145 estudiantes de la sede principal del colegio Crisanto Luque, del corregimiento de Samaria (Filadelfia) estuvieron allí 45 días sin agua. Ayer, ante una tutela, ordenaron pasar a los alumnos a la sede principal. Marilyn Aristizábal Orozco, de servicios generales, debió cargar el líquido en baldes para el aseo de baños y otros espacios.

Foto | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA 

145 estudiantes de la sede principal del colegio Crisanto Luque, del corregimiento de Samaria (Filadelfia) estuvieron allí 45 días sin agua. Ayer, ante una tutela, ordenaron pasar a los alumnos a la sede principal. Marilyn Aristizábal Orozco, de servicios generales, debió cargar el líquido en baldes para el aseo de baños y otros espacios.

LA PATRIA | SAMARIA (FILADELFIA)

¡No hay agua! Exclamaron, en la mañana del 20 de marzo Miriam y María, encargadas del restaurante escolar, y Marilyn, la empleada de servicios generales del colegio Crisanto Luque en el corregimiento de Samaria, en Filadelfia (Caldas). En ese momento comenzó un martirio de 45 días, cuyas consecuencias aún impactan a 178 alumnos.

La sede afectada corresponde a una edificación, inaugurada en el 2022 por el Fondo de Infraestructura Educativa (FFIE), y que reemplazó a la antigua escuela Juan XXIII. “Ese año hicimos paro para que la abrieran porque ya estaba lista. Ahora nos tocó otra protesta porque estábamos recibiendo clases sin agua”, comenta Diego Andrés Carmona, personero estudiantil.

Las cosas se pusieron mal para los 145 alumnos del plantel, ubicado en la parte alta del corregimiento, a modo de balcón con vista a montañas y montañas, al cañón del Cauca y al norte de Caldas. “Nos llegaba el agua con mangueras, era agua sucia para el restaurante escolar”, dice el representante de los alumnos.

En esa mañana, la misma Marilyn, de servicios generales, se arremangó a buscar soluciones. Consiguió tres canecas y más baldes. Se logró que del acueducto del corregimiento, vecino de la sede, se desprendiera una manguera para suministrar el líquido.

Servicio

El personero cuenta que a los del Servicio Social del Estudiantado, incluido él, les aprobaron las horas que aportaran en el cargue de baldes para que Marilyin aseara los baños y otros espacios.

La situación surgió, según el personal del establecimiento, como consecuencia en las averias del circuito de la motobomba. “Eso es lo que nos han dicho”, dice la señora. “De soluciones, nada y por eso hemos protestado”, complementa el personero.

Un salida

La coordinadora de la Institución Educativa es María Magola Alzate. “Desde el momento en que supimos lo de la motobomba, el rector ha estado al frente enviando oficios en busca de soluciones”, dice.

El colegio tiene 16 sedes, 15 en la zona rural y la principal en la urbana. Esta última está dividida en dos. Una cerca del Parque de Bolívar, donde atienden a los de sexto y séptimo. Y la otra es la de la parte alta, la damnificada sin agua, donde reciben clase 145 alumnos de preescolar, primaria, octavo, noveno, décimo y once.

La coordinadora explica que la comunidad educativa se unió en las manifestaciones con el propósito de exigir salidas. “Finalmente, con apoyo del personero municipal, elevamos una tutela. Entonces, se ordenó una solución inmediata”.

Por eso, se decidió llevar desde ayer a los 145 a la misma sede donde están los de sexto y séptimo. “Ahí no hay condiciones adecuadas, no son aulas aptas para clases. Los de 11 quedaron en un espacio muy estrecho, y a otros les toca en el aula máxima”, advierte la directiva.

El restaurante escolar seguirá funcionando en la sede de arriba, gracias a que del acueducto adaptaron tubos, en vez de la manguera, destinados a asegurar el agua, por lo menos para preparar el almuerzo de los niños y jóvenes.

“En esos días sin el servicio nos tocaba hasta hervir el agua para los jugos”, manifiesta Miriam. “Ahora tenemos un respiro, ya que nos llega directamente a la cocina por esos tubos”, añade María.

Mientras las autoridades se ponen de acuerdo para llevar una solución, las clases de los 178 alumnos de la zona urbana de Samaria serán en una misma sede y no en dos, como ocurre desde ayer. Las señoras esperan que la solución sea pronto para exclamar: ¡Ya hay agua!.

Respuesta

La secretaria de Educación de Caldas, Diana María Cardona, dijo lo siguiente:

  1. “Estuvimos visitando (ayer) la sede Juan XXIII, donde nos han informado de las anomalías, frente a la falta del servicio de agua. Junto con el rector y la directora de Núcleo Educativo estuvimos evidenciando que hubo un corto circuito en el sistema eléctrico, el cual afectó la motobomba y no permite que llegue el agua”.
  2. “El viernes el FFIE, o el contratista, estuvo verificando posibles causas. Conclusiones es que ahí se hicieron unas adecuaciones por la Administración municipal y posiblemente afectaron la recámara y el sistema eléctrico”.
  3. “El compromiso es que nos vamos a reunir contratista, Alcaldía, el FFIE y la Secretaría de Educación para verificar corresponsabilidades , cuantificar el daño y dar soluciones”.

Dice el FFIE

El Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE), del Ministerio de Educación, tuvo a cargo 21 obras en Caldas. El 18 de mayo del 2022 entregó la nueva sede del colegio Crisanto Luque. Ayer respondió lo siguiente:

  • Procedimos a requerir al Contratista de Obra Genesis Estructuras de S.A.S., a fin de que realizaran las revisiones y correcciones pertinentes. En ese orden de ideas el contratista de obra y la UG FFIE en calidad de supervisor integral del contrato hicieron visita de inspección encontrando las siguientes situaciones”.
  • Fallas en funcionamiento de equipo de bombeo agua potable: Acorde con la revisión en sitio se pudo evidenciar que cuatro tapas de las cajas eléctricas exteriores están fracturadas, situación que ha generado la inundación de estas a causa de aguas lluvias. Es importante resaltar que dichas cajas están intercomunicadas entre sí por el tendido de tubería y a su vez esta tubería
  • llega hasta el tanque donde está ubicada la bomba de inyección de agua potable. Igualmente, la tubería tiene un tapón en poliuretano para evitar el paso de insectos, sin embargo, no limita el paso del agua.
  • Así mismo se pudo constatar que el tanque donde se encuentra el equipo de bombeo estuvo inundado en algún momento y a la fecha presenta gran cantidad de sedimentos arrastrados por aguas lluvias y un humedecimiento inusual derivado de la presencia de agua constante.
  • Teniendo en cuenta que la inundación del tanque que ocasionó la falla en el funcionamiento de la bomba de inyección de agua potable (posible corto circuito), fue ocasionada por la filtración del agua desde las cajas hasta el tanque, no es posible atribuir esta responsabilidad al contratista de Obra, Genesis Estructuras S.A.S, como tampoco de la UG FFIE, ya que en el momento de la entrega de la Institución Educativa las tapas estaban en perfecto estado de conservación.

Conozca aquí la respuesta completa del FFIE: