Redacción Q'hubo Bogotá | LA PATRIA
“Le agradezco a Dios por darme esta oportunidad”. Con esa frase el futbolista bogotano Mario González resume la alegría que siente después de superar la leucemia.
El exvolante del Once Caldas, quien ya entrena con Millonarios, le contó a Q’HUBO cómo fue su drama cuando le diagnosticaron la enfermedad y también habló sobre su valiente lucha hasta vencerla, para volver a las canchas.
- ¿Cómo fue esa experiencia de enfrentarse, de la noche a la mañana, a la leucemia?
Fue difícil porque nadie quiere pasar por eso. Nadie esperaba eso, ni siquiera el más pesimista se podía imaginar algo así. Son cosas que pasan. Han sido más las bendiciones y las cosas buenas que me ha dejado este proceso, que las cosas malas. Ha sido difícil y hay que afrontarlo. Dios sabe por qué pasan las cosas y sabe a quién le pone cada carga.
- ¿Qué papel desempeñaron su familia y sus amigos en la recuperación?
Fueron muchas las personas que estuvieron pendientes. Hubo momentos en los que yo no quería hablar con nadie, solo estaba mi familia y uno o dos amigos muy cercanos, de resto solo recibía y leía los mensajes de Whatsapp, Facebook y Twitter. No se me ha pasado un mensaje sin leer. Si en algún momento no respondí fue por el desánimo. A veces uno quiere estar como solo, rodeado de su familia.
- Su esposa y su hijo fueron su mayor motivación para recuperarse...
Ellos han sido el motorcito de todo esto, porque el saber y pensar que uno, de pronto, debe irse y dejarlos solos, es duro. Han sido el apoyo y esa herramienta que Dios ha utilizado, al igual que toda mi familia, que el club, los hinchas y todo el gremio de futbolistas. Si algo vi, fue cómo se unió el fútbol colombiano a causa de esta noticia.
- ¿Cómo le fue en los exámenes más recientes?
Con respecto a eso todo ha salido bien. El tratamiento salió excelentemente. Me querían levantar la incapacidad hace seis meses, pero decidieron que para terminar el tratamiento era mejor hacer el trasplante de médula. Todavía estoy en controles. Todo ha evolucionado bien. El levantarme la incapacidad quiere decir que estoy bien. Gracias a Dios estoy sano.
- Entonces... ¿puede decir que venció la leucemia?
Sí. Gracias a Dios solo queda decir que cuando se tiene esa esperanza y esa fe, las cosas son posibles.
- ¿Y volvió a las canchas con normalidad?
Sí, estoy feliz porque con el médico veníamos pensando en la posibilidad de levantar la incapacidad, era algo que se anhelaba. El día que me la levantó y tuve la bendición de volver al entrenamiento, fue una alegría inmensa, no lo podía creer.
Después de todo lo que había pasado, fue como un abrir y cerrar de ojos. Hace año y medio, un día después del entrenamiento, salí de acá y no volví. Volver a entrenar es una bendición grande. Ojalá pueda volver a jugar. Pienso que para mí va a ser más importante cuando regrese a las canchas que el día en que debuté. Ojalá que Dios me dé esa oportunidad.
La cifra
31 años tiene Mario González.
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