Johana Muñoz observa los escombros de su vivienda destruida tras ser afectada por el ataque con carro bomba dirigido a una estación policial en Timba (Cauca).

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Johana Muñoz observa los escombros de su vivienda destruida tras ser afectada por el ataque con carro bomba dirigido a una estación policial en Timba (Cauca).

Autor

Ernesto Guzmán y Laia Mataix

EFE | LA PATRIA | TIMBA

Los habitantes de Timba, una zona rural de Buenos Aires (Cauca), fueron a dormir el martes con el anuncio del próximo inicio de negociaciones de paz del Gobierno con las disidencias de las Farc, pero amanecieron ayer con el ensordecedor ruido de la bomba que estalló contra una estación policial. La esperanza duró apenas unas horas.

El Cauca es de los departamentos más afectados por el conflicto armado del país, con una extensa presencia del Estado Mayor Central (Emc), principal disidencia de las Farc, a la que el presidente Gustavo Petro atribuyó este ataque, y que en las últimas semanas ha atemorizado a comunidades enteras e incrementado sus ataques.

Es con este mismo grupo con el que, sobre el papel, el Gobierno arrancará un cese el fuego bilateral de 10 meses el próximo 8 de octubre. Pero también son ellos con quienes el Gobierno ha mantenido rifirrafes a lo largo del año que han dilatado un proceso de paz que a principios de año parecía casi establecido.

"Todavía no sé ni lo que pasó, no sé qué aparato nos colocaron. Estaba haciéndole un sándwich a mi hija para ir a la escuela, estábamos en la cocina, la alacena que tenía encima me cayó en la cabeza", relató Johana Muñoz, que perdió su casa en el atentado.

Ella y su hija de seis años lograron salir vivas de la casa, y en la calle vieron a los dos muertos que dejó el atentado, para después correr hasta la casa de la madre de Johana, que vive al lado, y comprobar que también había salido ilesa de la bomba.

"Quedé sin dónde vivir, sin dónde trabajar (en casa tenía un local con un pequeño almacén de repuestos)", lamentó Johana, que no pudo reprimir el llanto al ver su casa destruida.

Violencia que no cesa

El ataque dejó al menos dos muertos y dos heridos, y tras la explosión, aproximadamente a unos 50 metros de la estación de Policía, los uniformados fueron hostigados por criminales, según las autoridades.

La estación de Policía no sufrió grandes daños tras la explosión de lo que se presume fue una camioneta, pero las casas cercanas quedaron completamente destruidas y en los escombros las personas afectadas tratan de recuperar los objetos que se salvaron, sobre todo recuerdos personales.

Hace menos de un mes, otro carro bomba estalló frente a la estación policial de Timba, ubicado a orillas del río Cauca, y su esqueleto sigue presente en el lugar, del que nunca llegó a ser retirado.

Igualmente, ayer hubo un hostigamiento contra una estación policial de Santander de Quilichao y contra una base militar del Ejército en Suárez, sin que se conozca aún cuántos heridos hubo.

"Lo de hoy no tiene palabras (...) me sorprende porque hasta el día de ayer estaban en un diálogo aquí en el cercano municipio de Suárez, y me sorprende porque no entiendo cuáles son los diálogos de paz cuando la guerra cada día está aumentando", lamentó Wilmer Garcés, habitante de Timba cuya casa también quedó destruida.

En este momento se necesita ayuda, agregó Wilmer, quien recuerda el atentado de hace un mes y como nunca llegaron asistencia tras aquel, por lo que temen que se repita la situación tras la bomba de ayer.

"Realmente los diálogos de paz solo se van en palabras, porque los hechos nosotros no los vemos", alertó.

Reacciones del Gobierno

El presidente, Gustavo Petro, dijo que las acciones del Emc en el Cauca son su respuesta a la ofensiva en el Valle del Micay, donde se produce el 70% de la hoja de coca del Cauca. "Nuestro objetivo se mantiene. El Valle del Micay sera el ejemplo de cómo se sustituye una economía ilícita por una lícita en favor del campesinado", expresó el mandatario en X (antes Twitter).

Petro agregó: "He ordenado sin dejar de recuperar por completo el Valle del Micay, y con este objetivo como prioridad, una presencia aun mayor, militar y policial en el Cauca".

El ataque también provocó la reacción de otros miembros del Gobierno, entre ellos la vicepresidenta, Francia Márquez, oriunda del Cauca, quien cuestionó que "estos hechos evidencian la falta de voluntad de los grupos armados de querer avanzar hacia un camino de paz en Colombia".

Iván Velásquez, ministro de Defensa, se reunirá hoy con Petro para analizar la situación en el Cauca tras los ataques de las disidencias, a las que ayer criticó: "Es intolerable que se esté pregonando la paz, planteando el cese y desarrollando actividades de esta naturaleza".