Reconocer los problemas que se tienen no es fácil, pero es la mejor manera de salir de una situación problemática. Desde el 2006, Manizales ha medido la calidad de su educación en las pruebas Pisa, fue la primera ciudad en Colombia que pagó una sobremuestra para que en esta importante medición se dieran resultados de la ciudad y no que quedaran englobados dentro del país. Desde entonces, los resultados han permitido trazar caminos para mejorar, lo que se ha logrado muestra a muestra.
Los resultados conocidos esta semana vuelven a probar que se sigue mejorando, y aunque aún falta mucho por llegar a unos niveles internacionales razonables, se demuestra que se está recorriendo el camino que debe ser. Esto aplica también para Colombia, que escaló varios puestos y coincide con los esfuerzos hechos en los últimos años para hacer del país el más educado en el 2025, para lo cual hay una hoja de ruta clara y se han trazado incentivos que realmente han ayudado a salir de los últimos lugares, aunque esta no es una tarea fácil.
Tener el valor de medirse es clave y los resultados deben ser analizados con el suficiente juicio para poder avanzar a seguir aplicando los correctivos, que pasan por el compromiso de toda la comunidad educativa. Esto no puede ser asunto solo del Estado, no, la calidad educativa pasa por los alumnos, por los profesores, por los directivos, por los padres de familia, y los entes de educación son apenas un eslabón más en la cadena. Todos deben remar para el mismo lado y tener unos mejores resultados.
Los resultados de Manizales le sirven a la Administración municipal para que se trace metas que le permitan mejorar. Estos resultados corresponden a las pruebas presentadas en el 2015. No obstante, se demuestra que ha habido continuidad y esto tiene todo que ver con una ciudad que se ha convencido de que la educación es el camino. Ya hace cinco años que 99.205 personas votaron por hacer de la educación lo más importante en sus hogares para exigir a los gobernantes que también hagan de la educación lo más importante, compromiso promovido por Estoy con Manizales.
Este grupo ciudadano identificó que si Manizales quiere basar su desarrollo en el conocimiento, requiere para ello una educación de altísima calidad que le permita realmente dar un salto para marcar diferencia en el país y el continente.
Si algo tiene de especial esta medición, que no les gusta a algunos sectores, es precisamente que nos mide con el resto del mundo en competencias clave para el desarrollo. Que Colombia tenga la valentía de medirse y que Manizales lo haya hecho durante tanto tiempo gracias a la alianza público privada entre la Fundación Lúker y la Alcaldía es una oportunidad de ver en qué estamos y aplicar correctivos para mejorarlo.
Se debe recordar que las mediciones de Manizales Cómo Vamos han mostrado que aún hay importantes brechas que debemos cerrar para lograr que la mejoría sea en bloque, pues aún se mantienen diferencias importantes entre colegios públicos de Manizales y esto tiene que corregirse de raíz o entre lo urbano y lo rural. La ciudad debe potenciarse en su calidad educativa como un todo, solo así podrá pensar en reducir este decisivo factor de desigualdad. Una buena noticia es saber que la Gobernación se comprometió a ir a las próximas pruebas con por lo menos 100 colegios. Y ojalá también se haga con sobremuestra para que se conozca exactamente en qué estamos. Ese es el camino, sin duda.
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