Once Caldas

Foto | Archivo | LA PATRIA Jhon Viáfara en la celebración del título de la Copa Libertadores que el Once Caldas obtuvo hace 19 años.

LA PATRIA | MANIZALES

Después de Juan Carlos Henao, que fue la figura en el desempate, Jhon Viáfara puede ser el jugador más recordado de la final de la Copa Libertadores de América del 2004.

Hace 19 años, Viáfara, que llegó como defensor central y el profesor Luis Fernando Montoya con Carlos ´Panelo´ Valencia lo acomodaron como volante, fue la figura del partido. Marcó el golazo a 40 metros del arco defendido por Roberto Carlos Abbondanzieri.

Hoy, desde una cárcel de Nueva York, en donde paga una condena de 11 años, Viáfara recordó ese momento, ese partido y el significado en su carrera deportiva. Allí fue extraditado hace 3 años y 6 meses.
 

- ¿Qué recuerdo tiene de la final de la Copa Libertadores?

Son muchos, como el gol, el que tenía en mente. Quedé en shock tres o cuatro días después y entendí lo que habíamos ganado.

 

- ¿El gol, lo había pensado o le salió espontáneamente?

Lo planeamos. Recuerdo que el día antes de la final, en la última practica, ensayaba mucho la media distancia con el profe Carlos Panelo Valencia. Ese día, los tres primeros balones, de esa distancia, fueron goles. Íbamos a seguir pateando y Panelo me dijo, no remate más, deje los otros para mañana. Y cuando hago ese gol, era recordar lo que hicimos antes.

 

- ¿Esa final le cambió su vida como futbolista?

Ese partido fue lo máximo para mí. Me cambió la vida como deportista. Ser campeón de la Copa, ser la figura de la final, automáticamente me cambió la vida. Se me abrieron muchas puertas y eso fue fundamental para ir al fútbol inglés.

 

- ¿Qué significa ese 1 de julio del 2004 en su vida?

Es uno de esos momentos mágicos que uno tiene en la vida. Es un momento en el que todo se te da, todo te llega. Es el momento que uno como futbolista anhela. Lo habíamos soñado y cuando llegó parecía mentira.


- ¿Por qué el Once Caldas ganó la Libertadores?

Ganamos la Libertadores gracias al trabajo en equipo. Lo que tenía ese grupo era un verdadero trabajo en equipo. Directivos, los utileros, Miguelito (Miguel Rodas), todos, esa fue una familia, todos íbamos para el mismo lado, el compañerismo y la alegría. Ese Once Caldas fue un equipo de verdad.

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