Percepciones para mejorar

Como cada año, Manizales Cómo Vamos presentó ayer su informe de percepción ciudadana sobre la calidad de vida en la capital de Caldas durante el 2016. El balance, en general, es satisfactorio, aunque surgen asuntos sobre los cuales vale la pena desarrollar reflexiones más profundas para comprender las respuestas entregadas por la gente, y pensar en políticas públicas de largo plazo que permitan reforzar lo bueno y solucionar los problemas que se aprecian. 
Lo primero es que la gente sigue viendo dificultades para lograr una buena mejora de las condiciones económicas, pese a que hay avances positivos en este aspecto. Que el 24% de los consultados diga que aquí es fácil crear empresa es bueno con respecto al 17% del año pasado, pero lo deseable sería que mucho más del 50% lo considerara así. Algo similar ocurre con la facilidad para encontrar empleo, pues aunque es muy positivo que se haya doblado el porcentaje al pasar del 9% al 18%, todavía esta última cifra es muy baja, y evidencia dificultades para emplearse en la ciudad, en particular para quienes habitan en sectores de estratos altos. 
Algo bueno es que sube la satisfacción de la gente por los medios públicos de transporte, pasando del 74% al 75%, pero es preocupante que el cable aéreo que el año pasado tenía un nivel de aceptación del 100% haya descendido hasta el 89%. Con las bicicletas ocurrió igual, al pasar del 100% al 95%. Ahora bien, el porcentaje de personas que perciben que sus trayectos habituales toman más tiempo que el año pasado se dobló al pasar del 15% al 31%, lo que puede ser reflejo de las congestiones vehiculares que se aprecian en algunas horas y lugares específicos de la ciudad. Expresión de esto puede ser la caída del 76% al 64% en la satisfacción con las vías de Manizales. 
Los ciudadanos, sin que los califiquen como malos, perciben que los temas relacionados con la salud, la seguridad, el medio ambiente, el comportamiento de la gente, la participación ciudadana, la gestión pública y la movilidad presentan problemas serios que requieren más acciones encaminadas a superar sus problemas. En salud, por ejemplo, la satisfacción con el servicio recibido cayó del 56% al 52%, lo que indica que hoy el 48% de los ciudadanos está insatisfecho con dicha atención. En cuanto a satisfacción con los parques y zonas verdes públicas en los barrios, hubo un gran descenso del 63% al 46%, inquietud que debe ser acogida por la Administración Municipal. 
Con algunos altibajos se mantienen en buenos promedios los asuntos de bienestar subjetivo, educación, servicios públicos, vida en los barrios, vivienda y cultura y recreación. En esto es importante mirar que si bien el 79% de los encuestados ve que las cosas van por buen camino en Manizales, es un nivel inferior a la respuesta del año pasado que alcanzó el 85%. En la misma línea está el orgullo por la ciudad, que cayó del 91% al 85%. Esto muestra que ahora la gente no está tan optimista ni tan orgullosa con Manizales como en el 2015. Ocurre algo parecido con la educación superior cuya satisfacción cayó del 84% al 80%, pero sigue teniendo muy buen concepto de los ciudadanos.

Los manizaleños, comenzando por quienes tienen poder de decisión desde los sectores públicos y privados, tenemos la responsabilidad de trabajar sin descanso para que los puntos más negativos, calificados como "amargos" en el reciente informe de calidad de vida, reciban un tratamiento prioritario que sirva para cambiar tendencias y pronto alcanzar niveles que impacten favorablemente en la cotidianidad. Con respecto a los ítems que pasan raspando y que fueron nombrados como "insípidos", también deben emprenderse acciones eficaces que los lleven a ser "dulces", positivos y agradables. Hay que asegurar que la calidad de vida sea mejor cada año que pasa.