, siempre a altos precios, con recursos de todos, y siempre al plazo de sus apenas 4 años de gobierno. El ahorro sería profundo y la imagen de ciudad ganaría en uniformidad y alcance.
Ya el afiche y las cuentas de redes de esta Feria usan el escudo de la ciudad, sin más. Y es suficiente.
Segundo. El afiche de la Feria del gobierno entrante --que finalmente parece ser el definitivo--, ha dejado una polémica sobre la inclusión de la imagen de un ciclista en traje casual, con casco verde. Para algunos, dentro de los que me incluyo, no es más que la intervención gráfica de una foto del alcalde electo Carlos Mario Marín, en la que tenía vestimenta y casco idénticos, que fue bien conocida durante su gestión como concejal y durante su campaña para la Alcaldía.
Esta discusión resume la urgencia de apostarle menos a la imagen del gobernante y más a la divulgación de información de interés público. Sobre todo para que los recursos públicos no se destinen al posicionamiento del alcalde (o del gobernador) o a la difusión gráfica del gobierno de turno, sino para que de verdad se informe sobre los servicios, ofertas, rutas de atención, gestión y programas que requiere la gente. Se trata, en concreto, de ser estrictos al cumplir con el Estatuto Anticorrupción (Ley 1474 de 2011), que prohíbe la publicidad del funcionario. Se trata de renunciar a la tentación de poner al gobernante en el centro de la publicidad o de usar figuras elusivas que caminan por el límite de la norma.
Este gobierno que entra en Manizales, con Carlos Mario a la cabeza, tiene diagnósticos, tiene agenda y tiene valor. Lo necesario para tomar estas decisiones en imagen e información institucional.
Nos quedan dos soluciones por comentar.
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