LISET ESPINOZA
LA PATRIA | MANIZALES
Rescatar, recuperar y recordar las prácticas del patrimonio indígena cultural a través de un proceso de formación en cine comunitario fue lo que realizaron cuatro comunidades del resguardo indígena Nuestra Señora Candelaria de la Montaña de Riosucio (ver infografía) dando origen al proyecto Cinema Embera.
Desde marzo de este año los habitantes de esas poblaciones rurales trabajaron en la elaboración y producción de historias con el objetivo de salvaguardar el patrimonio cultural e inmaterial de las comunidades étnicas en este caso de la etnia Embera Chamí. El resultado: 11 cortometrajes, tres de ellos de ficción.
Eloísa Castillo Torres, coordinadora de comunicaciones del Centro de Desarrollo Comunitario Versalles, organización que propuso y ejecutó el proyecto, expresó que como primera medida socializaron la iniciativa para luego dictar talleres sobre prácticas culturales y lenguaje audiovisual. En este último, los indígenas aprendieron a hacer un guión, a manejar la cámara, el sonido y a realizar un storyboard (dibujos de los planos de la película).
"Fue una construcción desde la comunidad y desde el aporte de cada uno. Trabajamos con 10 grupos en las comunidades y las historias salieron de ese proceso de formación. Ellos hicieron los guiones sobre esas prácticas que fortalecerían el proceso cultural, la que ellos decidieran y con las que se identificaran", comentó Castillo Torres.
Añadió que hay cortos que hablan de los mitos y leyendas, de la tradición musical de la comunidad Santa Inés en la que hay un grupo de niños y otro de adultos mayores, de la medicina tradicional y de las abejas de la Montaña.
Por fases
Todos los equipos técnicos los aportó el Centro de Desarrollo Comunitario Versalles. Desde los niños hasta los adultos mayores participaron del proyecto.
Según la coordinadora, el trabajo se hizo en cuatro etapas. La primera fue de formación que se abordó desde abril hasta julio. La segunda fue el proceso de creación que incluía la preproducción, la estructura de los guiones, de los storyboard y el plan de producción. La tercera fase fue de producción y con ella la comunidad entraría a la práctica, es decir, a rodar y grabar las historias. La cuarta etapa se ejecutó en octubre y está relacionada con la posproducción. En este punto se hizo el montaje de los cortometrajes.
"En todo el proyecto participaron alrededor de 180 personas de las comunidades y dentro de ellas participaron algunas instituciones educativas de esa zona rural de Riosucio. También hubo desde niños hasta adulto mayores", dijo.
Explicó que otras dimensiones interesantes fueron la apropiación, que estuvo presente durante todo el proceso, y la circulación que incluyó el estreno en el Teatro Cuesta de Riosucio para proyectar los cortometrajes. "Muchos pisaron un teatro por primera vez y lo mejor fue que lo hicieron para ver algo que ellos mismos realizaron. Además, les dimos certificados por hacer parte de Cinema Embera, entonces la emoción fue doble", manifestó Eloísa Castillo Torres.
Lo generado
Aparte de los cortometrajes, el proyecto fortaleció las habilidades y la confianza de los indígenas como comunidad. Además, según Castillo Torres, un logro anexo es que el resguardo indígena creó su propia área de comunicaciones para dar a conocer lo que hacen y actualmente están en el proceso de consecución de equipos.
"Lo importante es que ellos repliquen y muestren lo realizado porque la necesidad por la que partió el proyecto es que hay muchas tradiciones que se están yendo con los más adultos, porque están muriendo, y nadie está quedando con ellas. Por eso, se decidió hacerlo por medio de un proceso de cine. La idea es incentivarlos y motivarlos para que muestren estos productos en cine indígena y comunitario".
Castillo Torres añadió que también se acercarán a los otros tres resguardos de Riosucio (San Lorenzo, Cañamomo y Lomapietra y Escopetera y Pirsa).
Destacado
"El modelo con el que trabajamos fue el de cine comunitario y este nos saca un poco de las reglas del cine industrial o comercial que consumimos normalmente", dijo Eloísa Castillo Torres.
Postulación
Cuatro docentes (dos audiovisuales y dos culturales) hicieron parte del proceso. Andrés Valencia fue uno de ellos e indicó que los talleres eran semanales con una duración de dos a tres horas. "Hubo una comunidad a la que les tuvimos que dar las clases de noche. Este trabajo sirvió para hacerles un reconocimiento a esos personajes indígenas. Los productos son muy buenos y la idea es postular los trabajos a festivales de cine. Por eso, no se pueden publicar".
La meta eran 10 cortometrajes. El resultado:11. Cada uno dura de 5 a 10 minutos.
Con los particpantes
*Juan David Betancur Zamora
Hice parte del grupo de creación del contenido para el documental y me encantó. Aporté sobre el tema de las abejas y la experiencia me dejó muchas satisfacciones.
*Alfonso de Jesús Bañol Bañol
En el video participé como músico y custodio de semillas, algo que me llena de orgullo. Fue algo muy bonito porque se hizo algo parta destacar nuestra cultura y la grandeza de la madre tierra.
*Marlen Paola Moreno Morales
Fui directora de uno de los cortos del proyecto y me siento feliz. No olvidaré la integración y el amor por lo nuestro durante las grabaciones. Me gustó aprender a hacer cine y quedé animada para otro proyecto en el futuro".
*Camila Andrea García Durán
Mi labor fue aportar para la foto fija y me fascinó el trabajo de la cámara. Fue lindo reunir sobre una mesa las frutas y las verduras que da esta tierra tan linda para ser mostrados al mundo. Ojalá pueda participar en otro video.
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