¿Ya se lavó las manos por más de 20 segundos? ¿Ya estornudó en el pliegue del antebrazo y el brazo? ¿Ya se tomó la temperatura? ¿Ya fue al mercado y a las farmacias a comprar lo que quedaba de gel antibacterial, tapabocas, jabones, paños húmedos y aerosoles mata virus? ¿Ya saluda con el puño, como el presidente Duque; con el codo, como el alcalde Marín; con el pie, como lo propone el dictador Maduro; con una reverencia, como aprendió Trump? ¿Ya solicitó permiso para hacer teletrabajo? ¿Ya dejó de comer comida en la calle? ¿Eliminó la comida china de su dieta? ¿Ya incluyó a los murciélagos en su lista de fobias? ¿Ya se aisló y encerró en su casa en cuarentena voluntaria? ¿Ya canceló viajes y salidas? ¿Ya compartió por redes sociales el falso mensaje de Rodolfo Llinás explicando cómo prevenir el Covid-19? ¿Ya se aprendió la canción que supuestamente salvará su vida? ¿Ya hizo un Tik Tok sobre el coronavirus? ¿Ya se llenó de miedo? ¿Ya asustó a sus allegados?
La Organización Mundial de la Salud declaró esta semana que el coronavirus ya es una pandemia y los países deben extremar medidas para que esta enfermedad - que es más que una “gripita” como inicialmente la calificó el presidente estadounidense Donald Trump - se extienda. Pero no hay que caer en el alarmismo.
Si bien el coronavirus no distingue edades, información reciente del Centro Johns Hopkins de Ciencia e Ingeniería (EE.UU.), el Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades (China) y el Instituto Superior de Sanidad (Italia) establece que el 90% de los afectados son mayores de 40 años. No hay fallecimientos por debajo de los 50 años - salvo en China, donde solo una persona menor de 20 años murió -. Ninguna muerte en niños menores de 10 años y la edad media de quienes se van está en 81 años; todos con patologías previas como hipertensión (30%), diabetes (19%) y enfermedades coronarias (8%).
La OMS ha dicho que otros tipos de coronavirus como el SARS y el MERS, que se extendieron por el mundo en 2003 y 2012, fueron más letales que el actual Covid-19. Y en países tropicales, como el nuestro, nos mata más el dengue que un coronavirus. La Organización Panamericana de la Salud reportó que este mal transmitido por el mosquito Aedes aegypti empeoró en el periodo 2019 - 2020: 3 millones 139 mil 335 casos reportados; “el mayor registrado en la historia de dengue en las Américas”.
Y hay factores naturales y ambientales que tampoco parecen ser tenidos en cuenta a la hora de tratar este tema. Los países que más sufren con esta pandemia están en el hemisferio norte, donde están en invierno. Pero, ¿qué sucederá cuando lleguen la primavera y el verano? Creo que las cosas mejorarán mientras que en el hemisferio sur, de no tomarse medidas, el virus se extenderá con la llegada del frío otoñal.
Escrito lo anterior, lo que esta pandemia nos muestra es que el planeta no está preparado para esta clase de emergencias. Los sistemas de salud están colapsando, al punto que en Italia los médicos deben elegir qué paciente salvar. En China construyeron un hospital en diez días con capacidad para atender a mil personas; aquí, semejante hazaña es imposible y nos quedó grande el uso racional del gel antibacterial.
También lo lentos que son los entes gubernamentales para tomar decisiones. Aquí olvidan que es mejor prevenir que lamentar y medidas como las tomadas en China, de aislar a casi 60 millones de personas de la región de Wuhan - pueden parecer drásticas, pero ayudaron a contener la expansión del virus.
El coronavirus también desnudó nuestra falta de solidaridad e hizo brillar la ignorancia. La escasez de tapabocas en una ciudad como Manizales solo indica lo angurrientos y desinformados que estamos. Especular con esto no es chiste y olvidamos la importancia de pensar en el prójimo. El tapabocas no lo necesita una persona sana, lo necesita la enferma.
Por último, hay un punto de vista darwiniano a esta pandemia. “El envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad”, advirtió las Naciones Unidas hace unos años. El coronavirus, como lo mencioné antes, afecta, sobre todo, a personas mayores de 60 años. Esto puede verse como un método “natural” de control demográfico. Suena cruel, pero es lo que la evidencia muestra. Mal momento para ser viejo en el planeta Tierra.
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