Los Arango, una familia campeona en vaquería

Ricardo Patiño

LA PATRIA | MANIZALES

Los Arango son vaqueros por excelencia. No son llaneros, como muchos pensarían. Su talento para enlazar lo perfeccionan cada semana en la finca Kansas, cerca de la hacienda El Tronío, en Villamaría.

Esta familia manizaleña está en la historia de la vaquería mundial. Cada que compite lo ratifica con resultados. Así sucedió en el XI Mundial en Cumaral (Meta), que se realizó el pasado lunes festivo.

Miguel, de 22 años, y estudiante de administración de negocios en la Universidad Eafit de Medellín, consiguió el bicampeonato al sumar 386 puntos en la categoría mayores. En el 2016 también ocupó el primer puesto. Su acompañante fue su padre, Jorge Hernán.

En esta categoría participaron 190 vaqueros y solo quedaron 40 para la final. Miguel, que entrena cuando visita a sus padres en Manizales, les dio cátedra a rivales curtidos en este deporte. Ajustó su tercer título mundial, pues antes triunfó en la categoría juvenil.

Por lo alto

Pedro, con tan solo 10 años, también repitió podio. Hace un año terminó primero y ahora se ubicó segundo en la categoría prejuvenil.

Paula, su mamá, completó la alegría. Entre 30 mujeres sumó 115 puntos y le alcanzó para ser subcampeona en mayores femenino. "Esto es fruto a los entrenamientos y la disciplina. Es una pasión y cada vez nos aferramos más", comentó la dama de la familia.

Los vaqueros pertenecen al club Las Lomas que cuenta con unas 25 personas. Sus capacidades para enlazar los tiene en la cumbre.

La cifra

5 personas conformaron la delegación caldense en Cumaral (Meta).

Qué es

La idea de la vaquería es perseguir al animal, cogerlo con la soga y tumbarlo. Ya en el piso, amarrarlo en el menor tiempo posible.

A diferencia del coleo, deporte tradicional de los Llanos Orientales, donde el jinete agarra por la cola al toro, en la vaquería lo coge con un lazo.

Esta práctica nació en Antioquia y se expandió hasta Cumaral (Meta), donde cada año se hace el Mundial.