Jóvenes viven una Semana Santa de servicio

MARGARET SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES

Laura Rivera, de 19 años, es de Ibagué y estudia tercer semestre de Bacteriología en la Universidad Católica de Manizales (UCM). Esta es la primera vez que no pasa la Semana Santa en su tierra natal con la familia. El pasado sábado cambió su rumbo hasta Patía (Cauca).

Para ella la religión católica se basa en el servicio y por eso aceptó el desafío de participar en una misión de evangelización en un lugar que no conoce y del que espera regresar con más riqueza espiritual.

35 personas más aceptaron el llamado el Miércoles de Ceniza para ser misioneros durante la Semana Mayor. La mayoría son estudiantes de las universidades Católica, de Caldas, de Manizales, Nacional, Luis Amigó y Remington, que pertenecen a grupos pastorales juveniles.

Desprendimiento
A Laura sus papás la despidieron por teléfono. "Sé que en cierto modo mi papá no quería que fuera, pero fue quien me motivó a ir a Patía a vivir esta experiencia y a conocer otra cultura", comentó.

Carlos Augusto García y Magnolia García sí madrugaron el pasado sábado a las 5:45 de la mañana para llevar a su hija Ana María hasta la puerta del bus en la entrada de la UCM. Antes de partir ella tranquilizó a sus papás para que dejaran la tristeza y la preocupación por su viaje.

"Hace mucho tiempo ha estado vinculada a grupos católicos y le gusta trabajar con la comunidad. Nos ha contagiado esa actitud de servicio y hemos realizado actividades en diferentes sectores de la ciudad. Esta vez no vamos a estar con ella, pero nos sentimos orgullosos de su labor como misionera", indicó Carlos Augusto.

Otra mamá que estaba con los ojos aguados despidiendo a su hija fue Libia Sánchez. "Tania Carolina me avisó hasta ayer (el viernes) que quería participar del viaje. "Me da temor porque en el Cauca hay problemas de orden público, pero le di permiso para que aprenda a valorar lo que tiene y le lleve mensajes bonitos a las personas que están allá", manifestó.

Enseñanzas
Gabriel Cifuentes, vicerrector de Bienestar Universitario y Desarrollo Humano Cristiano de la UCM, dijo que hace cinco años que realizan la misión a Patía. "Es una población afrodescendiente con muchas dificultades, en la que encontramos esperanza, alegría, dinamismo y un folclor hermoso, que le permite a los jóvenes reflexionar sobre sus propias vidas, de lo que tienen y pueden llegar a tener. Nos recuerda que lo importante no es el poseer, sino lo que hacemos por los demás".

Explicó que desde el Domingo de Ramos y hasta el Sábado Santo los 36 misioneros recorrerán a pie las 25 veredas de Patía. Una pañoleta, una cruz y un anillo, símbolos que les entregaron en una eucaristía el viernes antes de viajar, los identifica como evangelizadores.

"Se hace un evangelio práctico, de mucha vida, que cobra sentido en cada una de las actividades. La Semana Santa debe ser algo muy propicio para el encuentro con otra cultura. Un encuentro con la misma naturaleza, porque los espacios nos invitan a reflexionar qué es lo que estamos haciendo, un encuentro con nosotros mismos, sea cual sea la confesión religiosa", apuntó Cifuentes.

Mateo Collazos, de 21 años y estudiante de Ingeniería Ambiental en la UCM, salió de Manizales rumbo a Patía con esa actitud. "Es verdad que la Semana Santa es tiempo que uno debería disponer para la familia, pero tomar esta decisión es bonito, porque es la alegría de llevarles una enseñanza de lo que es la palabra de Jesucristo, el amor de Dios, sobre todo para darles una semana amena".

Destacó que son misioneros que aceptaron esa confianza que el papa Francisco depositó en los jóvenes de transmitir la palabra del Señor. "Somos luchadores, con energía y alegría, así que podemos llegar más fácil a las personas".

Este Domingo de Resurrección los 36 misioneros regresarán de su misión y sus experiencias las compartirán en la celebración de la Pascua juvenil de la UCM el próximo jueves.

Ser misionero es...
Alejandra González, estudiante de Enfermería de la U. de Caldas
Lograr que otras personas conozcan a Cristo y todo lo que sentimos para que más adelante puedan evangelizar en otras partes.

Mariana Botero, estudiante de Psicología en la U. de Manizales
Llevar a Dios a las partes donde mucha gente no ha tenido la oportunidad de encontrarse con él y evangelizar a las personas.

Eduardo Uribe, trabajador
Llevar a Cristo y anunciarlo a muchas personas que no lo conocen.