Labrador chocolate sacando la lengua.

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Los perros son más que simples mascotas; se convierten en parte de nuestras familias y queremos asegurarnos de brindarles la mejor atención posible. Una parte vital de su cuidado es la alimentación adecuada. 

Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen ciertos alimentos que pueden ser peligrosos para nuestros amigos peludos. En este artículo, exploraremos en detalle aquellos alimentos que pueden provocar convulsiones en los perros.

 

En resumen

  • Algunos alimentos que son seguros para los humanos pueden ser tóxicos para los perros y provocarles convulsiones. El chocolate, las uvas y las pasas son alimentos que deben evitarse, ya que contienen sustancias tóxicas para los perros y pueden desencadenar convulsiones.
  • En caso de que un perro consuma accidentalmente un alimento tóxico, es necesario buscar atención veterinaria de inmediato. El veterinario podrá proporcionar el tratamiento adecuado y minimizar los riesgos para la salud del perro.
  • La prevención es clave. Mantener a los perros alejados de los alimentos peligrosos, almacenar los alimentos de forma segura y ser conscientes de los peligros potenciales ayudará a evitar las convulsiones relacionadas con la alimentación.

 

¿Por qué convulsionan los perros?

La convulsión de un perro puede ser un momento alarmante y preocupante para sus dueños. Las convulsiones en los perros, también conocidas como ataques epilépticos, son eventos neurológicos que pueden ser causados por diversas razones. 

Afortunadamente hay esperanza, ya que muchas de estas condiciones son manejables y tratables.

Las convulsiones ocurren cuando hay una actividad eléctrica anormal en el cerebro de un perro, lo que provoca una serie de movimientos involuntarios e incontrolables. Pueden variar en intensidad y duración, desde breves espasmos musculares hasta convulsiones más prolongadas y violentas.

Existen varias causas subyacentes que pueden desencadenar las convulsiones en los perros. Una de las más comunes es la epilepsia, que puede ser hereditaria o de origen desconocido. 

Otros factores que pueden contribuir a las convulsiones incluyen enfermedades metabólicas, como problemas en la tiroides o el hígado, intoxicaciones, tumores cerebrales, infecciones cerebrales o lesiones en la cabeza.

Después de una convulsión, es recomendable que lleve a su perro a un veterinario para un examen completo. El veterinario realizará pruebas para descartar posibles causas subyacentes y determinar el mejor curso de acción. 

En algunos casos, es posible que se necesiten análisis de sangre, radiografías, resonancias magnéticas o punciones lumbares para obtener un diagnóstico más preciso.

Es importante recordar que, aunque las convulsiones pueden ser aterradoras para los dueños de mascotas, muchos perros pueden llevar vidas felices y saludables con un manejo adecuado de esta condición. 

Con el apoyo y la atención veterinaria adecuada, es posible controlar y minimizar las convulsiones, lo que brinda esperanza a las personas preocupadas por sus queridos compañeros peludos.

 

¿Qué pasa cuando un perro convulsiona?

Cuando un perro convulsiona puede experimentar una serie de síntomas que pueden resultar angustiantes para su dueño. Durante una convulsión, el perro puede volverse rígido en todo su cuerpo, con los músculos tensos y sin poder moverse. 

Al mismo tiempo, es común que se presenten temblores incontrolables en las extremidades, cabeza y cuerpo, debido a la actividad eléctrica anormal en el cerebro.

Es posible que también note espuma o saliva en la boca del perro durante la convulsión. Esto se debe a la contracción involuntaria de los músculos de la mandíbula y la boca, lo que puede ocasionar que el perro babee o que se forme espuma alrededor de la boca. 

Es importante tener en cuenta que la presencia de espuma o saliva no indica necesariamente gravedad o peligro.

Durante la convulsión, el perro puede perder el conocimiento y parecer desconectado de su entorno. Sus ojos pueden moverse de manera descontrolada o pueden quedarse fijos en una posición. Además, es posible que emita sonidos como gemidos, gruñidos o ladridos durante el episodio convulsivo.

Es importante destacar que, aunque las convulsiones pueden resultar alarmantes, no causan dolor al perro. Es fundamental mantener la calma y asegurarse de que su mascota esté a salvo durante el episodio, evitando que se lastime o caiga desde una altura.

 

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Alimentos que pueden provocar convulsiones en perros

A continuación, se presenta una lista de ocho alimentos principales que pueden provocar convulsiones en los perros, junto con una explicación más detallada de por qué pueden tener este efecto:

Chocolate

El chocolate contiene teobromina y cafeína, dos sustancias estimulantes del sistema nervioso central. Estos compuestos pueden afectar el sistema nervioso de los perros, ya que su metabolismo no puede procesarlos de manera eficiente. 

