Fernando Lugo tuvo una Presidencia amarga: el ex obispo que puso fin a 61 años de Gobierno "colorado" en Paraguay padeció y combatió al cáncer, se vio envuelto en sucesivos escándalos de paternidad y fue destituido ayer tras ser considerado "culpable" de mal desempeño.
Sólo cuatro senadores apoyaron a Lugo, que con 39 votos en contra perdió un "juicio político" promovido en la víspera por la Cámara de Diputados, y desarrollado en un Senado constituido como tribunal.
Otros mandatarios paraguayos enfrentaron antes este proceso constitucional, pero es Lugo el primero formalmente destituido. Raúl Cubas Grau prefirió dimitir, en 1999, antes de ser destituido durante las protestas conocidas como el "marzo paraguayo".
Pese al apoyo de las otras naciones sudamericanas, Lugo pagó caro la muerte de seis policías y 11 campesinos durante un desalojo de "sin tierras" el pasado día 15 en la hacienda del político y empresario "colorado" Blas N. Riquelme en Curuguaty (nordeste).
Como él mismo dijo esta semana, la lucha por la tierra en Paraguay "fue históricamente no violenta"; pero se tiñó de sangre en Curuguaty.
Ese episodio sangriento fue una de las cinco acusaciones que le costaron la destitución: también se le considera responsable de instigar las ocupaciones de tierras en la región sojera de Ñacunday y de la ola de violencia en Paraguay.
Las otras dos acusaciones tienen que ver con su apoyo a un acto político de jóvenes izquierdistas celebrado en un cuartel en mayo de 2009 y al protocolo de Ushuaia II del Mercosur, que actualizó la "cláusula democrática" del bloque.
Inicios de la presidencia
Los cambios al frente de la cúpula policial y su promesa de encomendar la investigación de lo ocurrido en Curuguaty a una comisión especial con apoyo de la OEA no calmaron los ánimos en el país: sólo una diputada izquierdista votó ayer a favor suyo cuando los otros 75 promovían el "juicio político" después de retirarle el apoyo su principal aliado en la coalición de Gobierno, el Partido Liberal Radical Auténtico.
Con el respaldo del Partido Liberal, Lugo concurrió como candidato presidencial a las elecciones generales del 20 de abril del 2008, en las que se impuso con el 40,82% de los votos, aunque los "colorados" retuvieron la mayoría en el Legislativo.
Poco antes de asumir el cargo, la Santa Sede le concedió la dispensa papal y reducción al estado laico, exhortándolo a "ser fiel a la fe católica y llevar una vida coherente con el Evangelio".
El 6 de agosto del 2010 los médicos, luego de que se le extirparon un ganglio en la ingle, le confirmaron que padecía un "linfoma cancerígeno maligno" que le obligó a un largo tratamiento oncológico en Paraguay y en Brasil.
Los doctores que lo asistieron confirmaron la "remisión completa" del cáncer el pasado 27 de enero, pero la tranquilidad de Lugo duró poco.
El pasado día 5, su abogado anunció que Lugo reconocerá a un segundo hijo, nacido hace 10 años de una relación con Narcisa Delacruz, una enfermera de 42 años, mientras otras mujeres siguen demandando pruebas de paternidad al ex obispo.
El primer hijo fue reconocido el 13 de abril del 2009, sin demandar pruebas a la madre, Viviana Carrillo.
Lugo acata la decisión aunque la ley "haya sido torcida"
El destituido presidente de Paraguay Fernando Lugo dijo, en sus primeras palabras públicas después de ser separado del cargo, que se somete a la decisión del Senado, aunque la ley "haya sido torcida como una frágil rama al viento".
"Esta noche salgo por la puerta más grande de la patria, salgo por la puerta del corazón de mis compatriotas", dijo un Lugo de gesto adusto en medio de los aplausos de sus colaboradores, presentes en su despedida en el Palacio.
"Hoy no es Fernando Lugo el que recibe un golpe" sino que es "la Historia paraguaya, su democracia la que ha sido herida profundamente", observó el exmandatario, para denunciar que se han transgredido todos los principios de la defensa "de manera cobarde y alevosa".
"Espero que sus ejecutores tengan presente la gravedad de sus hechos", pidió Lugo. Llamó a sus partidarios a manifestarse de manera pacífica: "que la sangre de los justos no se derrame nunca más por causa de intereses mezquinos en nuestro país", demandó.
"Fernando Lugo no responde a clases políticas, no responde a la mafia ni al narcotráfico", dijo en alusión aparente a las denuncias en ese sentido contra Horacio Cartes, precandidato presidencial "colorado" al que el exobispo católico responsabiliza del enjuiciamiento en su contra.
"Este ciudadano (Lugo) respondió y seguirá respondiendo ayer, ahora y siempre al llamado de los compatriotas más humildes y excluidos y de los que, gozando del buen vivir e incluso de la abundancia, saben que tenemos un deber de solidaridad", abundó.
Un médico liberal, el llamado a asumir la Presidencia
El vicepresidente Federico Franco, político liberal de profesión médico y contrario al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es el llamado según la Constitución de Paraguay a asumir la jefatura del Estado, después de que el mandatario Fernando Lugo fue destituido por el Senado.
Nacido en Asunción el 23 de julio de 1962, Franco pertenece al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), el principal apoyo de Lugo hasta el jueves, cuando su presidente, Blas Llano, anunció que se lo retiraba y posibilitó así el juicio político del mandatario.
Antes de asumir la Presidencia fue concejal (1991-1996) e intendente municipal de la ciudad de Fernando de la Mora (1996-2001), vecina a Asunción, y después de 2003 a 2007 gobernador del Departamento Central del país.
En 2007 renunció como gobernador para preparar su candidatura junto a Lugo.
Se declara católico y está casado con Emilia Alfaro, actual diputada por el PLRA y con quien tiene cuatro hijos, Luis, Claudia, Iván y Enzo.
Lugo y Franco llegaron al poder en 2008 gracias a una coalición conformada por varios partidos políticos, movimientos y sectores sociales, denominada Alianza Patriótica para el Cambio, de la que el PLRA era el mayor. Enseguida, se distanciaron por diferencias ideológicas.
Además como vicepresidente y presidente del Senado se opuso al ingreso de Venezuela al Mercosur, que está trabado precisamente por eso, pues los parlamentos de los otros tres miembros del bloque lo han ratificado, y dijo en repetidas ocasiones que solo lo aceptará si el presidente venezolano, Hugo Chávez, "demuestra signos de cambio hacia una democracia".
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