Sakira Ventura (centro) toca la flauta traversa en un concierto didáctico sobre compositoras en España, acompañada de otras músicas.  Foto l Cortesía l La Patria

Foto l Cortesía l LA PATRIA Sakira Ventura (centro) toca la flauta traversa en un concierto didáctico sobre compositoras en España, acompañada de otras músicas.

Sentada en el balcón de un hotel del centro histórico de Manizales, en medio del frío y bullicio de la carrera 22, Sakira Ventura, musicóloga e investigadora española, conversa sobre su proyecto: Mapa de Creadoras de Historia de la Música. Palabras como partituras, una entrevista sobre mujeres y música.

Como escuchando una melodía, Sakira refuerza con la voz algunas palabras para subrayar aquello que le parece relevante, pausa cuando la contundencia de la frase anterior merece silencio y, sin perder el ritmo del relato, explica su trabajo que actualmente mapea a unas 630 compositoras de todo el mundo.

Primer acto
Nació en el municipio de Sagunto en Valencia (España). Sus padres, ambos melómanos, le ponían cascos de flauta cuando estaba en el vientre. A los 9 años escuchó en el megáfono del pueblo la invitación a inscribirse en la escuela de música y, sin consultarlo, se apuntó a clases de flauta.

Sin embargo, no quería ser flautista, ni tocar perfectamente una partitura. Tenía otras curiosidades. “Hablé con mi profesora de entonces y me dijo: “como tienes tanto interés en saber qué y quiénes están detrás del proceso, estudia la especialidad de musicología ". Lo hizo y desde entonces se dedica a la docencia y la investigación. Actualmente está terminando su tesis doctoral.

En las clases nunca le hablaron de compositoras. “A veces reviso mis apuntes y veo que están llenos de hombres. Si acaso aparece una mujer, es porque me la presentaron como la hija del compositor o la esposa del maestro. Al volverme docente me di cuenta que estaba haciendo lo mismo. Me urgía cambiar y enseñar a mi alumnado lo que merecían”.

¿Cómo inició el proyecto? y ¿por qué?

Fue en marzo del 2020, era pandemia y estábamos encerrados. Me sirvió para reflexionar. Fui consciente de que no había hecho ningún esfuerzo por conocer a las mujeres que antes que yo abrieron el camino para que nos pudiéramos dedicar a la música.

Comencé con una playlist de 100 compositoras. La lancé a las redes sociales y tuvo mucho impacto. Reaccionaron sobre todo docentes que les había pasado lo mismo que a mí: hasta ese momento nadie les había dicho en clase “oye, ¿por qué no me estás hablando de mujeres en la música?”. Sin embargo, la playlist solo permitía escuchar una pieza. No podían saber nada sobre ellas y me pareció injusto. Siempre me ha gustado la cartografía y solía decir: “Quiero poner a las mujeres en el mapa”. Lo hice.

¿Cuál es el objetivo del mapa?

Demostrar que sí existen las compositoras. Sé que suena obvio, pero es que hasta finales del siglo XIX había físicos, médicos y músicos que escribían, así de gordo (señala con sus manos una distancia de cinco centímetros entre sus dedos) porque las mujeres no estábamos capacitadas biológicamente para componer. Debía demostrar lo contrario. Que nunca más se utilizara la excusa de no enseñar o escuchar música de mujeres, porque no existía.

¿Cuántas compositoras hay en el mapa? ¿Cómo es la selección?

Hay unas 630. Mi especialidad es la música de tradición escrita, culta, académica o como le queramos llamar. Entonces decidí que las compositoras pertenecieran a ese género. Otro de los factores fue que se pudiera escuchar su música y que no solo se quedara en una base de datos para leer nombres. Sin embargo, conforme descubro a otras mujeres y géneros en otros contextos, comprendo que han sido importantes aunque no sean de conservatorio. Actualmente estoy abriendo las puertas a esas otras compositoras que, por supuesto, también deben estar en el mapa.