La teobromina puede desencadenar una serie de síntomas, incluidas convulsiones, debido a su capacidad para aumentar la excitabilidad neuronal y afectar la función cardíaca.

Café y bebidas con cafeína

Al igual que el chocolate, las bebidas con cafeína contienen compuestos estimulantes que pueden afectar el sistema nervioso central de los perros. 

La cafeína puede desencadenar la liberación de neurotransmisores excitatorios, lo que puede ocasionar un aumento de la actividad neuronal y la posibilidad de convulsiones.

Aguacate

El aguacate contiene una sustancia llamada persina, que puede ser tóxica para los perros en grandes cantidades. Aunque la persina no afecta a todos los perros de la misma manera, algunos pueden experimentar reacciones adversas, como trastornos gastrointestinales y, en casos raros, convulsiones.

Cebolla y ajo

La cebolla y el ajo, presentes en muchas preparaciones culinarias, contienen compuestos sulfurosos que pueden dañar los glóbulos rojos de los perros. Esto puede provocar anemia y, en casos graves, afectar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede desencadenar convulsiones.

Uvas y pasas

Aunque no se comprende completamente por qué, las uvas y las pasas pueden ser tóxicas para algunos perros, provocando síntomas graves que incluyen insuficiencia renal aguda. Esta condición puede afectar la función cerebral y aumentar el riesgo de convulsiones.

Productos lácteos

Algunos perros son intolerantes a la lactosa y al azúcar presente en los productos lácteos. La falta de la enzima lactasa necesaria para digerir la lactosa puede llevar a trastornos digestivos, como diarrea y malestar estomacal. En casos raros, la intolerancia a la lactosa severa puede provocar convulsiones.

Nueces de macadamia

Las nueces de macadamia contienen una toxina desconocida que puede afectar el sistema nervioso de los perros. La ingesta de nueces de macadamia puede causar síntomas como debilidad, temblores musculares y, en casos extremos, convulsiones.

Xilitol

El xilitol es un edulcorante artificial que se encuentra en muchos productos sin azúcar, como chicles y dulces. 

La ingestión de xilitol por parte de los perros puede provocar una rápida liberación de insulina, lo que puede resultar en una disminución peligrosa de los niveles de azúcar en sangre. Esta hipoglucemia puede desencadenar convulsiones.

 

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¿Qué hacer cuando un perro convulsiona?

Cuando un perro está experimentando una convulsión, es esencial mantener la calma y actuar de manera tranquila y diligente. La primera y más importante recomendación es mantener la serenidad en todo momento, ya que los perros pueden percibir y responder al estado emocional de sus dueños.

En caso de una convulsión, es fundamental crear un entorno seguro para su perro. Retire cualquier objeto cercano que pueda representar un peligro, como muebles afilados o productos químicos. 

También puede colocar almohadas o mantas suaves alrededor del perro para prevenir lesiones en caso de movimientos bruscos durante la convulsión.

Es importante recordar que durante una convulsión, no debe intentar restringir o contener los movimientos de su perro. Esto puede resultar en lesiones tanto para usted como para el animal. Permita que el perro se mueva libremente mientras convulsiona, asegurándose de que esté en un lugar seguro y libre de obstáculos.

Durante la convulsión, es posible que su perro produzca espuma o saliva. Para proteger las vías respiratorias, puede colocar suavemente un paño o una toalla doblada en la boca del perro para mantenerla abierta y permitir que la saliva drene. 

Sin embargo, es fundamental tener cuidado y evitar introducir objetos extraños en la boca del perro para evitar lesiones adicionales.

Si es posible, observe la duración de la convulsión. Aunque puede parecer una eternidad, las convulsiones suelen durar entre uno y tres minutos. Si la convulsión persiste durante un tiempo prolongado o si se presentan convulsiones recurrentes, debe buscar atención veterinaria de inmediato.

Después de que la convulsión haya finalizado, tome nota de cualquier información relevante, como la duración del episodio y los síntomas observados. Estos detalles pueden ser de utilidad para el veterinario al momento de evaluar y diagnosticar la situación.

Si su perro ha experimentado convulsiones, es recomendable buscar asesoramiento veterinario adicional. Un veterinario podrá examinar a su mascota, determinar la causa subyacente de las convulsiones y establecer un plan de tratamiento adecuado para controlarlas. 

