EFE|LA PATRIA|BUENOS AIRES
Argentina reduce drásticamente su nivel de endeudamiento público, pero su esfuerzo no se refleja en los mercados, donde los activos del país suramericano reciben malas calificaciones y no logran convencer a los inversores.
El Gobierno de Cristina Fernández canceló ayer el último pago pendiente del llamado "corralito", 2.197 millones de dólares de los Boden 2012, títulos públicos emitidos en julio del 2002, en plena crisis financiera.
El pago se inscribe, según el Gobierno, en una política de "desendeudamiento" que ha logrado bajar drásticamente el peso de la deuda externa argentina.
Según la consultora Econométrica, la deuda pública neta del país pasó de un récord en el 2005 de 191 mil millones de dólares, el 126 % del PBI, a 83 mil millones, un 19 % del PBI, a finales del 2011.
De acuerdo a datos oficiales, la deuda pública argentina en manos de privados emitida en moneda extranjera pasó del 92% del PIB en el 2002 al 8,4 % tras la cancelación ayer de los Boden 2012.
Otros indicadores confirman la mejora en la sustentabilidad de la deuda pública argentina, como apunta un informe de la consultora Ecolatina, que subraya que "resulta paradójico que el mercado posicione a Argentina dentro de los más riesgosos del mundo".
Por ejemplo, Argentina tiene un índice de "riesgo país" que ha superado la barrera de los mil puntos, mientras que Brasil, con un nivel de deuda pública neta equivalente al 36,4 % del PIB, ronda los 190 puntos.
Según Ecolatina, el "seguro de default" argentino es superior al de países europeos en crisis y sólo está por debajo de la prima de riesgo de Ecuador, Pakistán y Chipre.
A juicio de Ramiro Castiñeira, de Econométrica, el mercado antes tenía dudas sobre la capacidad de pago de Argentina, mientras que ahora los inversores "dudan de la voluntad de pago".
De hecho, mientras este año Argentina necesita 6.800 millones de dólares para pagar deuda neta en moneda extranjera, sus necesidades se reducirán a 4.600 millones en 2013 y a 2.400 millones en 2014. "Eso representa medio punto de PBI, un nivel que pocos países tienen en el mundo", destacó Castiñeira.
Sin embargo, reconoce el experto, para los mercados el riesgo es subjetivo y, en una economía que tiene como antecedente el millonario cese de pagos del 2001, políticas como las restricciones cambiarias que aplica el actual Gobierno hacen que los inversores "evalúen que hay mayores riesgos para tomar activos argentinos".
Por otra parte, según el economista, "Argentina perdió el rumbo de su macroeconomía, pues no tiene superávit fiscal, no tiene superávit externo, no tiene superávit energético y se quedó sin colchón cambiario".
Las calificadoras de riesgo tampoco han modificado la nota de Argentina tras su mejora en el nivel de endeudamiento.
Para agencias como Moody's y Standard & Poor's, a las que el Gobierno de Cristina Fernández suele criticar con dureza, la deuda argentina es "especulativa", mientras que otros países, como los de la Europa en crisis, mantienen el "grado de inversión".
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015