Desde las redes sociales se mantuvo la fe

JUAN CARLOS LAYTON

LA PATRIA | MANIZALES

En la iglesia de Cristo Rey solo había ayer cinco personas hacia las 10:00 a.m., antes de empezar la misa del Domingo de Ramos.

Estaba el padre Cristian Echeverri, asesor de la Comunicad María Mediadora y colaborador de la Parroquia; Silvio Villa, camarógrafo diácono; el seminarista Juan Diego Gómez; el encargado de la litúrgia, Jesús David Ossa, y la sacristana Patricia García.

En la Catedral Basílica de Manizales, al mediodía, antes de empezar la eucaristía, había 12 personas. El vicario parroquial de la Catedral, Édison Andrés Castrillón; los otros dos vicarios concelebrantes Hugo Armando Galvez y Germán Grajales; los encargados de los arreglos musicales y los operarios de la transmisión.

En estas dos iglesias, que en Semana Santa llenan sus bancas, con una capacidcad para entre 700 y 800 personas sentadas, ayer prevalecía el silencio. No había niños llorando o personas rumorando o tosiendo, salvo los organizadores y las bancas vacías recibiendo la misa.

La situación se repitió en varias iglesias de Manizales, donde lo único que se vieron fueron puertas cerradas.

Sin embargo, al otro lado, refugiados en sus casas, varias familias se dispusieron a recibir la misa a través de sus televisores y de redes como Youtube, Facebook, Twitter, Instagram y algunas páginas web. El objetivo fue seguir la celebración de Semana Santa y mantener la fe, en medio de la actual pandemia que invita a quedarse en el hogar.

Se mantuvo la fe

Los reportes de ayer indicaban que hacia las 4:00 p.m. el número de visitas en Youtube de la iglesia de Cristo Rey ascendía a las 8 mil 184, mientras que las de la Catedral alcanzaban las 8 mil 181. En Facebook el número de reproducciones bordeaba las 50 mil.

Para Clara Vasco Suárez, habitante de Villa Pilar, aunque es un poco anormal recibir misa por internet, también llama la atención que mientras en una iglesia se pueden reunir 500 u 800 personas, esta vez de corazón se encontraron miles de feligreses. "Nada en la vida es al azar, a veces pienso que Dios y la naturaleza se pusieron de acuerdo para que en esta época, en la que la gente lo que menos hace es orar, se tuviera el espacio para reencontrarnos con los valores que perdimos y volver a la familia primitiva, al hogar, que es la base elemental de todo lo que tenemos".

Luisa Milena Corrales, en el barrio La Sultana, estuvo de acuerdo. "Solo Dios sabe cómo hace sus cosas. Como lleguen hay que recibirlas y enfrentar la situación, y si esta pandemia se presentó es porque algo tenía que cambiar. Es hora de pensar más en el entorno familiar, de ayudarle al planeta y de ser más solidarios", planteó.

Gloria Lucía Arce, habitante también de La Sultana y quien estuvo lista desde temprano para conectarse por Facebook,

pidió "que esto sirva de reflexión para estar más en familia y tener más unión, más integración".

¿Cuál es su mensaje?

Cristian Henao, sacerdote iglesia Cristo Rey

Que prevalece la esperanza. Necesitábamos un pare, estábamos construyendo un sistema sobre el tener y el poder y por eso debemos reecontrarnos con nostros mismos y con la naturaleza. Debemos cambiar, saber qué es lo esencial en la vida. Necesitamos una vida más simple, sencilla, de cara a nuestras familias y un mayor compromiso con los demás.

Édison Andrés Castrillón Olarte, vicario parroquial de la Catedral

Esta situación nos está midiendo a todos con el mismo rasero, independiente de nuestra condición social, económica y creencias. Eso nos hace pensar en la importancia de vivir la fe y hacer de nuestra familia un templo, asumiendo los espacios de reflexión, de fraternidad y de amor. Esta situación nos separó fisicamente, pero seguimos unidos a Jesús.