Además, puede ser beneficioso considerar tomar cursos o recibir capacitación en primeros auxilios para perros, lo que le permitirá estar mejor preparado y actuar de manera adecuada en situaciones de emergencia.

 

¿Cómo quitarle las convulsiones a un perro?

Es importante recordar que el tratamiento adecuado y la atención veterinaria son fundamentales para abordar las convulsiones en los perros. No existe un sustituto para la experiencia y los conocimientos de un veterinario. 

Sin embargo, después de un episodio de convulsiones, se pueden seguir algunas medidas generales para ayudar al perro durante los momentos inmediatos. Estas recomendaciones no reemplazan la consulta con un veterinario y se deben utilizar únicamente para abordar la situación de manera provisional.

Mantener la calma y la serenidad es fundamental para evitar transmitir ansiedad o estrés al perro. Evitar el pánico y mantener un ambiente tranquilo ayudará a reducir cualquier malestar adicional.

Crear un entorno seguro para el perro es esencial. Retirar cualquier objeto cercano que pueda representar un peligro, como muebles afilados o productos químicos. También puede colocar almohadas o mantas suaves alrededor del perro para prevenir lesiones en caso de movimientos bruscos durante la convulsión.

Durante la convulsión, es importante permitir que el perro se mueva libremente, evitando restricciones o sujetarlo. Esto ayudará a prevenir posibles lesiones tanto para usted como para el animal.

En caso de que el perro produzca espuma o saliva durante la convulsión, es fundamental proteger las vías respiratorias. 

Puede colocar suavemente un paño suave o una toalla doblada en la boca del perro para mantenerla abierta y permitir que la saliva drene. Sin embargo, es crucial evitar introducir objetos extraños en la boca del perro para evitar lesiones adicionales.

Una vez que el episodio de convulsiones haya finalizado, es recomendable tomar nota de cualquier información relevante, como la duración del episodio y los síntomas observados. Esta información puede ser útil para el veterinario al evaluar la situación.

Es importante recordar que estas recomendaciones son solo para los momentos inmediatos después de una convulsión y no reemplazan la consulta y el tratamiento veterinario adecuados. 

Si su perro ha experimentado convulsiones, es esencial buscar atención veterinaria para determinar la causa subyacente y establecer un plan de tratamiento apropiado.

 

¿Cómo prevenir las convulsiones en los perros?

Mantener una alimentación adecuada y equilibrada para el perro, evitando alimentos tóxicos como el chocolate, café, uvas y pasas.

  • Proporcionar una rutina de ejercicios regular para mantener a su perro físicamente activo y en buena forma.
  • Mantener el entorno del perro seguro y libre de objetos peligrosos que puedan causar lesiones o intoxicaciones.
  • Evitar la exposición a sustancias tóxicas como productos de limpieza, pesticidas u otros productos químicos que puedan afectar al sistema nervioso del perro.
  • Controlar y tratar enfermedades subyacentes como la epilepsia o trastornos metabólicos que pueden predisponer a convulsiones.
  • Mantener al día las vacunas y los controles veterinarios regulares para detectar cualquier problema de salud temprano.
  • Evitar el estrés excesivo o situaciones traumáticas para el perro, ya que el estrés puede desencadenar convulsiones en algunos casos.

 

Conclusión

Es crucial prestar atención a los alimentos que pueden causar convulsiones en los perros y no dar nada por sentado en cuanto a su salud y bienestar. Algunos alimentos comunes, como el chocolate, las uvas y pasas, la cafeína y los alimentos altos en sal, pueden desencadenar convulsiones en los perros debido a su toxicidad para su sistema nervioso.

Es importante tener en cuenta que cada perro es diferente y puede reaccionar de manera distinta a ciertos alimentos. Lo que puede ser seguro para un perro podría ser perjudicial para otro. Por lo tanto, es esencial consultar siempre con un veterinario antes de introducir nuevos alimentos en la dieta de su perro.

La prevención es clave cuando se trata de las convulsiones en los perros. Mantener una alimentación adecuada y equilibrada, así como evitar los alimentos tóxicos mencionados anteriormente, son medidas fundamentales.

 

Preguntas frecuentes

¿Puede morir un perro por convulsiones?

En casos extremos y no controlados, las convulsiones pueden representar un riesgo grave para la vida de un perro. Las convulsiones prolongadas, conocidas como estado epiléptico, pueden ser potencialmente mortales. 

Durante un estado epiléptico, el cerebro del perro experimenta una actividad eléctrica anormal y sostenida, lo que puede llevar a la falta de oxígeno y daño cerebral. Si no se maneja adecuadamente, esto puede dar como resultado complicaciones graves e incluso en la muerte del perro.

