El ciclista Juan José Amador le dio la vuelta a la hoja y sueña en grande

Oscar Giraldo *

LA PATRIA I Villa de Leyva (Boyacá)

Cuando lo notificaron pensó que era una broma. Un funcionario de la Unión Ciclista Internacional (UCI) lo llamó y le dijo que había dado positivo en una prueba de dopaje. A Juan José Amador le quedaban dos opciones: aceptar la culpa o pelear por su inocencia.

Transcurría mayo del 2019, competía para Manzana Postobón y habló con su familia. Decidieron que juntos darían la lucha y contrataron al abogado Alejandro León, quien los acompañó en una batalla judicial de 16 meses.

Detrás de su mentor

Fueron dos personas quienes lo motivaron a practicar ciclismo: vio a su primo Elkin Manuel Castaño compitiendo con la Liga de Ciclismo de Caldas y ese fue el puntillazo final para meterse en el mundo de bielas, platos y piñones.

"Le manifesté a mi padre que quería montar en bici y me motivó, quiero llegar a ser como él, y si es posible, mejor. Como padre es muy comprometido, siempre ayudando a los hijos a luchar por sus sueños", dice Juan José.

Habla de Santiago ´El Pingüino’ Amador, escalador cuyas condiciones lo llevaron a hacer parte de los principales equipos de Colombia y a participar en Europa y Latinoamérica. Hoy posee un negocio de bicicletas.

Su madre Ludibia vende arenas para gatos, su hermana Valentina estudia fisioterapia, y su hermano, también llamado Santiago, tiene una hamburguesería.

Fueron los valores familiares los que lo mantuvieron firme durante el proceso. “Son muy buenos padres dando ejemplo, pero también asistimos a una iglesia cristiana que nos inculca valores que sirven para la vida diaria”, manifiesta.

Juan José lleva siete años en el ciclismo y cuatro como profesional. Desde entonces fue campeón nacional de la contrarreloj y campeón panamericano de contrarreloj por equipos en categorías juveniles.

Europa, en la mira

Fue casi año y medio en el que el pedalista se dedicó a trabajar en Sant Buger o a vender arena con su madre, hasta que lo declararon inocente. Esta vez no hubo una llamada de la UCI, fue una carta enviada a su abogado en la que lo declararon inocente y podía regresar a competencia. Y llegó la Vuelta a Tolima, la que corrió con felicidad, pero fue en la Vuelta de la Juventud que respiró nuevamente.

No es un mundo nuevo para él. Con su equipo, ahora desaparecido, estuvo en Francia y en Italia, y también en Asia.

“Ahora estoy dedicado al ciento por ciento al ciclismo. Mi familia está muy felices porque claramente mis sueños son los de ellos, también sintieron el dolor que sentí y ahora con todo despejado, están felices”, añade.

En Supergiros

Seguro de su inocencia, Juan José buscó a Supergiros para que le brindara una oportunidad. Su equipo le respondió que una vez lo absolvieran, tendría su oportunidad. Con ellos ya estuvo en La Vuelta a Tolima y en la de La Juventud y está en la Vuelta a Colombia. Aunque ellos corren con sus gastos, compite con la Fundación Depormundo.