No es sorpresivo que luego de varios años en permanente caída, el desempleo tenga ahora una leve variación contraria a la tendencia que traía. La situación general de la economía mundial, a lo que no hemos sido ajenos, lleva a pensar que no será fácil mantener el desempleo en un dígito, y que se tendrán que buscar todo tipo de alternativas para lograr no solo que se sigan generando empleos, sino que la economía no pierda el impulso, pues con el petróleo a los actuales precios, las consecuencias se van a ver.
En Colombia la variación fue de solo dos décimas, al pasar de 8,9 en agosto del 2014 a 9,1 en el mismo mes de este año. Sin embargo, cuando se traía un ritmo de cerca de 500 mil nuevos puestos de trabajo en el año corrido, al corte de agosto esa cifra llegó apenas a 263 mil, lo que demuestra un descenso bastante pronunciado en la dinámica de soluciones para los desocupados, que al combinarlo con una Tasa Global de Participación -TGP- que también se incrementó, genera mayores presiones en el mercado laboral.
En el caso de Manizales, hubo una mejora, al bajar de 10,3% a 10% en un año, al comparar los meses de junio del 2014 y 2015, lo que es bueno con respecto al resto del país, pero que también tiene que significar un llamado de alerta, debido a que el número de personas que están sin empleo en la ciudad se incrementó en mil. Ahora son 22 mil los desempleados en la capital de Caldas y Villamaría, cuando en el mismo mes del 2014 eran 21 mil. Eso se explica por la presión de más personas buscando empleo, pues la TGP pasó del 59,5% al 62,5%.
Es contradictorio que esto ocurra cuando no hay gente suficiente para recoger la actual cosecha cafetera y existe la posibilidad de que miles de granos se queden en los palos si no se logra reunir la mano de obra necesaria. Es sabido que los empleos de este tipo no son de la mejor calidad, pero sin duda hay muchos desocupados que podrían usar mejor el tiempo y ganarse unos buenos pesos, aprovechando que los cafetales están llenos y se prevé la mejor producción del grano en varios años.
De acuerdo con las proyecciones económicas, el 2016 no será un año muy bueno para la economía, por lo que es fundamental que se adopten medidas locales que amortigüen el golpe y permitan que haya estabilidad en los empleos. Ojalá que al Gobierno Nacional le funcione el impulso que le viene dando a las obras de infraestructura, y que otros sectores como el del comercio exterior comiencen a sacarle el jugo al dólar alto, y así amplíen las opciones de trabajo para la gente. En el sector de las confecciones, por ejemplo, se abren posibilidades que pueden ayudar a equilibrar la economía en el corto y mediano plazo.
Los sectores público y privado tienen el reto de trabajar juntos, coordinando tareas y acciones, que les permitan defender los empleos y seguir no solo abriendo más plazas de trabajo, sino mejorando la calidad de los que hay. Así se puede generar un círculo virtuoso en el que una mayor cantidad de empleos aumenta el consumo interno, el cual a su vez ayuda a que las empresas tengan mejores utilidades que pueden ser usadas para crecer y seguir ampliando las opciones laborales. Con una dinámica así, podremos seguir creciendo y mejorando la calidad de vida de todos.
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