Es fundamental buscar atención veterinaria de emergencia si su perro experimenta convulsiones prolongadas o recurrentes. Un veterinario evaluará la situación, brindará tratamiento para detener las convulsiones y tomará las medidas necesarias para estabilizar al perro. 

Es importante recordar que el diagnóstico y el tratamiento adecuado por parte de un veterinario son relevantes para controlar las convulsiones y minimizar los riesgos asociados.

¿Qué causa las convulsiones en los perros?

Las convulsiones en los perros pueden tener diversas causas. Algunas de las razones más comunes incluyen:

  • Epilepsia: Es una causa frecuente de convulsiones en perros y se caracteriza por una actividad eléctrica cerebral anormal. Puede tener una base genética o ser de origen desconocido (epilepsia idiopática).
  • Trastornos metabólicos: Desequilibrios en los niveles de glucosa, calcio, sodio o potasio pueden desencadenar convulsiones en los perros. Estos trastornos pueden ser resultado de enfermedades como la diabetes, enfermedad renal o hepática, desórdenes hormonales, entre otros.
  • Intoxicaciones: La ingestión de sustancias tóxicas como productos de limpieza, medicamentos humanos, plantas venenosas o venenos para roedores puede causar convulsiones en los perros.
  • Traumatismos craneales: Lesiones en la cabeza o cerebro debido a accidentes, caídas o golpes pueden desencadenar convulsiones en los perros.
  • Enfermedades infecciosas: Algunas enfermedades infecciosas, como la encefalitis, la meningitis o la rabia, pueden causar convulsiones en los perros.
  • Tumores cerebrales: Los tumores en el cerebro pueden afectar el funcionamiento normal del sistema nervioso y dar lugar a convulsiones.
  • Enfermedades del sistema nervioso: Trastornos como la encefalopatía hepática, la enfermedad de la columna vertebral o la degeneración cerebral pueden llevar a convulsiones en los perros.

¿Qué secuelas dejan las convulsiones en los perros?

Las convulsiones en los perros pueden dejar secuelas que varían según la gravedad y la frecuencia de los episodios, así como la causa subyacente de las convulsiones. 

Aunque algunos perros pueden recuperarse por completo después de una convulsión sin efectos duraderos, en otros casos pueden presentarse secuelas que requieren atención y cuidado adicionales.

Una de las secuelas más comunes de las convulsiones es la debilidad temporal. Después de un episodio convulsivo, es posible que un perro experimente una disminución en la fuerza y la coordinación muscular. Puede haber una falta de equilibrio o dificultad para moverse correctamente. 

Esta debilidad suele ser transitoria y mejora a medida que el perro se recupera de la convulsión. Sin embargo, en algunos casos más graves, la debilidad puede persistir y requerir rehabilitación física o terapia para ayudar al perro a recuperar su fuerza y movilidad.

Otra secuela posible es la desorientación. Después de una convulsión, un perro puede sentirse confundido o desorientado. Puede tener dificultades para reconocer su entorno o a las personas a su alrededor. 

La desorientación puede durar unos minutos u horas después de la convulsión. Durante este tiempo, es importante brindar un ambiente tranquilo y familiar al perro, evitando cambios bruscos que puedan aumentar su confusión.

En casos más graves, las convulsiones recurrentes o prolongadas pueden llevar a daño cerebral. Estas convulsiones prolongadas, conocidas como estado epiléptico, pueden privar al cerebro de oxígeno y nutrientes, lo que puede resultar en lesiones cerebrales. 

Dependiendo de la gravedad y la duración de estas convulsiones, las secuelas pueden variar desde cambios sutiles en el comportamiento y la cognición hasta problemas neurológicos más graves, como dificultades de aprendizaje, problemas de memoria o alteraciones del sistema motor.

Además, las convulsiones frecuentes pueden tener un impacto emocional en el perro. Pueden experimentar ansiedad o miedo anticipatorio antes de las convulsiones, lo que puede afectar su calidad de vida y bienestar general. 

Es importante brindar un entorno seguro y de apoyo al perro, asegurándose de que se sienta protegido y tranquilo. Es fundamental que se consulte a un veterinario para evaluar y tratar cualquier secuela asociada con las convulsiones. 

El veterinario realizará un examen completo, evaluará el historial médico del perro y puede recomendar pruebas adicionales, como análisis de sangre, imágenes cerebrales o electroencefalogramas, para evaluar cualquier daño cerebral o determinar la causa subyacente de las convulsiones.

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