EFE | LA PATRIA | Washington
La CIDH juzgó ayer necesario aumentar la regulación externa de las agencias de inteligencia de EE.UU. para proteger los derechos de estadounidenses y extranjeros, y urgió de nuevo al Gobierno de Barack Obama a permitirles una visita "sin censuras ni cortapisas" a la prisión de Guantánamo (Cuba).
Las recientes revelaciones sobre el espionaje masivo de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU. y la situación en la base naval de Guantánamo abrieron el 149 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo dedicado a la defensa de los derechos humanos en las Américas.
Ante una silenciosa representación del Gobierno de EE.UU., los comisionados examinaron por primera vez las prácticas de la NSA, y se mostraron preocupados por su impacto en dos derechos: el de la privacidad y el de la libertad de expresión.
Sin control
El comisionado Felipe González, uno de los siete miembros de la CIDH, aseguró que hay "una ausencia" de mecanismos de control de las actividades de inteligencia "que funcionen adecuadamente".
"El problema es que con un programa de esta envergadura y alcance es evidente que cualquier forma de control se vuelve ilusoria, cuando son decenas de millones de comunicaciones las vigiladas", alertó González.
Destacó el papel que deben desempeñar los organismos internacionales y la sociedad civil para reclamar una mayor regulación, algo que también pidió su compañero Rodrigo Escobar Gil.
"Tiene que haber límites, regulaciones, procedimientos", subrayó Escobar Gil.
Entre quienes solicitaron la audiencia se contaba el relator especial de la ONU para la Libertad de Opinión y de Expresión, Frank La Rue, para quien lo más grave es "que quienes trabajan en agencias de inteligencia decidan por sí mismos hasta qué punto van a violar la privacidad".
"Las comunicaciones pueden ser intervenidas, pero con debido proceso. Tiene que haber una orden judicial, tiene que haber una vigilancia del sistema judicial y un monitoreo desde el Congreso", señaló La Rue en declaraciones a periodistas.
"Si se empiezan a perder los controles democráticos, esto (...) se vuelve masivo. Y al ser masivo y sin control, se vuelve intimidatorio, se vuelve una forma de censura", agregó.
Alex Abdo, experto legal de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), señaló por su parte que la NSA ha pasado de "un modo de inteligencia selectiva a recolectar todo tipo de datos y después seleccionar" algunos, algo que "tendrá consecuencias para la privacidad, particularmente si lo adoptan otros países".
La relatora para la Libertad de Expresión de la CIDH, Catalina Botero, que en junio envió una carta a Estados Unidos junto a La Rue para mostrar su preocupación por los programas de espionaje, hizo hincapié en la distinción que el Gobierno estadounidense hace entre vigilancia a estadounidenses y a extranjeros.
Cualquier regulación de los programas, consideró Botero, debe garantizar que se proteja "la libertad de expresión no solo de nacionales, sino de extranjeros".
La audiencia anterior se centró en la situación de derechos humanos en Guantánamo, y contó con la presencia del relator de la ONU contra la Tortura, Juan Méndez, que denunció la falta de transparencia de Estados Unidos al respecto.
"He visitado Guantánamo para evaluar la situación, y lamentablemente no he podido visitar cualquier parte de las instalaciones sin supervisión ni he podido entrevistarme con cualquier detenido a solas", explicó Méndez durante la audiencia.
Pide cierre
En el 2006, la CIDH se convirtió en el primer organismo internacional en pedir el cierre de la prisión de Guantánamo y desde entonces ha celebrado 10 audiencias sobre el tema, además de pedir constantemente al Gobierno de EE.UU. que se le permita visitar la cárcel y tener acceso a los detenidos.
"La CIDH ha cambiado la historia con su visitas (a ciertos países), la Comisión debería exhortarle a la prisión que le permita visitas sin censuras", indicó en la audiencia Charles Abott, representante del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil).
A la situación de detención indefinida de los 168 detenidos y la alimentación forzada a quienes se encuentran en huelga de hambre se le suma la situación de discriminación de los detenidos con nacionalidad yemení, según describió Omar Farrah, abogado de varios de los presos.
"La huelga de hambre continua, aún hay 14 hombres que se niegan a comer y algunos de ellos son forzados a comer por la nariz con unos procedimientos muy violentos y degradantes que duran de 30 a 120 minutos", aseguró Farrah.
En ninguna de las audiencias hubo respuesta de la representación de EE.UU., que aseguró no haber tenido suficiente tiempo para preparar la audiencia debido a la paralización temporal del Gobierno durante más de dos semanas este mes, y se comprometió a responder por escrito a la CIDH en el próximo mes.
Revisión, para fin de año
Washington. La revisión de los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estará lista a fin de año, indicó ayer la Casa Blanca, que no aclaró si es cierto un reporte del diario The Wall Street Journal que afirma que el presidente Barack Obama desconocía el seguimiento a líderes mundiales.
"La revisión completa (de esos programas) que está siendo liderada por la Casa Blanca estará lista a finales de año", dijo en su rueda de prensa diaria el portavoz de Obama, Jay Carney.
Carney recordó que Obama ordenó revisar esos programas el pasado verano, cuando salieron a la luz a través de los documentos filtrados a la prensa por el exanalista de la NSA Edward Snowden, actualmente asilado en Rusia.
La Casa Blanca ordenó en verano la suspensión de varios programas de espionaje de la NSA al conocer que incluían las comunicaciones de líderes europeos como la canciller alemana, Angela Merkel, según informaron ayer altos funcionarios citados por The Wall Street Journal.
Los funcionarios reconocieron que el presidente estadounidense debe dar su aprobación a una serie de "prioridades" de inteligencia general, pero las decisiones sobre objetivos específicos las toman cargos subalternos.
Esto supondría que Obama pudo estar cerca de cinco años sin conocer los programas de espionaje de la NSA que incluían el pinchazo de teléfonos de numerosos líderes globales.
"No voy a entrar en detalles sobre discusiones internas", repitió Carney al negarse a confirmar la veracidad de la información del Journal.
El portavoz se limitó a reiterar que Obama está tomándose "muy en serio" la revisión de los programas de espionaje de la NSA para asegurar que existe un equilibrio entre la seguridad y el respeto a las "reales preocupaciones" sobre la privacidad compartidas, tanto dentro como fuera de EE.UU.
Asimismo, Carney negó que EE.UU. use sus operaciones de inteligencia para "promover sus intereses económicos" en el extranjero y agregó que la única finalidad de esas actividades es velar por la seguridad del país y de sus aliados.
Mantendrá diálogo abierto
El Gobierno estadounidense afirmó ayer que mantendrá una comunicación abierta con aliados como España tras divulgarse un supuesto espionaje masivo por agencias de EE.UU. y que continuará los contactos "a través de los canales diplomáticos" para encarar las "preocupaciones" expresadas por Madrid.
"Nuestro embajador (James Costos) se entrevistó ayer con el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Íñigo Méndez de Vigo, a petición del Gobierno de España", confirmó Jen Psaki, la portavoz del Departamento de Estado, en su rueda de prensa diaria.
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