Felipe Motoa Franco
Emma Eugenia se viste de tacones, blusa de seda, pantalón y collar de perlas: es la ejecutiva. Mientras Carlos porta jean, camiseta polo y unas gafas livianas sobre la nariz: es el inventor. Son las dos personas que en el 2010 crearon Maquiempanadas, una empresa que fabrica y vende máquinas para la realización de empanadas y otros alimentos tradicionales.
Son padre e hija, socios y emprendedores. Gracias al apoyo del Fondo Emprender del Sena, a la Universidad Nacional y a Colciencias, estos familiares montaron su idea de negocio y en el 2013 ya son jefes de seis personas más. Lo que se inició como una propuesta para vender en Colombia, se ha transformado en una compañía que negocia el 80% de su producido con clientes de Canadá, Estados Unidos, España y Centroamérica. Todo lo hacen en su planta productiva del barrio Fátima, en Manizales
Pero no fue fácil. En los meses iniciales Emma se apretó las botas y el overol para ser la asistente mecánica de Carlos, quien es la mente creativa de los aparatos; a la vez, ella se ocupaba del mercadeo y las ventas. No fue fácil porque al ofrecer una máquina que hacía empanadas, la gente no creía: "¿Cómo va a existir un aparato que haga empanadas? Imposible", les decían.
Tuvieron que mostrarles a los incrédulos, con hechos, que sí era posible. Lo que parecía una dificultad se convirtió en oportunidad cuando se metieron al mercadeo electrónico -vía internet- y encontraron allí a sus mejores clientes. Norteamérica y Europa ya no eran lejanos para Maquiempanadas. A finales del 2011 concluyeron su primera exportación.
Tradición familiar
La inventiva de los Mesa no fue espontánea. El origen de su creatividad se remonta a los años mozos de la abuela, cuando su hijo no era más que un adolescente. "A ella le gustaba hacer inventos y una vez se ganó un premio de la Pfaff -compañía alemana que ensambla máquinas de coser- por crear unos bordados especiales y modificar los modelos originales", relata Carlos. "Siempre me dijo: 'Si usted hace modificaciones a las cosas materiales en bien de la humanidad, puede decir que dejó un mundo mejor del que encontró'".
Cuando se hizo mayor de edad, Carlos salió a viajar y "a hacer aventuras". Fue al Estado de Tejas en los Estados Unidos, vio el mundo desarrollado y en México tomó cursos de diseño y mecánica. Desde ese entonces, hace 38 años, no ha parado de rayar e inventar. Esto se evidencia en la docena de aparatos que conforma el portafolio de su empresa; uno, por ejemplo, es capaz de fabricar 900 empanadas en una hora. Sí, aunque algunos no lo crean.
El proceso de invención, que siempre lo ajustan a las necesidades y variables del cliente, se ejecuta en varias etapas: primero se hacen los bosquejos a mano, luego estos van al computador y se hacen simulaciones con base en las cuales inician la construcción de los aparatos. Esto se demora entre mes y medio y tres meses.
"Nuestro eslogan es 'Tecnología que brinda comodidad' y el propósito es que los operarios de las compañías que nos compran, realicen la menor cantidad de funciones posibles. Nuestros inventos arman la empanada, la cortan, la sellan, la cuentan, le quitan los residuos, la marcan con el nombre del producto y la disponen en un recipiente", explica Emma.
Dos ingenieros mecánicos e igual número de técnicos en electrónica, un ensamblador, una administradora capacitada en negocios internacionales, padre e hija, son el grupo total de trabajo.
Proyección
Al ser incluida en el programa Manizales Más, que capacita y ayuda a incrementar la producción de empresas con alto potencial, Maquiempanadas optimizó sus exportaciones. En mayo pasado, Emma se enteró de una convocatoria del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para mujeres con emprendimientos en el sector de alimentos. Aunque su negocio no produce comestibles sino máquinas para hacerlos, envió su portafolio de servicios y al BID le llamó la atención.
Gracias al riesgo que tomó fue seleccionada para acudir al encuentro LAC Flavors 2013 que se realizará el próximo fin de semana en Granada (Honduras). El evento incluye una rueda de negocios con 150 compradores de todo el mundo.
La última dificultad que tuvieron fue que en Venezuela, a partir de fotografías, les copiaron una de las máquinas; y nada qué hacer al respecto. Para blindarse hacia el futuro, Carlos y Emma ya patentaron el portafolio de su empresa y así evitarán que oportunistas se aprovechen de sus innovaciones.
Para no decir que se quedan quietos, acaban de conseguir una participación en la feria Americas food & beverage show 2013, que será efectuada en octubre de este año en Miami (Estados Unidos). Para asistir gestionaron el respaldo de Proexport, la cual les pagará toda la logística para llegar al país del norte y "lograr que sea muy fructífero el contacto con los empresarios", dice la mujer.
El inventor y la ejecutiva han demostrado que forman un equipo muy bien acoplado, tanto que cuando se les pregunta si les gusta la empanada, responde al unísono y entre risas "Sí: en la casa, en el taller y en todas las partes que visitamos".
Otros productos
Maquiempanadas también produce freidoras y máquinas para hacer arepas, pandebonos y tortas de carne, entre otros alimentos. Empacadoras al vacío también están en su portafolio.
El dato
Maquiempanadas exporta el 80% de las máquinas que produce. En Estados Unidos, Canadá, España y Centroamérica están sus mayores clientes.
Carlos Mesa y su hija Emma generan seis empleos, aparte de los suyos, en Maquiempanadas. La planta de producción está en el barrio Fátima de Manizales.
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