Los dineros de la estampilla

La idea de que el salvamento del Hospital Infantil de Caldas se financie con dineros de una estampilla no es negativa, y que para ello el Hospital Santa Sofía se declare universitario tampoco lo es, pues apunta a generar sinergias que beneficiarían a la educación y la salud en el departamento. Sin embargo, las consecuencias coyunturales de reducir en forma intempestiva del 2% al 1% lo que reciben las universidades públicas de la ciudad por cuenta de la estampilla prouniversidades, sí resulta perjudicial para las finanzas de las universidades de Caldas y Nacional sede Manizales.

Ya es claro que con la reducción de los ingresos se verán perjudicados los proyectos de las salas de cómputo, el centro de investigación y las nuevas inversiones previstas en el edificio Orlando Sierra de la Universidad de Caldas. En la Nacional también se verán frenadas iniciativas de desarrollo que estaban previstas para este año con esos dineros, lo cual juega en contra de los intereses de consolidar a la capital caldense como una ciudad que cada vez sea más reconocida por su infraestructura y calidad educativa.

Nadie puede negar que ambas universidades le han dado un uso eficiente y productivo a dichos recursos, y que nuestros centros de educación superior de carácter público cuentan hoy con instalaciones que están a la altura de las principales universidades del país, y que incluso están muy por encima de otras privadas de la región. El campus La Nubia de la Nacional y la modernización que se ha logrado en la de Caldas son testimonio evidente de las positivas consecuencias de contar con dicha estampilla prouniversidades.

Ahora bien, la Gobernación de Caldas y la Asamblea Departamental se comprometieron a buscar las fórmulas económicas que lograran impedir que el Hospital Infantil tenga que ser cerrado, debido a la mala situación de sus finanzas como consecuencia de los cerca de $7 mil millones que le adeudan varias EPS, y por lo cual el centro asistencial se ha visto en la necesidad de suspender varios de sus servicios. De acuerdo con los diputados que impulsaron la iniciativa, la cual ya fue aprobada en la duma, la educación ya ha recibido bastante apoyo y le llegó la hora a la salud.

Frente al planteamiento de los diputados, quienes aseguran que ya se les han entregado a las universidades $50 mil millones, que era la meta que se había planteado con la estampilla, los directivos de la Universidad de Caldas aseguran que tal recaudo solo es de $24 mil millones en 14 años, a pesos constantes de 1998, como lo estableció la ordenanza 529 del 2006. Sobre este punto debe hacerse total claridad, para que los presupuestos de las universidades no se sigan perjudicando y no se vean así truncados sus planes de crecimiento y mejora.

Debemos recordar que hasta el año pasado las universidades recibían el 1,5% del recaudo de la estampilla y que para el 2012 se incrementó al 2%, con el objetivo de que con el sobrante la Universidad de Caldas pudiera adquirir el Hospital Infantil, no solo con el fin de salvarlo, sino para usarlo para las pasantías de sus estudiantes, lo que ayudaría en el proceso de acreditación. No obstante, luego de un estudio contratado por el centro educativo, ordenado por el Consejo Superior, se determinó que la universidad no está en capacidad de emprender dicho proyecto, ya que resulta muy costoso.

Nos parece prudente que se hayan buscado otras fórmulas de salvamento del emblemático "hospitalito", pero tal vez lo más conveniente hubiera sido no afectar los presupuestos de las universidades este año. La gradualidad en el cambio habría evitado que se afectaran sus planes de desarrollo y, de todos modos, se apuntaría a que el Santa Sofía, convertido a universitario, para lo cual es necesario comenzar un exigente proceso, pudiera retomar al Infantil como su unidad pediátrica, que es en esencia lo que no podemos dejar que desaparezca.