Comenzó diciembre y las luces multicolores empiezan a tomarse las calles, las ventanas de las casas, las fachadas de los edificios, los separadores de las avenidas, los parques... Se respira alegría gracias a que la Navidad ya es un hecho y la venida de un nuevo año está cada vez más cerca. Desde anoche quedaron encendidos en Manizales 16 sitios en los que los motivos navideños serán la gran atracción, con figuras alusivas al Paisaje Cultural Cafetero.
Estamos a solo dos días de la primera noche de las velitas, en la que es tradicional que las familias no solo instalen adornos luminosos en sus casas sino que enciendan hileras de velas y, en algunos casos, utilicen artefactos hechos con pólvora como parte de la celebración. Esta última situación es la responsable en muchos casos de las quemaduras que sufren cada año decenas de niños en la región, quienes en numerosas ocasiones quedan marcados con lesiones irreversibles. Hay que recordar que en Manizales hay prohibición total para la fabricación, venta y uso de estos elementos explosivos, por lo que las autoridades deben hacer un control estricto, pero sobre todo un trabajo preventivo.
Ahora bien, más allá de la prohibición en la capital caldense, hay municipios en los que la restricción no es total, como en Palestina, y solo puede ser vendida a adultos que asumen toda la responsabilidad acerca de su uso. Lo ideal en estos casos es que solo expertos sean quienes manipulen tales elementos, y así se minimicen los peligros que pueden tener las personas, sobre todo los niños, ante la pólvora mal empleada.
Debemos aceptar que los juegos pirotécnicos son un bello espectáculo del que todo el mundo disfruta. Es común que en las grandes celebraciones mundiales estas actividades sean parte esencial de la fiesta. En países de diversas culturas y en todas las latitudes del planeta las explosiones de vivos colores que produce la pólvora son símbolo de fiesta y de alegría. De hecho, en la Feria de Manizales, el espectáculo de juegos pirotécnicos está entre las mayores atracciones del evento, con casi toda la ciudad pendiente de sus luces en el cielo.
Así que, si bien es necesario hacer cumplir el Decreto 233 del 2001 que prohíbe la pólvora en Manizales, hacia el futuro hay que avanzar hacia una cultura del uso controlado, en el que sean profesionales en su manipulación quienes faciliten que la gente disfrute de esas bellas figuras. La idea es que solo sean explosiones de alegría y que no vuelvan a ser detonantes de tristeza, como ocurre cuando los niños se queman. Mientras que se avanza hacia ese cambio cultural, es necesario que las normas se cumpla, aunque habrá que ir pensando en establecer una reglamentación que incentive el disfrute de la pólvora sin poner en riesgo a los menores de edad.
Lo más triste es que hay padres de familia que deciden no llevar a los niños a recibir atención médica, después de quemarse, por temor a las sanciones. La idea es que las familias disfruten las velas y faroles, y salgan a ver las figuras iluminadas que hay en varios sectores de la ciudad. De esa sana manera se puede gozar, sin riesgos, del tradicional alumbrado y del espíritu navideño. La pólvora no es un juguete, es un elemento que ofrece riesgos y que solo debería usarse bajo la garantía de que nadie resultará lesionado.
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