Luz Marina Zuluaga fue motivo de orgullo para Manizales y Caldas por cerca de seis décadas. El hecho de haber sido la primera mujer colombiana en alcanzar la corona de Miss Universo la convirtió en una leyenda viviente desde mediados del siglo pasado hasta ayer en la madrugada, cuando falleció en la capital caldense. Hoy y hacia el futuro seguirá siendo leyenda, porque su reinado duró 56 años, hasta que a comienzos del 2015 Paulina Vega logró ceñirse una corona similar que también nos llena de orgullo a todos los colombianos.
Su vida, como lo han recordado sus más entrañables amigos, se caracterizó por la sencillez que la hizo una mujer bella por fuera y por dentro, durante sus 77 años. Hay que recordar que en 1957 fue Señorita Caldas y quedó virreina en el Concurso Nacional de la Belleza de Cartagena, y en 1958 tuvo la oportunidad de representar a Colombia en Long Beach (California, Estados Unidos), debido a que la Miss Colombia Doris Gil Santamaría abdicó al título para contraer matrimonio. El triunfo de la caldense en Miss Universo, ese 25 de julio, fue un acontecimiento celebrado en el país como el mayor logro internacional de Colombia en toda la historia, hasta ese momento.
Siempre elegante, afable y servicial el recuerdo de Luz Marina Zuluaga queda imborrable en todos los colombianos, quienes admiraron su capacidad para mantenerse en la mejor forma, con gran dignidad y con los pies sobre la tierra. La misma simpatía que le sirvió para ganar el título de la belleza universal fue un rasgo permanente de su personalidad, y fue lo que le permitió ser esa mujer irremplazable cuyo reinado será eterno.
Como no quiso destacarse solo por su belleza física, durante su vida incursionó en otras actividades en las que pudo demostrar sus talentos. Fue así como ocupó durante 15 años la gerencia del Banco Central Hipotecario en la sede del Multicentro Estrella, fue directora de Fomento y Turismo de Manizales y pudo organizar dos ferias, y hasta incursionó en la política como concejal de la capital caldense por el Partido Conservador que lideraba Rodrigo Marín Bernal.
Sin embargo, fue el civismo lo que la ocupó por más tiempo y en lo que se sintió más feliz. Sus labores como voluntaria en la Cruz Roja y en la Fundación Nutrir fueron de gran relevancia. Con la muerte de la reina universal ese ícono de belleza que siempre fue Luz Marina despliega ahora un resplandor más fuerte. Su esposo Enrique Vélez falleció a comienzos de este año, pero le sobreviven cuatro hijos y cuatro nietos; para ellos el mayor abrazo de solidaridad en estos momentos.
Su carta a la actual Miss Universo es una muestra de esa generosidad y desprendimiento que siempre la acompañaron, y que se convertirá en un recuerdo para siempre, porque hasta los nietos de nuestros nietos, tal vez, algún día sepan que la mujer más bella del planeta fue una vez caldense, nacida en Pereira y hecha en Manizales. “Lo importante es dejar un recuerdo bonito”, le escribió en esa carta a Paulina Vega. Sin duda, Luz Marina Zuluaga logró ese objetivo. Incluso, más que eso.
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