Boris Klimenko
Efe | LA PATRIA | Kiev
La alta tensión se mantiene en el frente del este de Ucrania, donde el Gobierno de Kiev acusa a los rebeldes prorrusos de lanzar una ofensiva final para modificar la línea de separación de fuerzas antes de la entrada en vigor mañana del alto el fuego.
Los milicianos rebeldes estrecharon el cerco en torno a Debáltsevo, estratégico nudo ferroviario entre Donetsk y Lugansk defendido desde enero por varios miles de soldados ucranianos, al hacerse con el control de la localidad de Lobnínovo.
Aunque el mando militar ucraniano niega que sus tropas estén sitiadas, los separatistas prorrusos aseguran que el cerco es completo y recomendaron a los soldados ucranianos que "depongan las armas y se vayan a casa", o de lo contrario serán liquidados.
La respuesta del mando militar ucraniano fue rotunda: las fuerzas gubernamentales no abandonarán en ningún caso sus posiciones en Debáltsevo.
Batalla
Mientras, cerca de la ciudad de Mariúpol, puerto del mar de Azov controlado por las fuerzas gubernamentales y situado varias decenas de kilómetros de la frontera rusa, estalló una auténtica batalla por el control de la localidad de Shirókino.
El batallón de voluntarios Azov informó de que los tanques de ambos bandos protagonizan desde hace horas un cruento duelo.
Mientras, los civiles siguen siendo las víctimas más propiciatorias de los combates, ya que, al menos, 13 civiles, de ellos tres niños, murieron en las últimas 24 horas por el fuego de artillería ucraniana, según los rebeldes.
Es por eso que el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, llamó a no hacerse ilusiones sobre el cumplimiento de lo acordado durante la cumbre de Minsk.
"No quiero que nadie se haga ilusiones y parecer un ingenuo. Aún falta mucho para lograr la paz y que nadie tiene la firme certeza de que las condiciones para la paz que fueron firmadas en Minsk se cumplirán", dijo.
Con todo, agregó: "hay esperanza de que, pese a todo, a partir de ahora la situación tome la senda del freno de la escalada (...) Y espero que precisamente ese camino nos conduzca a la paz".
Sin amnistía
Tras comenzar las matizaciones del acuerdo de Minsk, el ministro de Exteriores de Ucrania, Pável Klimkin, precisó que no habrá indulto presidencial para los líderes rebeldes y que la amnistía no beneficiará a quienes participaron o son acusados de crímenes contra la humanidad.
La amnistía había suscitado preocupación en Holanda, de donde procedían la mayoría de los 298 ocupantes del Boeing de Malaysia Airlines que murieron al derribar el avión en julio del 2014 en Donetsk, según Ucrania, por fuego de los rebeldes prorrusos.
El acuerdo de Minsk se pefila como la última oportunidad de detener el conflicto en el que más de 5.400 personas han perdido la vida.
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