La ministra de Vivienda, Catalina Velasco, entregó noticias sobre el programa de subsidios Mi Casa Ya y habló de su visita de este jueves a Caldas.

Foto | Freddy Arango | LA PATRIA

La ministra de Vivienda, Catalina Velasco, entregó noticias sobre el programa de subsidios Mi Casa Ya y habló de su visita de este jueves a Caldas.

LA PATRIA | MANIZALES

Los subsidios preasignados son la novedad del programa Mi Casa Ya que destacó la ministra de Vivienda, Catalina Velasco en diálogo con LA PATRIA este jueves. Además, habló de su agenda del día en Caldas, donde visitará Palestina, Chinchiná y la vereda Alto del Naranjo en Manizales.

¿Cuál es la razón de su viaje a Manizales?

Vamos a recorrer Chinchiná y Palestina. También vamos a visitar viviendas en la zona rural de Manizales. Hemos visto desde el inicio del gobierno que hay un énfasis importante en vivienda. Nos gusta ver las innovaciones que hacen en este departamento.

¿Con quiénes se reunirá?

En Palestina miraremos las Bloqueras Comunitarias. Todas las personas que quieran ir están bienvenidas. También miraremos viviendas de Mi Casa Ya, en un proyecto que está listo. Iremos a la vereda Alto del Naranjo en Manizales para mirar una vivienda rural y luego iremos a Santa Rosa de Cabal, en Risaralda. Vamos a estar con las comunidades y funcionarios técnicos de la Gobernación de Caldas. Siempre trabajamos de la mano con los alcaldes, las gobernaciones y las comunidades.

¿Qué novedades hay en el programa Mi Casa Ya?

Este programa funciona desde el 2015 y es un programa muy útil para las familias que quieren comprar una vivienda nueva, que tienen la capacidad de adquirir un crédito hipotecario. El subsidio contribuye a la cuota inicial y a la tasa de interés. Es un programa emblemático que ha mantenido el Gobierno. Le hemos hecho mejoras. La primera es la focalización para que llegue directamente a las familias que más lo necesitan. Antes se colaban familias con ingresos más altos que la mayoría. Lo hemos potenciado financieramente con recursos de adición para este año, emparejamos el subsidio a la cuota inicial con el de la tasa de interés y en el Plan de Desarrollo tenemos 200 mil subsidios de Mi Casa Ya. Esto sucedió durante el primer semestre de este año, que coincidió con la decisión del Ejecutivo de utilizar el dinamismo de la construcción para que jalone la reactivación. Sabemos que la economía ha estado en enfriamiento en los últimos meses. Los ritmos de crecimiento se comportan igual a los del mundo entero.

¿En qué consisten las preasignaciones de este subsidio?

Una forma de detonar el otorgamiento de crédito hipotecario y generar nuevas iniciaciones es otorgar los subsidios anticipadamente, con preasignaciones condicionadas. Esto empezará desde el próximo año. Las familias que cumplan los requisitos y compren una vivienda en planos, que no esté construida, para el 2025 o 2026 pueden recibir su subsidio preasignado desde el 2024. Eso genera otorgamiento de crédito a las familias y a las constructoras. Así como iniciará nuevos proyecto de vivienda de interés prioritario.

¿Cuáles son las metas del programa en el 2023?

Este año terminaremos con 75 mil subsidios. De esos, 23 mil se asignaron desde el año pasado con presupuesto del 2023. El viernes pasado llegamos a 42 mil. Todos los viernes entregaremos alrededor de 2 mil subsidios hasta finalizar el año. Es una cifra sin precedentes.

¿Cómo hacer parte de Mi Casa Ya?

Las familias deben tener su encuesta Sisbén hasta el grupo D20. También deben tener ahorro para hacer la compra con la cuota inicial. Se dirigen a la constructora, identifican su vivienda e inician su proceso de solicitud de crédito al banco. Antes, el subsidio se entregaba al final. A partir de enero, se preasignará desde el momento en que las familias compran en planos, en preventa. Eso es una transformación maravillosa porque el crédito cambia enormemente. Es simple: buscar la vivienda por comprar, solicitar el crédito y, si cumplen con los requisitos, solicitar la preasignación del subsidio cuando las familias compran VIP (Vivienda de Interés Social Prioritaria).

¿Le ha hecho seguimiento al programa de viviendas de la Gobernación de Caldas?

Sí, he estado presente en varias ocasiones y me gustan dos cosas: las modalidades de vivienda rural, que son especiales y tienen una tipología muy interesante, y la gestión comunitaria. Eso ha inspirado algunos modelos y proyectos en diferentes lugares. Estuve en Nairobi (Kenia) y vi allá la bicibloquera del gobernador.

