MÓNICA FRANCO
MANIZALES | LA PATRIA
El Negro tomó la tapa de un medidor de agua que estaba metida en un costal. La tiró a la calle y con un mazo de concreto, que le prestó el dueño de la chatarrería, la golpeó una y otra vez hasta destrozarla. El sonido agudo de los golpes del metal con el cemento llamó la atención de dos personas que consumían marihuana por la calle de La Penicilina, donde ocurrió el hecho.
Pausa. Antes de continuar aclaro que la tapa me la regalaron en la bodega El Popal, de Aguas de Manizales, para verificar qué tan fácil era venderla en alguna chatarrería de La Galería.
Aguas reporta que los barrios donde el hurto de tapas es más crítico son Solferino, Comuneros, Sinaí, El Porvenir y Centro, y que el año pasado las demoliciones en la Comuna San José elevaron el robo y la venta de tapas en la ciudad.
El secretario de Gobierno, Mauricio Franco, indica que están atentos, y que la Policía y la Sijín adelantan operativos de inteligencia para mitigar el problema.
La compra
El pasado 11 de julio la idea de comprobar el delito tomó fuerza. Un habitante de la calle, que no soltaba una botella de alcohol etílico, me acompañó a un recorrido por cuatro locales en los que el ensayo de vender la tapa fue fallido. "Eso da cárcel", "no se meta en problemas", me respondieron en las chatarrerías.
Caminamos hasta la calle donde los travestis ofertan sexo, pero una vez más el intento se frustró. El motivo fue el mismo: es ilegal. Pero allí encontraría la diferencia, estaba el Negro, quien con cierta malicia me arrinconó a un lado de la puerta y me dijo que me “fresquiara”, que él sí sabía dónde hacer la vuelta.
Antes de salir el Negro me advirtió que tenía que darle la liga. Luego, para pasar inadvertido, se puso una caja de cartón vacía en la espalda y soltó sus pasos aceleradamente. A estas alturas él ya llevaba la tapa, yo solo lo acompañaba. El hombre del alcohol etílico había quedado atrás, pues el Negro lo desterró para evitar compartir las ganancias.
Cruzamos la ruta, en la que encontramos vendedores de hortalizas, mecánicos y carretilleros. Nadie miró más de la cuenta. Eran las 11:00 de la mañana.
En la calle de La Penicilina, calle 22 con carrera 17A, encontramos una chatarrería abierta de la que ya me habían hablado. El pasaje estaba vacío. Él entró tranquilo y tres hombres lo atendieron. Lo primero que hicieron fue poner el costal con la tapa sobre una báscula que, en la parte superior, lucía las imágenes del Divino Niño y de la Virgen del Carmen. Pesó 14 kilos.
Para que le pagaran tuvo que tomar el mazo de concreto con el que destrozó la tapa en la calle. Los que trabajan allí se asomaron por las ventanas para verificar que nadie viniera, porque comprar bienes del Estado como una tapa de medidor de agua, da siete años de cárcel.
Al Negro le pagaron $3 mil. En realidad le iban a dar $2 mil 800, pero pidió encima.
¿Por qué arriesgarse a comprar algo que podría traer tantos problemas? La respuesta es simple: las chatarrerías se ahorran la mitad del dinero. El kilo de bronce en chatarra reciclada les cuesta entre $400 y $450, pero el robado, como las tapas, se dan el lujo de pagarlo a $200.
El Cali y Antonio
El Cali tiene unos 25 años. Hace sus trabajos en Fátima y en el Centro. Su especialidad es robar y vender tapas. La primera vez que lo hizo tardó 25 minutos, actualmente le bastan cinco. Se metió al negocio cuando consumir se le volvió una necesidad. Siempre carga un cincel y un martillo para hacer su trabajo.
En La Galería, sentado en una esquina, está Antonio, quien asegura que a los recicladores e indigentes como él no les parece lucrativo el robo de tapas. Admite que está en la calle hace más de 50 años y consume bazuco y marihuana desde hace 38, pero robar para el vicio no es lo suyo.
Con pipa en mano y cigarrillo en boca, comenta que hace años la venta de tapas de medidores, de sumideros e incluso de alcantarilla llegó a ser bien paga, pero que ahora la Policía mantiene muy pendiente. "Las chatarrerías legales no las compran, pero si alguien la quiere vender puede venir después de las 8:00 de la noche y hay tres sitios que lo hacen de manera clandestina", dijo.
El Cali cree que es mejor robar en las noches y que la bulla que hace es lo de menos. Además de contar que roba tapas para comprar la dosis diaria, revela que en Fátima hay lugares donde a veces vende el material, pero se reserva los nombres y direcciones para "evitarse problemas". Admite que es más fácil robar medidores que tapas, pero la experiencia lo ha vuelto un maestro, por eso es que no cambiaría de oficio.
