Juanita Ramos Ardila
Colprensa | LA PATRIA | Bogotá
Esta semana el presidente Juan Manuel Santos anunció cómo será su segundo gobierno, despertando posiciones en contra, incluso dentro de la Unidad Nacional. Pese a las críticas, el jefe de Estado se la jugó al anunció nuevos ministros, hizo un guiño a uno de los ternados a la Contraloría, revolcó sus asesores directos y confirmó el poder que tendrá Germán Vargas Lleras.
Pero el arrojo de los anuncios no disimula, sino que pone en evidencia lo difícil que lo tendrá para asegurar un clima de gobernabilidad. Apenas a una semana de su posesión, Santos ya ha tenido tropiezos hasta con sus aliados.
El lunes presentó a su nuevo gabinete de ministros, lo que causó fuertes críticas de su partido de La U. La mayor parte de los comentarios en contra los suscitó el nombramiento de Gina Parody en Educación. En su anuncio el Presidente la denominó como parte de la colectividad y representación de la Costa Caribe, de inmediato congresistas como Armando Benedetti lo cuestionaron: "De la Costa sólo dos ministerios de 16. ¿Qué dirá mi pobre Caribe? Otra vez será", trinó el senador.
Más y menos
Santos llamó al orden e hizo respetar su fuero para nombrar ministros, pero al mismo tiempo rompió con su consigna de imparcialidad al solicitar el apoyo de las bancadas a la candidatura de Edgardo Maya para ser contralor general, de ahí surgió un segundo enfrentamiento, nada menos que con César Gaviria, su jefe de debate en la reciente campaña y quien apoyaba a Gilberto Rondón.
Liberales como Viviane Morales dijeron que así como el Presidente tiene autonomía sobre el nombre de sus ministros, debe respetar la autonomía del Congreso para tomar la decisión sobre el jefe del control fiscal.
A juicio de Camilo Fajardo, analista político, habría que esperar que los ministerios acojan las necesidades de Colombia, pero se puede ver como normal la incomodidad de los partidos que quieren cuotas en el Gobierno: “Todo esto es resultado de la manera en que fue elegido el Presidente, que sale escogido no por lo que es o por lo que representa como candidato, sino porque se hicieron coaliciones, entonces hay una expectativa muy alta en que las cuotas de poder representen el peso que los partidos aportaron en la segunda vuelta”.
A esta afirmación se une la senadora Claudia López, quien dice que es un presidente débil, resultado de una elección en la que no ganó solo y le parece legítimo que la gente que lo ayudó pida representación: “El Presidente solo no pudo ganar, pero ahora sí quiere gobernar solo”.
En este escenario existen dos realidades: que los nombramientos no satisfacen las demandas de la ciudadanía y que el Presidente no responde a las solicitudes de los partidos; finalmente cualquiera de las dos realidades hace que santos cause descontento en distintos sectores.
Así las cosas, la forma como Santos está armando el rompecabezas de gobierno tiene descontentos a muchos sectores y abre las posibilidades que el curso de su labor siga con esta tendencia a la pugnacidad. Al parecer el mismo jefe de Estado lo sospecha, pues en un reciente discurso afirmó: “Las escogencias son muy ingratas, lo sé yo por el Gabinete”.
Los superministros
Esta semana también quedó claro que Germán Vargas Lleras será un ‘superministro’ a cargo de todo lo que tenga que ver con ejecución de proyectos, especialmente de infraestructura. Aunque predecible, comprobar el poder que tendrá el vicepresidente genera mucho ruido en el mundo político.
Para Fajardo, hay coherencia en lo que pasó, pues dice que Santos no es un presidente que tenga una sólida fuerza política, para él, Germán Vargas le da una presencia de autoridad en el Gobierno: “Lo que el Presidente estaría preparando es una coalición liberal encabezada por Germán Vargas, quien a la vez estaría preparándose para la candidatura a la Presidencia en cuatro años”.
Sin duda alguna el papel de Vargas será fundamental y no sólo por su influencia en los proyectos, sino también por su carácter político, que guiará la segunda administración Santos. De hecho, como vicepresidente ya empezó a reunirse con ministros para hablar sobre el curso de las carteras.
Otro nombramiento que estaba cantado era el de Néstor Humberto Martínez, que fue designado como Ministro de Presidencia y que coordinará a todos los ministerios. Ese anuncio fue calificado como un “descaro”, por el senador del Polo Democrático Jorge Enrique Robledo.
Martínez también es de la corriente de Vargas Lleras, pues es parte de Cambio Radical, y se dice que tiene una estrecha relación con Luis Carlos Sarmiento.
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