ALEXANDRA SERNA*
LA PATRIA | CARTAGENA
Si el llamado factor Z o de desarrollo tecnológico es determinante de la economía de un país, según el Premio Nobel en esta área Finn Kydland (2004), el 0,3% que destina Colombia de su Producto Interno Bruto a Ciencia y Tecnología deja mucho qué desear.
Esta y más cifras se ventilaron en Suma Convención Científica Colombiana, que realizaron esta semana Colciencias y la Revista Semana en Cartagena, para atizar, quizás, aquello que motiva el trabajo arduo y a veces inédito de los científicos: la incertidumbre.
El solo anuncio de la directora de Colciencias, la caldense Paula Marcela Arias, de que el presupuesto para esta entidad será en el 2015 de $289 mil millones, $133 mil millones menos que en el 2013, sabe amargo y suena contradictorio, cuando recién se presentó un ambicioso plan de repatriación de cerebros fugados, si la producción de conocimiento en el país va en ascenso (pasó del puesto 57 al 48 en nueve años) y cuando aún persiste la meta de contar con 20 mil doctores (había 7.129 en el 2011).
"Es un error político recortarle presupuesto a la investigación", afirmó el vicepresidente, Angelino Garzón, quien se comprometió con solicitarle al Ministerio de Hacienda que replantee el monto.
Decisiones pensadas
La esperanza no está perdida. En lo que coincidieron varios expertos nacionales e internacionales es que se deben formular y ejecutar políticas a largo plazo.
Por ejemplo, para Nubia Muñoz, médica pionera en investigaciones del papiloma humano, es necesario que se multiplique el 10% que se destinan de las regalías, "porque la explotación de recursos naturales se acabará en algún momento", aprovechando mejor esa fuente de financiación. Ricardo Gómez, exrector de la Universidad de Caldas y asesor de Colciencias, precisó que debe reformarse la ley de regalías "para fortalecer la capacidad de generar desarrollo basado en conocimiento"; la idea es que no sean las gobernaciones las que decidan en qué se ejecutan los dineros.
El llamado también fue para que los políticos, que toman las decisiones, lo hagan con base en evidencias científicas para que sean sostenibles en el tiempo. Como lo planteó Jan Marco Müller, coordinador de la Oficina Asesora Científica Principal de la Comisión Europea, una dificultad para que ellos y los científicos se entiendan es que manejan ciclos diferentes; mientras los gobernantes requieren soluciones inmediatas para cumplirle a su electorado, los investigadores se pueden tardar años en encontrar respuestas a los problemas.
Conquistar a los industriales
El otro obstáculo es comprender qué se investiga y para qué. Müller propuso -generando risas en el auditorio- que al final de cada tesis debía ir una media página escrita como para la abuela.
No es descabellado y también aplica para los industriales, que más que mecenas de algunos proyectos o de unos cuantos científicos privilegiados, son corresponsables de que aumente el presupuesto para ciencia, tecnología e innovación. En nuestro país apenas el 10% de la investigación se realiza en las empresas; el resto, en las universidades. "Los investigadores tienen que conquistar a los gerentes", expresó Manuel Limonta, director de la Oficina para Latinoamérica y el Caribe del International Council for Science.
El Premio Nobel de Economía hizo hincapié, sin embargo, en que cualquier intento privado se queda corto, sino cuenta con el respaldo del Estado. Expuso cómo el llamado milagro asiático fue posible por la implementación de planes de innovación a largo plazo y la confianza de que los gobiernos eran líderes en promover la ciencia y la educación.
En el discurso del presidente Juan Manuel Santos es clara la intención: "queremos que Colombia sea en el 2025 la más educada de Latinoamérica", la pregunta es si la voluntad para lograrlo será igual de contundente.
* La periodista fue invitada a la cumbre científica.
Los premiaron
Un reconocimiento público y $100 millones (en contratos para desarrollar proyectos) recibieron ocho investigadores eméritos de Colombia, a quienes premió Colciencias tras evaluar la hoja de vida de 69 postulados y seleccionar 20 finalistas. En la foto, de izquierda a derecha -la mujer es Paula Marcela Arias, directora de Colciencias-:
- Categoría especial: Alberto Ospina, fundador de Colciencias.
- Ciencias Básicas: Manuel Elkin Patarroyo, director de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia y promotor de la vacuna contra la malaria.
- Ciencias Agrícolas: Álex Enrique Bustillo, líder de proyecto de control biológico en Cenipalma.
- Ciencias Básicas: Moisés Wasserman, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional (exrector).
- Ciencias Médicas y de la Salud: Luis Fernando García, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
- Ciencias Sociales y Humanas: Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica.
- Ingeniería y Tecnología: Silvio Delvasto, profesor de la Universidad del Valle.
- Ciencias Bio: Ángela Restrepo, directora científica de la Corporación para Investigaciones Biológicas en Medellín (no asistió a la premiación).
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