Tranquilidad minada

Q’HUBO | LA PATRIA | IRRA

Los disturbios en el paro minero no se detienen. Ayer, la vía Manizales-Medellín amaneció bloqueada, pues los manifestantes, a punta de hacha y machete, tumbaron una ceiba enorme que quedó atravesada de lado a lado sobre la carretera, a la altura de la vereda La Garrucha, unos metros adelante del desvío que va hacia Marmato.

Decenas de viajeros y transportadores tuvieron que pasar la noche del miércoles en la carretera. Algunos camioneros se mostraron preocupados porque los bloqueos les afectaban las cargas de perecederos y sustancias que necesitan refrigeración.

Los pasajeros de transporte público también estaban desesperados, sobre todo los que viajaban con niños y ancianos. No tenían cómo hidratarlos ni alimentarlos, pues el comercio de la zona se cerró por temor a los enfrentamientos entre manifestantes y autoridades.

A las 9:30 a.m., los uniformados de la Policía y el ESMAD pillaron a los manifestantes reunidos en el punto de concentración, y con gases lacrimógenos los obligaron a escabullirse por las montañas aledañas al municipio minero.

Sobre la vía y los pastales quedaron unas 14 motos tiradas, además de los víveres, frutas, ollas y demás elementos que tenían almacenados en los cambuches. En la correría, varios encapuchados se armaron de piedras y palos, y agredieron a los antimotines.

Adriana Palomino, una de las líderes de la protesta y gobernadora indígena, manifestó que los policías los habían agredido sin razón. Alega que no la respetaron, la estrujaron y detuvieron durante varias horas. “Me soltaron por mi condición de gobernadora, pero ellos aún tienen a otros tres hombres y una mujer detenidos".

Agregó que quienes tumbaron las motos y destrozaron los cambuches fueron los policías..

Ataque explosivo

Cuando los uniformados se fueron a la montaña tras los manifestantes, estos les lanzaron grandes rocas para impedirles el paso. Una de esas piedras cayó sobre el carro del fotógrafo de El Espectador, que quedó con el capacete y una puerta apachurrados, y varios vidrios reventados.

Los mineros, desde la montaña, también atacaron con artefactos explosivos. Desde la carretera se vio cuando lanzaron bolsas plásticas que ellos mismos armaron con pólvora.

La gobernadora Palomino manifestó que en Marmato es normal que se use dinamita, necesaria para el trabajo en las minas, pero no sabe si la utilizaron en contra de la Policía.

A las 11:00 a.m., los policías terminaron de cortar el tronco del árbol que obstaculizaba la vía. Lo movieron con ayuda de una grúa y permitieron el paso de vehículos. Pero estos solo alcanzaron a avanzar 1,5 kilómetros, ya que otro grupo de mineros lanzó un explosivo que hizo caer varias piedras sobre los carros.

Ninguna persona resultó lesionada ni herida en esta agresión, y rápidamente el paso vehicular se normalizó.

El dato

Hasta el cierra de esta edición la carretera a Marmato seguía bloqueada.

Se desplomó

El policía Gabriel Bobadilla fue la única víctima de los uniformados en los disturbios de ayer. Al parecer el calor y el peso de los trajes le pasaron factura y en medio de los enfrentamientos se desplomó.

Entre periodistas y uniformados lo llevaron a un pastal hasta que llegó una camioneta de la Policía y lo trasladó a un centro asistencial en Supía.

Murió padre de minero

Javier Antonio Morales, de 74 años, y quien hace 30 años fue alcalde de Supía, murió de un infarto en la noche del miércoles, cuando viajaba por la vía Manizales-Irra.

Su hijo menor, Alberto Morales, minero de profesión, manifestó que antes de llegar al corregimiento risaraldense su padre sufrió una complicación cardíaca y no pudieron llevarlo a ningún centro asistencial porque los manifestantes del paro minero, o sea sus colegas, no le abrieron paso.