¿Fue difícil encontrar información de compositoras que no fueran europeas?

Muy difícil. Si lo fue con las que tenía cerca, casi imposible con las lejanas. Las fuentes bibliográficas que utilizaba estaban descatalogadas o eran muy costosas en otros idiomas. Pero gracias a la redes sociales, me empezaron a escribir personas de otros países como Melisa Vargas, con quien casualmente compartí conversación aquí en Manizales, y fue de las primeras en escribirme. No para que la incluyera en el mapa, sino que me dijo: “tengo a todas estas compositoras de Colombia por si las quieres incluir”. En ese entonces cuando ingresabas al mapa eran 200 en europa y ninguna en el resto del mundo. Fue irremplazable la generosidad de las personas que desinteresadamente me ayudaron.

¿Cuál es la más antigua y la más contemporánea?

Una de las más antiguas es Hildegarda de Bingen, una santa del siglo XII. Para mí era muy importante mapear a una compositora en un contexto de canto gregoriano en el que no podían intervenir. Con Hildegarda demostramos que las mujeres siempre han participado en la música, aunque se les haya prohibido.

Por otro lado, la más reciente es del 2005, la británica Alma Deutscher, una violinista prodigio que en el instituto ya componía óperas. Es trascendental tener ejemplos jóvenes que los alumnos conozcan como referente. Para decirles: “si queréis, mira, hay una de tu misma edad haciéndolo”.

 

¿Ha podido mapear quiénes ingresan en el mapa?

La herramienta se disparó a nivel mundial e hizo que la utilizaran melómanos y docentes. Lo he podido saber, no solo porque me han escrito, sino porque dentro de la web puedo ver las estadísticas y desde dónde se ingresa. He visto profesores de universidades de Singapur, Taiwán, China, Ucrania y Colombia.

 

Durante el desarrollo del mapa, usted fue descubriendo compositoras alrededor del mundo y sus historias ¿Alguna que recuerde en particular?

La primera que me llamó la atención fue una compositora francesa, Melanie Bonis, del siglo XIX. Ella quería estudiar música y los padres no la apoyaron. La sacaron del conservatorio para que se dedicara a tejer y luego la casaron con un hombre 40 años mayor que ella. Sin embargo, acortó su nombre a Mel para participar en concursos sin que el marido y los amigos se enteraran. Su historia es la de muchas que tuvieron que rechazar autoría para que sus obras vieran la luz.

¿Cuál es la compositora colombiana que deberían conocer los lectores?

Melisa Vargas es actual y punto de partida. Hace una labor imprescindible con su festival Mujeres en la Música Nueva y además está bien escuchar compositores de hace 300 años, pero hay que apoyar el trabajo de hoy para que dentro de otros 300 años no digan: ¿Cómo puede ser que en su momento no escucharán a esta artista? Sin embargo, hay muchos nombres, no hay excusa para no conocerlas.

¿Cuál es el deber de las instituciones, medios de comunicación y academias con respecto a la divulgación de las compositoras?

Importantísimo. Necesitamos su ayuda y gestión, que apuesten por las compositoras. Por ejemplo: el Banco de la República demuestra interés y eso debe ser inspiración para todos los que viven aquí. Hay muchas instituciones de mi país que no lo hacen. Nos creemos el ombligo del mundo y solo hace falta salir para descubrir que realmente hay quienes se ocupan de estos temas.

¿Qué se viene?

Algo impensable para mí era formar docentes y me dieron la oportunidad de hacerlo. Tiene sentido, porque si ellos no conocen esta información no la van a transmitir en sus clases. Me encantaría seguir por ese camino.

Ingrese

El Mapa de Creadoras de Historia de la Música es una plataforma digital y de libre acceso en la que el usuario puede navegar alrededor del mundo conociendo a compositoras de música clásica de todas las épocas. 

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