COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
El panorama de violencia que se generó el jueves, tras la cuarta movilización de estudiantes universitarios, que reclaman más recursos para las instituciones de educación superior públicas, abrió de nuevo el debate sobre la legitimidad de la protesta.
Las primeras jornadas organizadas en el último mes fueron en calma, pese a hechos aislados que generaron inconformismo en la ciudadanía, especialmente en Bogotá, donde se registró caos vehicular y ataques al edificio de la cadena radial RCN.
Pero lo ocurrido el jueves, donde se presentaron enfrentamientos entre estudiantes y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía, originó rechazo de la sociedad porque consideran que la protesta no puede convertirse en violencia.
Ataques a dos medios de comunicación, 12 policías lesionados, 68 buses de Transmilenio con daños, 18 estaciones vandalizadas, estudiantes arrollados por un vehículo y largas caminatas de ciudadanos regresando a pie a sus hogares tras la jornada laboral, hicieron parte de la jornada que vivió Bogotá, así como Popayán, Santander y Nariño.
Rechazo, repudió e indignación fue la reacción de estudiantes, rectores de instituciones públicas, el Gobierno Nacional y la ciudadanía por los desmanes que llevaron a que se perdiera el norte de la movilización organizada para pedir mayor presupuesto a la educación y en contra de la Ley de Financiamiento.
Estudiantes dan la cara
Tras las afectaciones, los líderes estudiantiles dieron sus explicaciones, rechazaron los actos de violencia y denunciaron agresiones del Esmad.
La líder de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees), Jennifer Pedraza, aseguró que si bien es cierto que hubo desmanes durante la jornada, los cuales condenó, resaltó que se debió a la falta de atención del Gobierno.
“La movilización fue con el objetivo de exigirle al Gobierno Nacional que se siente a dialogar con nosotros. En esa medida todo tipo de acción violenta sabotea este objetivo final que es la idea de defender las universidades públicas”, explicó Pedraza.
A su turno, el también líder estudiantil de Acrees, Alejandro Palacios, resaltó que no se debe crear un ambiente de generalización ante la protesta por los actos vandálicos, ya que los verdaderos estudiantes no participan con acciones violentas.
“Estamos dando la cara a todo el que nos quiera preguntar qué pasó. Pero, también exigimos al Gobierno que investigue quiénes fueron los que causaron tal acto de indignación. No solo el presidente Duque rechaza esto, nosotros también, pero no estamos señalando a todo mundo de vándalos. Eso no se puede permitir, se deben encontrar a los responsables, sin perder el pie de fuerza que nos unió para luchar por la educación pública”, expresó Palacios.
El vocero del movimiento estudiantil resaltó que las movilizaciones y el cambio que se busca con las movilizaciones no es para los estudiantes de hoy, sino para los que vienen detrás. “No existe causa más noble que la defensa de la educación pública. No es por nosotros los actuales estudiantes, es por los que se quedaron fuera o vienen mañana. Al ser noble la causa, su defensa debe ser pacífica. Por unos pocos violentos no podemos generalizar”, agregó.
Escala la protesta
Pasar de ver a estudiantes abrazando policías y protegiéndolos de ataques durante las primeras protestas a observar un panorama en donde los protagonistas fueron las bombas de pintura y las molotov, con una respuesta del Esmad con agua y gas dispersor, reflejó el escalamiento que han tenido las marchas.
Para el rector de la Universidad Pedagógica Nacional, Leonardo Fabio Martínez, la evolución de la protesta social, amparada bajo la Constitución y consagrada en el artículo 37, sacó a flote una crisis que se ha ido cocinando lentamente ante decisiones y posturas del Gobierno Nacional.
“Cuando uno observa el bloque de las movilizaciones se da cuenta que se llevó acabo de manera pacífica. Pero, como en todos los casos, no falta algo que la manche. Rechazo rotundamente los actos de violencia que se presentaron de parte y parte", explicó el académico.
Martínez aclaró que "con esto no busco generalizar, pero toda la imagen de los estudiantes que se tiene hoy es que son vándalos y eso quiere decir que el país no sabe a quiénes está educando ni cómo. Lo del jueves fue el destape de la crisis social que vive el país, no solo en educación, sino a la par de su economía, hay que ver más allá”.
Para el rector de la Universidad Pedagógica, el Gobierno Nacional ha dado pasos frente a la situación. Sin embargo, resaltó que se están quedando cortos en pensar estrategias que cobijen e integren las causas de insatisfacción por la ciudadanía.
“Ante una situación de crisis tan compleja se requieren más esfuerzos. El presidente Duque debe sentarse con los estudiantes y escucharlos para avanzar. Pero tampoco se pueden dejar por fuera a los que reclaman por la reforma tributaria”, agregó Martínez.
Con esta postura coincidió el vicerrector de la Universidad de Antioquia, Elmer de Jesús Gaviria Rivera, quien rechazó los actos violentos vividos también en Medellín y resaltó que estos hechos desvirtúan el sentido que ha tenido hasta el momento la diligencia estudiantil.
“Desafortunadamente la protesta ha ido tomando otro tono. Hemos sido solidarios con que las protestas legalmente constituidas no violentas han sido en defensa de la educación superior pública. Rechazamos todo tipo de violencia, porque así no se soluciona nada y lo que sí hace es dar retroceso en lo que se ha avanzado”, agregó.
Violencia contra la prensa
Las agresiones a la prensa estuvieron a la orden del día el jueves. Encapuchados lanzaron piedras y pinturas contras las las instalaciones de RCN Radio y City TV, en el centro de Bogotá.
En la cadena radial lanzaron pintura, piedras y demás objetos, como en veces anteriores, pero en esta oportunidad el mayor detonante de rechazo fue una bomba incendiaria, que dejó con heridas leves a un policía y que por fortuna no pasó a mayores.
Para el director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), Pedro Vaca, estos hechos recurrentes son muestra de que hay “obstinación” por quienes los perpetran al buscar atención por vías violentas.
“Esto es algo muy preocupante porque ya son hechos reiterativos y con esto no le estoy quitando el peso que tiene el derecho a la protesta, pero si se está violando el derecho de la prensa de ser libre al convertirla en víctima de estas agresiones. Un escalonamiento en los hechos de violencia es algo que se escapa de cualquier crítica, ya son actos vandálicos que deben ser sancionados e investigados ejemplarmente”, manifestó Vaca.
El director de la FLIP apuntó que los resultados del jueves son corresponsabilidad tanto de los estudiantes que convocaron a la marcha como de las autoridades, que también generaron manifestaciones de violencia, ya que, según él, esto no se debe permitir en un país “que dice ser democrático”.
El martes el consejo directivo de la Universidad Nacional encabezado por la rectora, Dolly Montoya, tomará una decisión frente a la continuidad del semestre, dependiendo de si los estudiantes vuelven a las aulas o no.
"No es un ejercicio de tire y afloje, esto es un ejercicio de hablarle al país con sinceridad sobre la disponibilidad de recursos, ustedes han hablado con la ministra y exigen $500 mil millones antes de terminar el año, no los hay, o se los vamos a quitar al adulto mayor o a familias en acción o a los subsidios. No puedo ser irresponsable con el pueblo colombiano”.
El presidente, Iván Duque, desde Leticia donde adelantó el taller Construyendo País.
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