Alejandro Samper
Q'HUBO | MANIZALES
Cuando nos topamos con una de esas personas tildadas "genios", el resto de los mortales espera encontrar respuestas iluminadoras en sus palabras. En Herta Müller, la ganadora del premio Nobel de literatura en 2009, no hay grandes revelaciones, solo la simplicidad de un talento que se da natural en medio de las dificultades en las que creció y se desarrolló esta escritora rumana.
"Nunca quise ser escritora. Quería ser peluquera. En el pueblo en el que crecí (Niţchidorf, Rumanía) no había libros y los que ocasionalmente nos regalaban en la escuela, eran libros infantiles de propaganda comunista. Entonces, en mi casa mi madre los usaba para poner sobre ellos las ollas calientes que llevaba la mesa o, si esta estaba coja, emparejarla".
Müller fue una de las estrellas invitadas a la reciente edición del Hay Festival de Cartagena, junto al otro ganador del Nobel Mario Vargas Llosa, el español Fernando Savater o el chef Gastón Acurio. Pero ella no quería brillar. Siempre vistió de negro a pesar de las temperaturas que en ocasiones rayaban los 40 ºC. Siempre de brazos cruzados y cerca a su traductora del alemán al castellano. Menudita, tímida y hablando en voz baja. Solo abría sus brazos cuando fumaba en los espacios abiertos del Hotel Santa Clara, sentada en una silla de ratán, y conversaba con sus asistentes personales.
Durante la rueda de prensa del pasado sábado estuvo más cómoda que durante su conversatorio el día anterior en el teatro Adolfo Mejía, abarrotado de farándula y aficionados a la cultura que querían escuchar a la autora de Todo lo que tengo lo llevo conmigo, su más reciente novela traducida al español. Ante un reducido grupo de periodistas, Herta, de 59 años, amplió sus conceptos sobre las dictaduras, su infancia y su talento. Así y todo, pocas veces descruzó sus brazos.
Traumas
"Crecí en una casa campestre y mis niñeras fueron los árboles y las flores", dice Müller recordando su infancia que, por la forma en que la describe, no fue la más feliz de todas. Su madre pasó cinco años en un campo de trabajo en Ucrania, durante la Segunda Guerra Mundial, y su padre, con el cual no tuvo una buena relación, fue soldado de la Waffen-SS. O sea, era un nazi.
A los 25 años, esta filóloga fue acosada e interrogada más de 50 veces por la Securitatea Statului, la policía secreta del régimen comunista rumano. Perdió su trabajo, a sus amigos y constantemente vivía con el miedo de que algo le podía pasar si se iba de lengua.
"'Nunca sabes qué te puede pasar cuando caminas por la calle, como que te atropellen', me decían estas personas", cuenta la escritora, cuyos traumas ha plasmado en obras como En tierras bajas (censurada por el régimen de Nicolas Ceausescu) o Drückender Tango (de 1984 y que todavía no ha sido traducida al español).
La literatura, finalmente, fue su vía de escape. "La sensación de inseguridad ayuda a escribir, pero eso no es garantía de que las cosas van a salir bien. El proceso creativo se encuentra trabajando. Construyendo o reconstruyendo algo; hay que encontrar la realidad en el lenguaje".
Perdidos en la traducción
"Comencé a interesarme en la lectura en el bachillerato. Leía y leía. Pero solo cuando dejé mi pueblo y me fui a la ciudad descubrí - a través de amigos lectores - que los libros y la escritura me abrían el mundo". Lo dice a través de su traductora, que constantemente parafraseó a Herta Müller y sembró dudas en lo que decía la nobel en algunos de los periodistas, sobre todo en los que venían de la Deutsche Welle .
Es importante mencionar esto de la traducción, pues no todos los libros de Müller han sido traducidos al castellano y no todo lo que dicen sus títulos significa lo que los lectores creen. Por ejemplo, cuando le preguntaron por el título de su novela El hombre es un gran faisán en el mundo, siempre tiene que dar la misma explicación. "Mientras que para el resto del mundo el faisán es un ave que se pasea orgullosa de su plumaje, que es vanidosa, en Rumanía es considerado un animal cobarde".
Cuando le preguntaron el por qué le gustaban los títulos largos, como Todo lo que tengo lo llevo conmigo, dijo no entender la pregunta, pues en alemán el título es Atemschaukel. El caso contrario sería su obra Der Fuchs war damals schon der Jäger que se tradujo como La piel del zorro.
Buscando la iluminación
A cada pregunta formulada por los periodistas, Herta responde "no sé". Cuando le piden su opinión sobre la crisis mundial de la cultura, dice desconocer tal crisis. "La literatura no es una industria o un imperio. Es algo muy individual. Si hay crisis en la cultura, no sé de ella".
Cuando le preguntan sobre la vez que dijo que en el mundo solo hay dos poderes, la izquierda y la derecha, y que - según ella- "son como dos zapatos, uno va detrás del otro", Müller asegura no recordar dicha frase. "No sé. El ideal sería un tercer zapato, pero no existe, pues solo tenemos dos pies. Mejor hablemos del pie descalzo que es lo que se ve en los países pobres. El mundo es de extremos y siempre está la dictadura de los dioses, de la religión, del Estado... El miedo es lo que dirige y rige todo. Es lo más útil para el poder".
Tras la rueda de prensa, en la que también habló de cómo fue recibir el Premio Nobel ("no sé", dijo, pero luego amplió su respuesta), la rumana se levantó de su silla y, cruzando los brazos, le dice a su traductora: "solo digo lo que se me ocurre. Quisiera decir mejores cosas".
De perros y gatos
Herta Müller señaló durante el conversatorio de la tarde del viernes que sentía una conexión especial con las plantas y las flores. Al preguntarle sobre si sentía lo mismo con los animales, dijo "no sé, los animales son especiales y les atribuimos cualidades humanas. O hacemos asociaciones, como el búho y la sabiduría".
Sin embargo, se detuvo en los perros y los gatos. "Me gustan los gatos, porque son independientes. Mientras que los perros necesitan de una amo. Creo que hay hombres-perro y hombres-gato. Sin duda, en Alemania hay muchos hombres-perro, pues allá les gusta recibir órdenes. Hitler, por ejemplo, tenía perros como mascotas, no gatos".
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015