Volver, volver, volver, como se titula la ranchera de Vicente Fernández, es lo que sucede con los tres migrantes de esta historia, que regresaron de España debido a la crisis económica que vive ese país, e intentan engancharse en la vida laboral en Manizales.
Adalberto Zuluaga, enfermero superior, retornó en noviembre del año pasado, después de 16 años. Al graduarse de la universidad se radicó en Cali, pasó a Tuluá, luego a Bogotá, después a Pereira hasta que le llegó la gran oportunidad: Italia. Lo hizo en tres ciudades: Venecia, Roma y Milán. Vivió en ese país durante dos años. "Me fui solo, porque mi hijo no me quiso acompañar", cuenta, "prefirió quedarse en Manizales; para él era complicado vivir allá sin saber el idioma".
Después se trasladó a Madrid (España) donde encontró la estabilidad que anhelaba al salir de Colombia. Logró ubicarse en la multinacional alemana Fresenius Medical Care. "Tenía un contrato a termino indefinido, convivía con una hermana y un hermano, un cuñado, mi pareja e hijo. Éramos una familia, pero la situación en España es cruel. Comenzaron los recortes de personal por la crisis económica que vive ese país, y los primeros en salir éramos los migrantes, así que renuncié y reclamé mis cesantías; de lo contrario debía esperar a que me despidieran y entrar a formar parte del paro, sistema en el que el Gobierno español, mes a mes, nos da el salario que percibíamos, pero con nuestras propias cesantías", cuenta.
Hace siete meses retornó a Manizales junto a su hijo, su pareja, una hermana, su cuñado y un sobrino. Allá solo se quedó un hermano. Reconoce que su estadía acá ha sido complicada. Se había acostumbrado al estilo de vida europeo, al civismo, la seguridad, el poder adquisitivo... A viajar por ese continente a precios económicos. Hasta extraña la comida. "Me ha costado llanto haberme devuelto", admite. "En España escuchaba en las noticias que Colombia había mejorado, que había empleo, pero eso es falso. Acá continúa la inseguridad y, por ejemplo, los salarios de los empleos en el campo de la salud son muy bajos en comparación con lo que percibía allá".
Decidió invertir y dedicarse a sus propios negocios. En el barrio La Carola abrió una sucursal de Servientrega y en la carrera 23 entre calles 31 y 32 adquirió un local de venta de celulares y accesorios de telefonía móvil, llamado Servicelulares RG.
Su idea es crear empresa. Considera que las posibilidades laborales son mínimas en Manizales y las que existen son mal pagas. Para él, lo mejor es ser empresario en vez de asalariado. Así que venderá su automóvil para remodelar el local comercial que adquirió.
En el emprendimiento
Gloria Estela Ramírez vivió junto a su esposo, Jhon Jairo Castañeda, 14 años entre Alicante y Madrid (España). Hace un año y dos meses retornaron a Colombia por las mismas razones que Adalberto. La crisis hizo que la convivencia en Madrid llegara a un límite inaguantable. Regresar era la mejor opción.
"Antes de irme era psicoorientadora. Allá desempeñe varios oficios, pero no me preocupé por estudiar y prepararme más, así que ahora que volví me sentí desactualizada y esa ha sido la razón por la que ubicarme laboralmente ha sido imposible. Contrario le sucedió a mi esposo, que gracias a una palanca es contratista de la Alcaldía como conductor". Ella se dedicó a la venta de productos de belleza por catálogo.
Según Gloria Estela, el inmigrante que fue juicioso, ahorró e invirtió puede sobrevivir dignamente y sobrellevar un retorno tranquilo, mientras que los que no aprovecharon deben luchar por la oportunidades de trabajo con quienes nunca se fueron del país.
Logró ubicarse
Jorge Alzate duró 12 años y medio en Barcelona (España) en los que desempeñó en varios oficios, hasta que retornó en septiembre del año pasado a Manizales. Gracias a los buenos salarios visitaba cada dos años a sus familiares, hasta que llegó la crisis y, con ella, el desempleo. Solo se respetaban los puestos de trabajo de los españoles, pero con el tiempo hasta ellos mismos se fueron quedando desempleados. "Desde que llegué me quería devolver", admite, "pero las obligaciones y compromisos económicos me lo impedían. Ahora estoy feliz de estar junto a mi familia, aunque los ingresos que percibía allá eran más altos".
Tan solo un mes después de llegar ya hacía un reemplazo como conductor en una empresa de la ciudad. Ahora es vigilante. Reconoce que contó con suerte, porque es difícil encontrar empleo en Manizales.
1. Tener una mala hoja de vida: cuando no se está seguro de la hoja de vida hay temor de presentarla.
2. Revelar mucha información en la entrevista: muchas veces se va la lengua. Se dicen cosas que no han preguntado, que no hay necesidad de mencionar. Cuando no se prepara la entrevista, se terminan dando datos que pueden descartar al aspirante.
3. Dar información de más en la hoja de vida: en ocasiones se ofrecen detalles que no son relevantes, como que del último trabajo lo despidieron. No hay que mentir, pero tampoco hay que decir nada que no le hayan preguntado.
4. Buscar trabajo por necesidad u obligación: la gente no se toma el tiempo de saber realmente cómo es la empresa, razón por la que, por ejemplo, las personas se demoran nueve meses buscando trabajo y a los tres de haber entrado, ya están buscando otra vez.
5. Ansiedad en la entrevista: los nervios de que algo salga mal son la razón por la que algo sale mal. Los nervios le quitan confianza al reclutador.
6. Mal uso de las redes sociales: hay muchas empresas que revisan el Facebook de sus empleados y si encuentran cosas que no les gustan, no dudan en sacarlo. Es puntual tener en cuenta que el Facebook no es un diario, sino una herramienta de comunicación. Por otro lado, ha habido despidos a personas que se muestran disponibles a ofertas en la red social laboral Linkedin.com.
7. Si la persona se mentaliza pensando en conseguir un escampadero mientras sale algo mejor, posiblemente en eso se nos va la vida. Es posible encontrar vocación y transformarla en un trabajo rentable con propósito y pasión.
8. Mostrar la necesidad que se tiene de trabajar: si durante la entrevista se dice o insinúa al reclutador la necesidad que se tiene de trabajar, posiblemente el aspirante termine arruinando sus posibilidades.
9. No tomarse el tiempo necesario para conocer el trabajo: en ocasiones la persona se deja llevar y realmente no sabe qué le gusta, sino que lo hace por deber. Se deja llevar por la apariencia y luego, cuando está trabajando, queda viendo un chispero, pues no era el trabajo que pensaba.
10. Buscar trabajo en los portales: una falla de las personas hacer muchas aplicaciones en portales de Internet, los portales solo tienen el 13 % de las ofertas disponibles, el 87 % restante está en las recomendaciones.
Fuente: 48 días Colombia.
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