El sentimiento albo

Mario César Otálvaro

LA PATRIA | Bogotá

A 8 días de comenzar la competencia, en la que el Pasto será el primer examinador oficial porque los amistosos solo son buenos para que los técnicos saquen conclusiones, el Once Caldas le vuelve a apostar a lo incierto, con el deseo por supuesto, de que acierte.

Pero la gestión no fue la adecuada, Javier Torrente fue conformista, habló en su momento de Dayro Moreno, Rafael Carrascal y otros nombres de prestigio, y se trenzó con jugadores desconocidos, sobre quienes resulta imposible lanzar una predicción.

Sin embargo en el pasado dio fe de buen manejo, haciendo una campaña inmensa con faltantes, a pesar de contar con un único goleador que era un tiro al aire como Johan Arango, con un armador que rindió a cuentagotas como Patricio Pérez, y con fórmulas creativas improvisadas – Piedrahíta - Quintero– que le respondieron.

Montó un esquema defensivo de lujo, potenció los rendimientos individuales, y aunque el Once Caldas no generaba la confianza suficiente, logró resultados que sorprendieron, obteniendo un vasto reconocimiento de la opinión periodística y el público en general.

Con ese capital brinda la sensación de querer repetir el proyecto, sin figuras, con un plantel disciplinado, creyendo bastante en su trabajo, y sustentado en las comodidades que ofrece un medio que ya conoce, en el quizá piense, se puede ganar con poco.

Hasta ahí digamos que respetable la posición, pero como espectáculo también hay que mirar más allá, y el aficionado consciente de las deficiencias esperaba soluciones distintas, y que por lo menos llegarán 2 refuerzos de superior categoría.

Entre otras porque era lo lógico, pues si el plan funcionó con ‘vacantes’, nuevas alternativas en esos puntos clave perfectamente detectados abrían una posibilidad real, más que el dilema que origina ahora la presencia de futbolistas ignotos en el mercado nacional.

Acerca de jugadores propiedad del club que regresaron, descartarlos fue una decisión sabia, pues no tenía sentido echar mano de quienes pasaron por acá sin lucimiento, y que fueron adquiridos en un momento de calentura, mal aconsejados y por impericia.

Igual acertaron con aquellos que estuvieron hasta diciembre y que abandonaron la institución sin causar el más mínimo dolor, pues no daban más, en tanto que la escogencia de los que siguen estuvo dentro de los parámetros del técnico para sostener una base ya establecida.

Sobre el argumento de que Manizales es una mala plaza, pregonado a voces por ciertos directivos, no es claro porque la realidad está en el espectáculo como tal, y son los buenos artistas y los equipos competitivos los que generan audiencia, y arrastran fanaticada.

Por eso no estoy de acuerdo con esa aparente cruzada para justificar una austeridad infundada, cuando el propio club puede generar los recursos que lo hagan auto sostenible, eso sí, con gente visionaria, capaz de vender ideas, y metida en el mundo del fútbol.

En lo personal creo que quienes rodean al señor Pineda, que insisto, como empresario le interesan las cifras e invierte si hay ganancia, son temerosos, viven en el confort de la posición que ocupan, y difícilmente osan desairar a su jefe con propuestas audaces.

De todas maneras esto apenas despega, y el Once Caldas representa un sentimiento por encima de los intereses de sus orientadores, y siempre tendrá el afecto y el cariño de quienes hemos aplaudido sus títulos, y también a las descollantes figuras que por aquí pasaron.

Y suerte porque independiente de que se cuestionen las contrataciones, la forma como se dotó la nómina, y la inacción directiva, sus triunfos harán más bonita la ciudad, hasta que se den cuenta de que este Once Caldas ya ha dado varias vueltas olímpicas.

Hasta la próxima...

macotal@yahoo.com

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En lo personal creo que quienes rodean al señor Pineda, que insisto, como empresario le interesan las cifras e invierte si hay ganancia, son temerosos, viven en el confort de la posición que ocupan.