Del otro lado, Antonio, mirando a lado y lado, comenta y señala tímidamente con su dedo los tres lugares que, según él, aprovechan la noche de los alrededores de la plaza de mercado para hacer ganancias comprando chatarra, incluyendo tapas de medidores y de sumideros. Allí, presuntamente, pagan a veces con droga a quienes les tocan la puerta. Entre los sitios que me indicó estaba la chatarrería donde el Negro me había demostrado que, a plena luz del día, se podía hacer el negocio. Decidí regresar.
En 40 minutos comprobé que la calle guarda sus secretos. El primero en tocar, a las 8:15 de la noche, fue un indigente que llevaba una canasta roja en la mano y salió en menos de cinco minutos.
La jugada es la siguiente. Los habitantes de la calle llegan, no sin antes mirar a lado y lado. Tocan tres veces y la puerta metálica se desliza hacia arriba y los deja entrar. Cada uno no tarda más de cinco minutos. De cuatro personas que tocaron, tres llevaban costales en la espalda. Era difícil definir si dentro de la carga había tapas, aunque Antonio asegura que sí.
La Policía reporta que este año han capturado a dos personas por vender tapas, y a cuatro las detuvieron cuando las cargaban para venderlas. En coordinación con la Secretaría de Gobierno y la alianza de las empresas de servicios públicos (ver recuadro Tarea conjunta) este año han realizado operativos en estos locales para minimizar el hurto de infraestructura.
El año pasado, de acuerdo con Aguas de Manizales, en la ciudad se robaron 1.364 tapas de medidores. Cada una cuesta $185 mil, precio que asume el usuario. Julia Inés Ocampo, subgerente de Servicio al Cliente de Aguas, explica que la inversión de la gente por el hurto de este elemento en el 2011 fue de $71 millones.
Confrontación, negada
El pasado jueves regresé a la chatarrería. No estaba quien parecía ser el dueño el día en que fui con el Negro, pero había otros empleados. Al preguntarle a uno que si compraban las tapas de medidores, nervioso y sin sostener la mirada dijo que a eso le sacaban mucho el juste, pero que a veces, dentro de lo que les llevan en costales, van esas tapas hechas chatarra, y las compran como eso, como chatarra.
Como comprar las tapas enteras es ilegal, le pregunté si no se saltaban la regla al prestar el mazo para destrozar la tapa, como lo hicieron con el Negro. Suspiró, guardó silencio unos segundos, rió nerviosamente. "Mami, por el problema de que uno no puede comprarlo entero, entonces como chatarra sí se compra. Además a veces dicen que es regalado o que se la encontraron. Uno ya no sabe qué comprar, lo vuelven loco". Insistió en que cuando las tapas están destrozadas pasan a ser chatarra común.
Otra consecuencia
Natalia Cuartas, que vive en el barrio Laureles, sufrió un esguince de tobillo en segundo grado, según le dijo el ortopedista que la atendió, después de caer en un hueco donde faltaba una tapa de medidor. El hecho ocurrió a principios de junio a las 9:30 de la noche en la calle 65 con carrera 23, avenida Jaime Lindsay, por donde caminaba. Por el accidente estuvo incapacitada 20 días y al contar su historia concluye que el usuario es el que más se afecta con estos robos.
Posibles medidas
Juan David Arango Gartner, gerente de Aguas de Manizales, informó que consideraron la idea de cambiar las tapas de metal por unas de plástico u otro material que no se pueda vender. Incluso en ponerles un seguro que impidiera el hurto, pero en ambas situaciones el costo de las tapas incrementaría y el usuario es el que lo asume, por lo que no se ha implementado.
Por ahora las medidas que se toman es cambiar los medidores, que también antes eran de metal y ahora los han ido reemplazando paulatinamente por plásticos.
Tarea conjunta
El 3 de mayo del año pasado Aguas de Manizales, Une, Efigás, Chec e Invama se unieron con la Sijín, Policía y Fiscalía para adelantar operativos que garanticen la disminución del hurto de infraestructura de las empresas, incluyendo las tapas de mediadores. Con la alianza hacen un diagnóstico, determinan dónde y en qué cantidad hay robos para tomar acciones.
El dato
Para denunciar el robo de alguna tapa puede comunicarse al 116
Julia Inés Ocampo, subgerente de Servicio al Cliente de Aguas de Manizales, informó que hasta el 17 de diciembre pasado se registraron en Manizales 519 hurtos de tapas de medidores y que de las 1.364 que se habían robado el año pasado los usuarios han hecho reposición de 300. Cabe recordar que el costo de la reposición, que deben asumir los usuarios, es de unos $185 mil.
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