Miembros del Ejército Nacional intimidaron a campesinos, mujeres con bebés en brazos e incluso a niños que presenciaron el hecho.

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Miembros del Ejército Nacional intimidaron a campesinos, mujeres con bebés en brazos e incluso a niños que presenciaron el hecho.

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El Ejército abrió una investigación disciplinaria contra militares que, armados y disfrazados de disidentes de la antigua guerrilla de las Farc, intimidaron a los habitantes de un caserío de Córdoba, algo que el Gobierno calificó de “suma gravedad” y ha causado indignación en el país.

El hecho ocurrió el domingo pasado cuando, según se ve en videos publicados en redes sociales, los hombres, que se cubrían el rostro con capuchas, intimidan a la comunidad de Bocas de Manso, en el municipio de Tierralta, tras lo cual “se ordenó el desplazamiento de una unidad militar para brindar seguridad a los habitantes de este sector”, detalló el Ejército en un comunicado.

“De la misma manera se dio aviso a las autoridades competentes y se iniciará la indagación disciplinaria correspondiente”, agregó el Ejército, que añadió que “rechaza este tipo de comportamiento, el cual es claramente incorrecto y no representa los principios y valores enseñados en las escuelas de formación del Ejército Nacional”.

En los videos se ve a la comunidad -en la que hay personas incluso con niños de brazos- discutiendo con los hombres armados y pidiéndoles que se identifiquen, algo que no hacen en medio de una fuerte discusión.

En ese sentido, el Ejército detalló que “una vez hacen presencia las tropas en terreno, se pudo evidenciar que posiblemente soldados del Batallón de Infantería N.33 ‘Batalla de Junín’, de la Décima Primera Brigada, estarían inmersos en un posible acto de violencia contra la población civil y sujetos de especial protección constitucional”.

Por esa razón se desplazó una comisión inspectora que está en la zona “verificando los procesos y procedimientos efectuados por parte de la unidad militar”, agregó la información.

Investigaciones e indignación
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, aseguró que lo ocurrido “es de suma gravedad y exige la adopción de drásticas decisiones”.

“Ninguna tolerancia con comportamientos que no solo afectan a las comunidades sino a las propias Fuerzas Militares”, añadió el ministro en X (antes Twitter).

El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, valoró que se hubiese ordenado “inmediatamente una investigación al respecto” y el desplazamiento a la zona del inspector del Ejército “para aclarar esta situación y tomar los correctivos disciplinarios si hubiese lugar a ello”.

Entre tanto el procurador delegado para la Defensa de los Derechos Humanos, Javier Sarmiento, envió una carta al gobernador de Córdoba, Orlando Benítez, que convocó un consejo de seguridad.

“He convocado consejo de seguridad extraordinario ampliado (...) en el comando de Policía departamental, con el fin de conocer mayores detalles de los hechos ocurridos en la vereda Bocas del Manso, Jurisdicción de Tierralta-Córdoba”, respondió Benítez en X.

¿Suplantación?

El senador Ariel Ávila, del partido Alianza Verde, aseguró que en la zona donde ocurrieron los hechos solo opera el Clan del Golfo, la principal banda criminal del país. “La supuesta presencia de disidencias es poco probable, a no ser que exista un pacto con el Clan, lo cual es poco probable. La otra opción es una suplantación lo cual sería terrible”, escribió Ávila en sus redes sociales.

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