El consenso en torno a que es la mano del hombre la que ha provocado el calentamiento global y que podría llegar a niveles catastróficos al final de este siglo es el mayor logro de la firma del Acuerdo que hicieron 195 países el sábado pasado para fijar un límite a las emisiones de gases de efecto invernadero en la Cumbre del Clima en París. Los firmantes pretenden que al 2099 se haya reducido a niveles preindustriales la temperatura del planeta y esto solo es posible si efectivamente se concretan las acciones trazadas en esta reunión, lo cual no fue nada fácil y aún deja muchas dudas sobre si tiene los dientes suficientes para ponerse a marchar.
Se calcula que al 2030 al mundo le sobrarán 15 gigatoneladas de estos gases al año lo que provoca buena parte de ese calentamiento. La ONU cree que serán unas 55 gigatoneladas anuales para ese entonces si no se actúa. Por eso, aunque el Acuerdo entra en vigencia a partir del 2020, se insta a los gobiernos a asumir medidas desde ya que conduzcan a la sustitución de los sistemas de energía, principalmente de los fósiles, algo en lo que falta mayor inversión para apoyar las investigaciones. El fondo creado, que obliga a los países desarrollados a reunir cada año 100 mil millones de dólares para destinarlo a acciones como esta, será un aliciente para seguir construyendo en ese camino.
El Acuerdo logrado en París es el resultado de un trabajo de años, empezado con Río y seguido con Kioto, y que llevó a la ONU a presentar un informe en octubre pasado que mostró la difícil situación que vive el mundo y la fragilidad de cantidad de ecosistemas que pueden desaparecer por el hecho de que siga aumentando la temperatura, cosa que es cierta, como que el 2015 fue el más caliente en 150 años. El acuerdo se revisará cada cinco años en busca de que los países firmantes estén cumpliendo para lograr la meta global y que no suceda como con Kioto, que apenas cumplió el 11 por ciento de lo previsto.
No fue fácil llegar a este Acuerdo, sobre todo, porque se fijaban topes a las naciones industrializadas, y China e India consideraban que no las debían poner en esa bolsa, si se tiene en cuenta que aún cargan con los problemas característicos de los países en desarrollo. Al final, las instan a cumplir igual que los demás, pero no obligadas. También, un salomónico condicional "debería", por deberá, le permitió a Estados Unidos firmar, y aunque la Administración Obama ha señalado que quiere el cambio, sabe que depende del Congreso para lograr resultados concretos y ya sabemos que no la tiene fácil, cosa que también hace temer a expertos que no se puedan concretar los resultados.
En lo que respecta a Colombia, su compromiso debe reflejarse en esas acciones para el resto del mundo. Cómo se va a lograr bajar las emisiones suficientes y qué papel jugará la Amazonía, que se beneficiará con un fondo para su conservación que permita erradicar la tala indiscriminada y emprender tareas que lleven a potenciar el beneficio que le presta al planeta. Países como el nuestro enfrentan grandes problemas ante el cambio climático, al tener importantes ecosistemas que son vulnerables. De hecho, de los llamados 10 puntos calientes en el mundo, nuestro país tiene dos, en donde hay mayor biodiversidad por centímetro cuadrado. Así que proteger esto, obliga a una tarea mayor.
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