Se conoció el pasado miércoles el resultado del informe comparado de percepción ciudadana de la Red de Ciudades Cómo Vamos, en el que Manizales aparece en el primer lugar en calidad de vida en el país, seguida por Pereira y Medellín. Después se ubicaron Barranquilla, Ibagué, Bucaramanga, Cali, Yumbo (Valle), Bogotá y Cartagena. El nivel de satisfacción de los manizaleños con su ciudad se encuentra en un 92%, lo que reconfirma la condición de excelente vividero de la que nos hemos sentido orgullosos desde hace tiempo.
Esta innegable realidad, que también ha sido confirmada por las mediciones técnicas que ha realizado el programa Cómo Vamos en ocasiones anteriores, es sin duda producto de la conjunción de diversos factores en los que vienen participando los sectores privado y público, así como la academia e instituciones cívicas. Sin duda, ese empeño para que la capital caldense se destaque como ciudad educadora ha servido para consolidar procesos que, incluso, han impactado favorablemente en aspectos como la economía local, el empleo, los servicios públicos y, en general, la calidad de vida.
Este informe también coincide con el Indice de Progreso Social que fue dado a conocer en septiembre pasado, y en el que Manizales también tomó la delantera. Debemos recordar que esta novedosa medición es resultado de una investigación liderada por el experto economista de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), Michael Porter, quien destacó los excelentes niveles alcanzados por nuestra ciudad en aspectos relacionados con necesidades básicas, elementos de bienestar y oportunidades.
Es justo reconocer que el trabajo desarrollado por la Administración Municipal, liderada por el alcalde Jorge Eduardo Rojas, así como el empeño de las universidades, los gremios privados y demás actores de la comunidad manizaleña han sido el motor para que haya procesos permanentes que ponen gran parte de los indicadores por encima del 90%. La gran mayoría de las personas indagadas cree que las cosas van por buen camino en la ciudad, que es un buen lugar para vivir y que se siente estabilidad en la economía.
La satisfacción que se observa en la atención educativa a los niños menores de 5 años, que llega al 98%, evidencia que los objetivos en ese campo se están cumpliendo, pero debemos ser conscientes de que todavía hay mucho por hacer y mejorar y que el trabajo tiene que perfeccionarse si realmente queremos ser competitivos frente al mundo. De hecho en la educación de los niños más grandes y de los jóvenes que van a la secundaria se ha avanzado, pero no lo suficiente.
También hay retos significativos en materia de seguridad, ya que si bien el 57% de las personas se sienten seguras, es el indicador más bajo en Manizales, de los medidos en las ciudades de la Red Cómo Vamos. Eso significa que se requieren estrategias que logren frenar el crimen urbano, como los atracos, los robos y los homicidios. Los asuntos de movilidad también requieren una mayor atención, igual que en los sistemas de transporte público, la calidad de las vías y de los espacios públicos, y en materia ambiental.
Salta a la vista que la ciudad vive un proceso de mejora, que debe ser protegido y reforzado. El nuevo alcalde, Octavio Cardona, y su equipo de gobierno, tendrán la inmensa responsabilidad de trabajar con toda su energía para sostenerlo y garantizar cada vez mejores resultados. Sería imperdonable un retroceso, cuando Manizales es hoy el modelo a seguir por el resto de ciudades colombianas, e incluso comienza a ser reconocida su calidad de vida en el resto del continente.
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