Ese programa ha sido muy cuestionado porque el compromiso es de 3 mil 589 viviendas y el avance solo es del 18%, 651 viviendas...

Los proyectos de vivienda son de largo plazo. Desde que se inician, mediante la estructuración financiera y la solicitud de licencia, hasta que se culminan pueden pasar cuatro o seis años. No hay que desfallecer porque es pasarle la bandera al siguiente. Sabemos que hay avances que serán culminados. Siempre he sido funcionaria pública y he tenido un propósito: lo que recibo, lo completo como si fuera un proyecto propio. Espero que quienes me sucedan continúen con lo que uno avanza.

¿Por qué la economía nacional se resintió con la caída en sel sector de la construcción?

Es al revés, el sector de la construcción viene atado a la economía general. La macroeconomía tiene un impacto sobre la construcción y todos los sectores. Tuvimos una pandemia que transformó la lógica económica con altas tasas de interés e inflación en todo el mundo. La guerra de Ucrania modificó los precios de combustibles, lo que impacta la economía del mundo. Eso muestra que en Colombia, después de la pandemia, hay un reacomodamiento y un auge, que consideramos un enfriamiento. La construcción se comporta mejor que los demás sectores de la economía. Si se compara con la agricultura, hay una brecha. Siempre la construcción va adelante. Este sector saca la cara por la economía y puede convertirse en el jalonador.

¿Cómo va la demanda de vivienda?

La demanda es inmensa porque en Colombia hay más de 1 millón de familias que necesitan vivienda. El problema es su capacidad de pago. Eso depende de la tasa de interés, la de inflación y de sus ingresos. Existe una industria de la construcción muy activa, que produce viviendas y, junto a los subsidios, logra que estas familias tengan acceso, Hay otras personas a las que debemos aportarles una política diferente de vivienda social. Me refiero al déficit cualitativo: las familias con casas en condiciones precarias como pisos de tierra, paredes de tablas, techo de zinc, sin baño, sin cocina y sin conexión a acueducto y alcantarillado. Hay 4,5 millones de familias en esas condiciones en el país. Para ellos diseñamos la política de mejoramientos y titulación de viviendas, legalización de barrios y la autoconstrucción comunitaria, donde nos inspira Caldas.

Para la clase media, que también puede impulsar la economía, ¿qué planes hay?

Nuestra mayor dificultad actual es la alta tasa de interés. Tenemos una inflación alta. A medida que haya una estabilidad financiera y macroeconómica, las familias de clase media tendrán acceso a vivienda. Mi consejo para ellas es que insistan en el ahorro como mecanismo para comprar una casa. El Fondo Nacional del Ahorro (FNA), por ejemplo, tiene unas cuentas donde las personas pueden depositar mensualmente un monto según sus capacidades, lo que lleva a un crédito a través del FNA, que es la entidad emblemática del Estado para cumplir los sueños de las familias, tanto para quienes tienen ingresos formales como informales.

¿Cómo hacer que la construcción impulse la economía?

A través de diferentes políticas, como más subsidios para Mi Casa Ya, y créditos. Con el FNA hemos destinado 2,5 billones de pesos para crédito hipotecario y constructor.

¿Qué planes tiene para el agua y el saneamiento básico?

Cuando llegamos al Gobierno, registramos que 12 millones de personas en el país no cuentan con agua potable adecuada, tanto en calidad como en continuidad. Esos son números dramáticos. Una de cada cinco personas no puede beber agua saludable. La mitad de las aguas de alcantarilla van a quebradas, ríos y mar. Al ritmo que venía invirtiendo el país, necesitábamos 100 años para garantizar el derecho al agua potable y al ambiente sano. Queremos darle más recursos al sector. En el 2022, había $370 mil millones en agua y saneamiento para inversión. En el 2023, hay $1 billón y, en el 2024, habrá $1,25 billones. También queremos mejorar los proyectos que vienen en curso. Encontramos una cantidad de proyectos que venían de antes con dificultades.

¿Qué objetivo tiene el programa Basura Cero?

En Colombia se producen alrededor de 33 mil toneladas de basura al día. Esas son cifras inmensas. En el mundo hay sociedades donde la economía circular ya es una realidad: no entierran basura, todos los residuos se aprovechan y se vuelven a incorporar en la economía. Los residuos orgánicos generan insumos agrícolas. Se aprovechan el vidrio, plástico y cartón. En el país tenemos rellenos sanitarios y botaderos a cielo abierto, eso es como de hace 200 años, son imperdonables. Hay que terminarlos porque son problemas serios para la salud pública. También tenemos una situación de orden social, los recicladores tienen una actividad productiva y necesitan una inserción social. En muchos lugares trabajan precariamente. Hay también un componente educativo sobre cómo manejar los residuos.

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