El colegio realizó un homenaje a las estudiantes y docentes que se destacaron este año.

El colegio realizó un homenaje a las estudiantes y docentes que se destacaron este año.

LA PATRIA | MANIZALES

Los aplausos se quedaron cortos para agradecer 84 años de formación académica. La Institución Educativa Divina Providencia cierra definitivamente sus puertas a partir de hoy.

A pesar de la “dolorosa noticia”, las 610 alumnas y los 30 docentes y administrativos cerraron su ciclo con una jornada de celebración y fe.

Gratitud y orgullo son los sentimientos que invadieron ayer el plantel educativo, ubicado en una esquina, al frente del parque de la comuna San José, entre la carrera 14 con calle 27. A partir de las 8:00 a.m., la comunidad escolar se reunió en el plantel educativo para oficiar su último Día de Logros. Y con medallas y un río de felicitaciones conmemoraron a las estudiantes y docentes que sobresalieron académica y personalmente durante este 2023.

Olga Lucia Gaviria es egresada y una de las madres de familia que asistió al evento. Ella confiesa que se siente muy triste, pero también muy bendecida con el Señor, que les permitió compartir momentos maravillosos en el colegio. “Quedan muchos recuerdos dentro de estas paredes, y una nostalgia muy grande. No tengo palabras para describirlo, quisiéramos que fuera diferente y eso causa impotencia”, expresa la mujer mientras observa el mural de recuerdos ubicado a la entrada del edificio.

La decisión de cerrar, de acuerdo con la hermana Adriana Janeth Cadavid Meneses, rectora de la Divina Providencia, se debe a “un proceso histórico del colegio”. En el 2006 se oficializó y pasó a funcionar en convenio con la Secretaría de Educación de Manizales. Por lo tanto, la planta docente era contratada por el Municipio, pero la administración continuaba a cargo de las Hermanas Terciarias Capuchinas.

“Desde sus inicios ha tenido dificultades para este tipo de contratación y las situaciones que se presentaron nos han llevado a tomar esta decisión. El año pasado se nos dio la indicación de un desmonte gradual, y a partir de esa esa indicación, sumado a los antecedentes del 2013 donde el colegio estuvo en la misma situación, la congregación entró en un proceso de discernimiento y tomó la decisión de no entrar en un proceso tan doloroso”, comenta la hermana Adriana.  

Tránsito

Carlos Arturo Tabares, administrador de la cafetería, no alcanzó a completar el año laboral en la institución, aun así expresa que en lo poco que alcanzó a percibir, es un colegio que tuvo mucha disciplina, pasión y preocupación por las niñas y jóvenes.

Por lo tanto, desde junio, cuando se conoció el cierre del colegio, la planta directiva instaló mesas de diálogo con los padres de familia, rectores de otras instituciones y la Secretaría de Educación para hacer un tránsito armónico.

Con la Universidad de Manizales se implementaron talleres para trabajar las emociones y fortalecer los lazos de identidad.

Lo que queda y lo que se va

24 aulas de clase, una cafetería y una cancha, designados a las estudiantes desde transición hasta primaría, dejarán de ser ocupadas para la formación integral. El dolor es la manifestación de esta decisión.

“Para muchas ha sido su segundo hogar. Las niñas de décimo son las que soñaban con graduarse del colegio Divina Providencia, y ya no lo pueden hacer. Entonces se ha visto dolor, tristeza y poco entendimiento frente a esta decisión”, cuenta la rectora.  

Sin embargo, la hermana señala que están agradecidas porque la historia del colegio permanecerá en todos los que tuvieron el privilegio conformar la familia de la Divina Providencia: “Las niñas, las personas que han pasado algo se llevan y algo proyectan a los nuevos lugares donde el Señor y la vida los dispone”.

Por su parte, menciona: “Me quedo con la calidez humana; con el día a día con los profesores; con la fraternidad y el amor. Me quedo con los procesos que fuimos construyendo desde unas actitudes marcadas por una cultura de la paz y el bien. Yo me quedo con la alegría y el compromiso de saber que aporté lo que el Señor me regaló para aportar”.

Al igual que la rectora, los coordinadores del colegio se van con la satisfacción del deber cumplido

Patricia Valencia Cárdenas es la coordinadora académica nombrada por la Secretaría de Educación. Para ella el cierre del colegio implica una evolución en su experiencia laboral. De 38 años de trabajo directivo, completó siete en la Divina Providencia.

Salir del colegio religioso, de acuerdo con Cárdenas, es dejar un oasis de paz y tranquilidad en el vivir educativo. “Me llevo una grata experiencia al trabajar en una comunidad absolutamente femenina que significa confrontarse consigo mismo, entender cómo somos las mujeres y lo que nos falta”.

Carlos Alberto Bastos, coordinador de convivencia, revela sentimientos encontrados. Primero menciona la alegría por el conocimiento que obtuvo e impartió durante 16 de los 84 años del colegio. Él agrega: “Lo que ha dejado para nuestras vidas es grandísimo y estará por siempre en la mente de nuestro corazón, porque puede que las puertas del colegio se cierren, pero nuestra vida y nuestros corazones seguirán ahí”. Como segundo, devela la tristeza. “Son los designios de Dios y seguiremos adelante con la formación que hemos tenido desde casa, que han sido nuestras Hermanas Terciarias Capuchinas”.

*El 8 de junio del 2023 la comunidad de las Hermanas Terciarias Capuchinas envió un oficio a la Alcaldía, en el cual informó que para el 2024 no estaban interesadas en continuar con el contrato de prestación de servicios educativos.

*Hoy se celebrará la fiesta de Navidad, en donde se reunirá la comunidad educativa por última vez.

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