Nerviosismo por paramilitares en Bojayá

EFE | Colprensa | LA PATRIA | Bogotá

La violencia del conflicto armado no da tregua en el país, que comenzó el año con el confinamiento de paramilitares a los habitantes de un caserío de Bojayá, y el asesinato de un exguerrillero de las Farc en el departamento del Cauca.

El defensor del pueblo del Chocó, Luis Murillo, confirmó a Efe por teléfono que los moradores del caserío de Pogue -que hace parte de Bojayá, escenario en 2002 de las peores matanzas del conflicto armado- están confinados en ese caserío por la presencia de paramilitares.

"Fuimos informados el 31 de diciembre de la incursión de un grupo armado ilegal en ese corregimiento de Bojayá, que está a tres horas de la cabecera municipal por vía fluvial. El grupo que habría ingresado allí es el de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (conocidos como Clan del Golfo)", detalló Murillo.

La llegada de los hombres armados impide la libre movilización de los habitantes de Pogue, situado en una margen del río Bojayá, en el Chocó.

Para el defensor del pueblo, la presencia de los grupos armados aumenta el riesgo para la población porque prohibieron el uso de teléfonos celulares, a lo que se le suma la presencia en la zona de guerrilleros del Eln lo que hace que la gente "quede todavía más en peligro" porque está en medio de dos grupos rivales.

Presencia del ejercito

Tras un Consejo de Seguridad en Bojayá, las autoridades consideraron necesario aumentar la presencia de las tropas en la cabecera municipal, sumado a establecer controles en los caseríos de Corazón de Jesús, Lomas de Bojayá, Piedra Candela y Pogue.

El pasado 17 de noviembre, durante los actos de entrega a la comunidad de los restos de cerca de un centenar de víctimas de la matanza del 2 de mayo de 2002 en Bojayá, organizaciones sociales y la Diócesis de Quibdó advirtieron al Gobierno sobre el "inminente riesgo" de que ocurra una nueva masacre en la zona.