KILLY ALEJANDRA GUTIÉRREZ
LA PATRIA | MANIZALES
El castigo es un error que comenten los padres de familia en la crianza de sus hijos. Para el médico Juan Fernando Gómez Ramírez, miembro de la Asociación Colombiana de Pediatría, la clave para educarlos es el amor.
Estas reflexiones las sacó tras leer la obra del padre del realismo mágico, Gabriel García Márquez, y las compartió el pasado sábado en la Octava Jornada de Pediatría de la Universidad de Caldas, en Termales El Otoño.
El pediatra es un enamorado de la obra de Gabo, que describe como maravillosa, prolija y compleja. En ella, encontró la posibilidad de analizar la infancia. LA PATRIA habló con él acerca de esas reflexiones sobre crianza a partir de la literatura.
Paralelo
- ¿Desde su disciplina, qué destaca de Gabriel García Márquez?
Fue un escritor que se preocupó por los niños y los defendió enfatizando en que tienen mucho que enseñarnos a los adultos. A lo largo de sus novelas y sus ensayos se nota su intención por reconocer la infancia como una etapa importantísima de la vida.
- ¿Qué llamó su atención en la obra de Gabo?
Afirma muchas cosas interesantes: insiste en que ojalá algún día tuviéramos un país al alcance de los niños, y es verdad, a Colombia le falta mucho para eso. Dice que los hijos nos vamos convirtiendo en los padres de nuestros padres. A medida que ellos envejecen, asumimos la posición de protección y de ayuda que ellos tuvieron con nosotros, y que los seres humanos no nacen únicamente cuando sus madres los alumbra, sino que la vida los obliga a parirse una y otra vez.
- En la actualidad ¿cuál es el principal reto en la crianza?
Una dificultad es el cuestionamiento de la autoridad en la familia y en la escuela, lo cual ha llevado a problemas en el manejo disciplinar. Es necesario una autoridad sana que establezca jerarquías mediante el diálogo, porque toda sociedad las necesita, pero sin que haya vencedores o vencidos.
Educación
- ¿El sistema educativo tiene responsabilidad en ese proceso?
Claro. La familia socializa los valores a los niños, así como también lo debe hacer la escuela enseñándoles sobre respeto y convivencia. En El Olor de la Guayaba, de Plinio Apuleyo, García Márquez critica a los sistemas educativos porque no parecen estar constituidos para los menores, pero la era de la información, las comunicaciones y los procesos educativos tempranos hacen de los niños, hoy por hoy, verdaderos interlocutores en la crianza. Los padres deberían conocer los hitos del crecimiento y el desarrollo de sus hijos, y el Estado debería enseñárselos para que que así se haga un acompañamiento más justo y acertivo en las relaciones de crianza, que produzcan niños felices con tendencia a hacer el bien.
- ¿Son efectivas las políticas que tiene el Gobierno para la infancia?
Reconozco que el Estado ha logrado avances. Programas como De Cero a Siempre son plausibles y representan un efecto beneficioso a corto y largo plazo, sin embargo falta mucho por hacer. Entre lo que proponemos los pediatras está la elaboración de un discurso de crianza amplio y multicultural que le permita a los padres de familia de zonas urbanas y rurales tener un abordaje de crianza eficaz.
- ¿Cuál es el mejor método para educar a los hijos?
Más que de cerebro a cerebro, la educación se debe hacer de corazón a corazón. Si hay amor en la crianza tenemos ganado un espacio inmenso. Pero el amor implica límites, normas y disciplina. No confrontación, ni dolor, ni humillación o conductas que afecten la personalidad de los niños como las agresiones físicas o el castigo. Tenemos que instaurar la tolerancia, entendida como un respeto activo por los demás.
Sobre el entrevistado
El médico pediatra puericultor (especializado en el cuidado de los niños), Juan Fernando Gómez Ramírez, es profesor de la Universidad de Antioquia, coautor de los libros de esa institución: El niño sano, la crianza en los nuevos tiempos, y El arte de la crianza. Además, miembro de la Sociedad Colombiana de Pediatría y coordinador de la revista Crianza y Salud (www.crianzaysalud.com.co).
40 años de Pediatría
La Especialización en Pediatría de la Universidad de Caldas celebró 40 años el pasado sábado. En el encuentro que realizaron en Termales El Otoño homenajearon al doctor Álvaro Guzmán, también médico pediatra, quien es el primer egresado de este programa, a causa de una renuncia masiva de docentes y estudiantes en 1975 y 1977, respectivamente. Trabajó en la institución durante 23 años.
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